La institucion imaginaria de la realidad

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Existe un imaginario social y aunque funcione de forma parecida al imaginario individual no existen del mismo modo, la historia pues se indica es inconcebible fuera de la imaginación y esta representa un sistema de rasgos de la imaginación social, lo que está en nosotros pero es realmente de la sociedad.

Castoriadis hace entonces una crítica al mundo moderno y racional, para él está en función de lo imaginario, como antes se ha dicho. pero el imaginario moderno y ahora aún más con la comunicación masiva, suele generar un código en común en casi todo el mundo, de lo que se cree que es correcto, de lo que se cree que es incorrecto y más importante aún de lo que se cree que es verdad y lo que se cree que es falso, de lo que se puede hacer y de lo que no se puede, cuando lo real se nos impone de forma imposible porque solo vemos una parte de ella, solo vemos una parte de la luz, solo vemos una parte de lo sólido, solo vemos una parte de lo que es el aire, y solo vemos una parte de lo que es la ciencia y el intelecto, una traducción hecha por nuestros cuerpos, y aun así pretendemos medirlo como un todo ante nuestros ojos, se nos impone también la belleza en la televisión, que trasciende lo sexual hasta la misma música y no culpo a la música, ella nunca será la culpable, ella, la música, es solo un medio de un imaginario dado ya por la misma cultura y el problema no se queda solo en este punto, el problema se extiende a la forma de ver a lo externo, a lo ajeno, a lo “bárbaro” pensado como concepto griego de lo extranjero.

“las religiones nos hablan con mentiras y nos manipulan” dicen los intelectuales sin saber que ellos también han sido manipulado a su forma, no es que estemos totalmente cohesionados, no, tenemos nuestro grado de individualidad y de interpretación de nuestra verdad, pero estamos en un proceso socio – histórico que nos define como sociedad, por alguna razón nos entendemos ¿no? (aunque personalmente el análisis profundo de lo que es la manipulación política, social, religiosa de la sociedad por muy simbólico que sea todo ello cabe en un factor real de comportamientos e interpretaciones a los cuales debemos darle importancia (y con esto no afirmo que Castoriadis piense distinto a mi))

Pero no somos estáticos, está la sociedad y su norma, con un deber ser y un deber hacer y esta la historia con la violación de la misma norma, con la dialéctica del cambio social, esta relación es en si lo que constituye el cambio en las mismas sociedades, para Castoriadis existe una dialéctica en la cultura y un cambio que es solo “aparente” por qué lo simbólico e institucional sigue primando (que sea aparente no significa que no sea necesario) pensando pues que la historia misma es un concepto que no se puede palpar más que por las ideas.

Ahora bien, la historia posee una aparente causalidad histórica como una ilusión, esto es como pensar que los sentimientos, que son creados por el pensamiento, no puedan alterar el mismo pensamiento (y tal vez la subjetividad no sea la forma más adecuada de explicar este punto de vista pero me parece indicado) quiero que pensemos entonces en lo que piensas de alguien siendo como eres (es decir en un punto actual) tomemos como ejemplo la pareja, llega un punto en que la relación se agota o se distorsiona por alguna razón y llega el conflicto, la discusión y a veces llega al punto de la violencia, en ese momento ¿el pensamiento sobre la otra persona es realmente es el mismo? Puede que funcione en una lógica idéntica pero no es el mismo, así como el comportamiento frente a esta persona tampoco lo es ¿estos dos puntos implica un cambio real? Para mí lo implica y es el sentido de las ciencias sociales y humanas, para ser más específico lo que se trató de explicar aquí es un cambio al pensamiento por medio de sus mismos productos.

El tiempo y el espacio es donde situamos toda nuestra realidad y la organizamos de modo secuencial, como la prueba de la existencia misma, bien sea de la sociedad o de una aspecto más personal con los recuerdos, traducimos un pasado e imaginamos un futuro, fijando así a la persona que está en medio, dándole cierta identidad, posicionándolo en un lugar que se define de un “de dónde vengo” y un “a donde voy” pero más allá de lo verdaderamente temporal, es decir supera lo que son las simples coordenadas temporales que lo tratan de organizar.