Plotino – Sobre el amor

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Eros, el indigente y Afrodita el alma del mundo, forman las pasiones en el mundo físico; pasiones con las que el hombre busca alcanzar la belleza superior. Eros representa la carencia de las cosas, y siempre se encuentra en búsqueda de algo que logre completar el alma del ser para poder alcanzar el Bien.

Afrodita representa a la belleza de la naturaleza, a la belleza de las cosas, a lo bello existente en el mundo generalmente.

El Eros individual es considerado como un demonio pero no todos los demonios son Eros, los demonios que no son Eros son creados por el alma del universo con una “función” distinta al demonio de Eros, éstos ayudan a que los seres se encaminen en pro del universo a pesar de no contar con un cuerpo físico llegan a unirse a alguno ya existente. Mientras que el Eros demonio se genera en el alma cuando se inicia el camino en búsqueda de lo bello y del bien.

«Eros es, pues, la razón, pero una razón impura que encierra en sí misma un deseo vago, irracionable e indeterminado»[8]

Eros permanecerá por siempre incompleto y por tanto nunca podrá satisfacerse completamente, no porque no quiera ni lo intente, ya que aunque la alcance no podrá permanecer en dicha satisfacción, sino porque su naturaleza es esa, él fue engendrado por Poros y Penia por medio de un acto en el cual Penia se aprovechó de la embriagues de Poros, haciendo caso de un deseo vago e indeterminado.

A pesar de ser un demonio, Eros «desea una forma de bien, por lo que se explica que los seres buenos amen también, por Eros, el bien en absoluto y el bien real, pero no cualquier otro bien.»[9]

Los seres eligen al Eros demonio sobre el Eros universal, dejando a este último abandonado.

El amor es el deseo que se desencadena cuando el ser contempla algo bello en el mundo, pero no se puede producir un deseo por algo bello sin tener una inteligencia que interprete esta belleza como algo realmente bello.

La inteligencia se encuentra en un plano más bajo que el amor, ya que el amor es un intermediario entre el que ama (interpreta y desea lo bello) y lo amado (el objeto bello), el que ama puede proclamarse como el ser inteligente y lo amado como el conocimiento. Bien este puede o no ser un buen ejemplo respecto a cómo el amor es un intermediario para que el alma pueda unirse a lo bello pero pienso que interpreta la idea.

La belleza, al igual que el bien es algo inmutable, imperecedero, perfecto y eterno. El amor es solo un medio para alcanzarla.

El amor será bueno y dirigirá al alma hacia el Bien siempre y cuando éste se enamore de las cosas que se presentan en la naturaleza que consideramos como “simples”. Cuando el amor se dirige a objetos específicos estamos cometiendo algún error en la apreciación de lo bello.

El hombre no debe quedarse enamorado solo de los objetos bellos del mundo físico, debe de poder contemplar la belleza superior que hace que el objeto sea bello.

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