Los Centros Educativos son el eje principal para el aprendizaje cognitivo de los niños y niñas.

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Los estudiantes con proyecciones a un riesgo de fracaso son los que conviven con la pobreza, sin vivienda, con una estimulación escasa, sin relación con la escuela y siendo quizás familias inmigrantes. Todos estos aspectos son casi un parámetro para el bajo rendimiento escolar, la baja autoestima, la falta de participación, el rechazo de la escuela, las ausencias, el abandono y para completar problemas de conducta y delincuencia. Debe existir una interrelación entre la clase social, la familia, la educación y el individuo.

En el proceso de aprender juegan un papel fundamental, los sentimientos y las capacidades afectivas, así como la interacción entre profesor y estudiante pues según sea el vínculo que se forme así será la calidad y el alcance de objetivos educativos.

Las experiencias de aprendizaje son importantísimas para el desarrollo de cada persona, ante su capacidad y naturaleza. Hoy se debe aplaudir en la educación costarricense la apertura, que aunque lenta a nuevos cambios avanza y un ejemplo de ello es la incorporación del método “aprender haciendo”, ya que desarrolla la parte visual y motora con la estimulación y dedicación de quien lo dirige; siempre y cuando la atención sea oportuna.

Carecer en la actualidad de educación es sinónimo de mutilar, enmudecer, entorpecer la sana relación que debe existir entre hombre y su entorno; pues si un niño pequeño tiene curiosidad por aprender a interpretar un mundo de simbolismos o jeroglíficos que comunican un mensaje, no imagino la vida de un adulto aislado de las letras, que es el portal a un universo de saber.

Pero la educación no se aprende solo en la escuela, esta es uno de los medios, ya que es en la casa, en la familia, en las calles donde se adquiere todo tipo de conocimiento.

De aquí la enorme importancia que tiene fomentar las buenas relaciones familiares pues esto contribuye a cimentar las bases que podamos dejar a las generaciones venideras con el propósito firme de transmitir con sensatez la percepción de lo que creemos valioso para educar no únicamente en lo que se refiere al aspectos académicos sino dándole la importancia tan significativa que tienen los valores, lamentablemente cada día más escasos en la sociedad.

Los valores de convivencia humana son fundamentales en cada nación, apreciar la dignidad del cada ser, promover la fraternidad, la tolerancia, el respeto por las diferentes etnias y culturas, la libertad del desarrollo ético, que debe existir en cada individuo y por su puesto desarrollarse en un ambiente de paz. Temas como los mencionados deben ser parte del proyecto educativo de un país

Estamos viendo ya educadores con visión amplia en el tema diversidad, y al uso del concepto del estudiante con mayor necesidad, independientemente del concepto adecuación. Quizás de ahí surge el concepto de educar en y para la diversidad, al igual que el concepto de comprensividad, con atención sin distinción, con una respuesta curricular general, con un derecho y una formación cultural común.

Otros autores como Ainscow y Kugelmass (2005) o Ryan (2006a) entienden también que es fundamental que los directores defiendan sin descanso la inclusión desde lo discursivo y desde la práctica, sobre todo frente a la resistencia de ciertos profesores y profesionales de la administración. Al parecer, es bastante común encontrar resistencias y presiones que se oponen a la inclusión real y efectiva en las escuelas, en particular desde ciertas iniciativas políticas o determinados sectores de la administración pública. (pp181)

Lo anterior era el aspecto positivo; pero no dejemos de lado el aspecto negativo, en cuanto a aquellos educadores que se equivocaron de vocación y que por más reglamentación y documentos no encajan en el sistema. Y lamentablemente dejan una huella indeleble y negativa en los estudiantes que sufren los estragos de su mala praxis

Los ideales filosóficos de libertad, justicia, igualdad y dignidad humana, deben ser conceptos que comprometan a profesores, padres, estudiantes y autoridades, todos cumplen un papel muy importante en la enseñanza-aprendizaje, ya que son responsables directos del resultado final en su desarrollo y madurez.

No necesariamente significa adoptar medidas especiales, sino, un modelo de desarrollo del currículo que facilita el aprendizaje del discente en su diversidad, no es cuestión de cantidad sino de calidad; requiriendo enseñar a cada uno de forma diferenciada, dando así una respuesta y una contribución al enriquecimiento de las condiciones y relaciones sociales y culturales.

Desde mi punto de vista, educar en la diversidad significa ejercer los principios de igualdad y equidad a los que todo ser humano tiene derecho a una convivencia democrática dentro y fuera del aula. Debido al estudio de tal necesidad nace la propuesta educativa de educación inclusiva para el siglo XXI.

El término de inclusión va en vías de una escuela para todos, sin barreras físicas ni mentales, donde se desarrollan nuevas respuestas didácticas para estimular y fomentar la participación de todos los estudiantes, oponiéndose a cualquier segregación, por el contrario, crea una coordinación entre el profesor de apoyo y el profesor tutor. Las escuelas inclusivas enfatizan el sentido de comunidad, de pertenencia, aceptación, apoyo y satisfacción a sus necesidades educativas.

Sin duda alguna son ideas excelentes, a la vez concientiza a cada educador para implantar medidas novedosas, porque lamentablemente en nuestra educación estamos en “pañales” frente a la realización de ese proceso. No somos jueces para juzgar a cada quien, por su apariencia, mejor busquemos rasgos en común.

Es urgente incentivar a la comunidad estudiantil en el aprendizaje cooperativo, la instrucción temática, al pensamiento crítico, a la resolución de problemas y la valoración auténtica, porque últimamente en el desarrollo de la tecnología se ha sustituido la criticidad por “personas robot”, guiados solamente por textos y opiniones ajenas.

Lo que se pretende y veo su gran importancia es la enseñanza de forma interactiva, claro, con cambios pedagógicos, de que el niño construya su propio conocimiento y ayude en la de sus compañeros “aprendizaje cooperativo”, no se daría el competir con los demás sino, para aprender con y de otros.

Todo lo anterior daría como resultado, una mayor aceptación y aprendizaje de todos los estudiantes. De docente se pasaría a facilitador, ya que la intención es crear mentes hábiles, críticas y creativas, de igual forma cambiar la enseñanza solitaria por una enseñanza en equipo, con colaboración y consulta de habilidades