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Meditaciones Metafísicas.

Enviado por   •  3 de Marzo de 2018  •  2.224 Palabras (9 Páginas)  •  268 Visitas

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Aclarado esto, la interrogante ya no va en si acaso yo soy, la nueva pregunta es que soy. Descarte declara que no puede tener ninguna de las naturalezas corpóreas, que pueden seguir siendo un engaño del todopoderoso, por ende atributos del alma como alimentarse , caminar , sentir no son posibles sin un cuerpo , dado esto es que descartes asegura que el único atributo que le pertenece y que no puede ser separado de él , del Soy , es el pensar. “soy, existo”. Durante cuánto tiempo, la respuesta es durante el tiempo que uno piense, de lo contrario se podría dejar de existir. Pues si se quiere hablar con precisión Descartes dice “no soy más que una cosa que piensa, es decir, un espíritu, un entendimiento o una razón, términos cuyo significado me era antes desconocido.”[8]. Ahora bien que significa ser esta cosa que piensa… es una cosa que duda, que concibe, que afirma, que niega, que quiere, que no quiere, que imagina, y también que siente.

Si uno se da cuenta estos también son atributos de la naturaleza pero porque estos, a diferencia de los otros anteriormente nombrados, si se pueden decir que le pertenecen a uno. La respuesta es sencilla, es uno mismo el encargado de dudar de ciertas cosas y sigue siendo uno mismo quien concibe y afirma otras, así como el que imagina, quiere o niega. Son todos atributos que no pueden ser distinguidos del pensamiento propio y por eso mismo que no pueden ser excluidos ni separados de la persona.

Pero al aclarar este concepto, a Descartes le surge extraño el hecho que las cosas corpóreas son mejor conocidas que la parte de uno que no es objeto de la imaginación ante lo cual el autor dice que “el espíritu se complace en extraviarse, y aun no puede mantenerse en los justos límites de la verdad”[9] . Y la razón del porque esto se conocen mejor es pues la percepción de las cosas, o bien la acción por la que se la percibe, no es una visión, ni un contacto, ni una imaginación, y que nunca lo ha sido, aunque lo pareciera así anteriormente, sino solamente una inspección de la mente, que puede ser imperfecta y confusa, o bien clara y distinta.

Ahora que se logra con esta inspección, que es lo que se logra al declarar que el conocimiento llega por el hecho de juzgar las cosas y no por la percepción de los sentidos, es el hecho de probar la naturaleza de la mente, esto quiere decir pudiera ser que lo que uno ve no sea en realidad eso, o que ni tan siquiera tenga uno ojos para ver cosa alguna; pero lo que no puede ser es que, cuando uno ve o piensa que ve, es reafirmar la existencia. Y si el conocimiento de las cosas parece ser más claro y distinto después de llegar a él, no sólo por la vista o el tacto, sino por muchas más causas, con mayor evidencia uno tiene mayor claridad en conocerse a uno mismo.

Finalmente lo que se quiere decir de todo esto es que lo conocido es que uno concibe los cuerpos netamente por la capacidad de entender en nosotros, no por la imaginación ni los sentidos, y cuando se les conoces es solo por el pensamiento, y no por el “acto” de tocarlos u observarlos. Por ende no hay nada que sea más fácil de conocer que la mente.

Bibliografía

.- Discurso del método, Articulo disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Discurso_del_m%C3%A9todo#Cuarta_parte

.-Meditaciones metafísicas. Articulo disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Meditaciones_metaf%C3%ADsicas

.-René Descartes. Articulo disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Ren%C3%A9_Descartes

. - Peter Prevos, Descartes Sceptical Challenge: What is the foundation of knowledge? 15 de Febrero del 2004.Disponible en: www.prevos.net

. - Peter Prevos, Does God Exist? A review of Descartes’ Ontological Argument, 12 de Enero del 2004. Disponible en: www.prevos.net

Ejercicio de puntuación

Párrafo 1

Por lo demás, no sólo he aprendido hoy lo que debo evitar para no errar, sino también lo que debo hacer para alcanzar el conocimiento de la verdad. Pues sin duda lo alcanzaré, si detengo lo bastante mi atención en todas las cosas que conciba perfectamente, y las separo de todas aquellas que sólo conciba de un modo confuso y oscuro. Y de ello me cuidaré en lo sucesivo

Reescritura 1

Por lo demás, hoy no sólo he aprendido lo que debo hacer para alcanzar el conocimiento de la verdad, sino también lo que debo evitar para no errar. Pues sin duda lo alcanzaré, si separo de todas aquellas que sólo conciba de un modo confuso y oscuro, y detengo lo bastante mi atención en todas las cosas que conciba perfectamente. Y de ello me cuidaré en lo sucesivo

Párrafo 2

Me quedan muchas otras cosas por examinar, tocantes a los atributos de Dios y a mi propia naturaleza, es decir, la de mi espíritu: pero acaso trate de ellas en otra ocasión. Pues lo que me urge ahora (tras haber advertido lo que hay que hacer o evitar para alcanzar el conocimiento de la verdad) es tratar de librarme de todas las dudas que me han asaltado en días pasados, y ver si se puede conocer algo cierto tocante a las cosas materiales.

Reescritura 2

Lo que me urge ahora es tratar de librarme de todas las dudas que me han asaltado en días pasados (tras haber advertido lo que hay que hacer o evitar para alcanzar el conocimiento de la verdad), y ver si se puede conocer algo cierto tocante a las cosas materiales. Ahora bien me quedan muchas otras cosas por examinar, tocantes a los atributos de Dios y la de mi espíritu, es decir a mi propia naturaleza: pero acaso trate de ellas en otra ocasión.

Párrafo 3

De ese modo, entiendo que el error, en cuanto tal, no es nada real que dependa de Dios, sino sólo una privación o defecto, y, por tanto, que no me hace falta para errar un poder que Dios me haya dado especialmente, sino que yerro porque el poder que Dios me ha dado para discernir la verdad no es en mí infinito.

Reescritura 3

De ese modo, entiendo que el error, en cuanto tal, es sólo una privación o defecto, y no es nada real que dependa de Dios, y, por tanto yerro porque el poder que Dios me ha dado para discernir la verdad no es en mí infinito, y no porque me hace falta para errar un poder que Dios me haya dado especialmente.

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