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UNIDAD 1: La antigüedad griega. Sócrates y la polis ateniense.

Enviado por   •  16 de Abril de 2018  •  31.583 Palabras (127 Páginas)  •  395 Visitas

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En el plano político, se concibe a los ciudadanos como piezas intercambiables dentro de un sistema cuyo equilibrio es la ley y cuya norma es la igualdad.

Unidad 2. Platón: la dialética, el conocimiento y el “mundo de las ideas”

Platón,

La República - Libro VI.

Los verdaderos filósofos son los capaces de comprender lo que existe siempre de manera inmutable, es decir, el Ser de cada cosa en sí. Es propio de la naturaleza filosófica contar con las siguientes cualidades: el valor, la grandeza de alma, la facilidad para aprender y la memoria.

En este texto, Adimanto (hermano de Platón), realiza un interesante planteo, el le dice a su hermano lo siguiente “…por tu manera de hablar y persuadir nadie puede oponerse a tus razonamientos, puesto que son preguntas acorralas a tu interlocutor, logras que se contradiga y terminas por convencerlo… todos los que se dedican a la filosofía son malvados o inútiles para la ciudad…”

Platón explica: que los filósofos son inútiles porque los que gobiernan no se valen de ellos, no piden su consejo o colaboración, “el médico no golpea la puerta del enfermo, es este último el que lo busca para que lo cure”, quienes desean ser gobernados debe golpear las puertas de quien realmente pueda gobernarlos.

En cuanto a las causas de perversidad, Platón sostiene que las cualidades propias de una naturaleza filosófica aparecen en muy pocos hombres, sin embargo son muchas las causas que pueden provocar la corrupción de esa noble naturaleza. Cabe solo decir al respecto, que todo aquello que los hombres comúnmente consideran bienes (riqueza, poder, belleza) es en realidad lo que pervierte el alma.

Platón indica que es la buena educación de la que depende que un alma noble no se pervierta y adquiera todas las virtudes. En contraposición a esta educación se encuentra la impartida por los sofistas.

Los sofistas son los malos educadores, los que enseñan lo que el común de la gente considera correcto y a eso llaman sabiduría, son particulares mercenarios que llaman bueno a lo que causa placer y malo a lo que molesta.

Por todo esto es que los guardianes de la ciudad deben ser los filósofos.

Paradigma de la línea:

En la dimensión superior encontramos todo lo existente en sus diversas formas. En la dimensión inferior encontramos las diversas formas de conocimiento que se corresponden con los diferentes grados del ser que están arriba.

En la dimensión visible encontramos todo lo palpable, todo aquello a lo que accedemos por medio de nuestros sentidos. En la dimensión invisible encontramos todo lo intangible, por lo tanto lo que es mas cercano a nosotros, a lo que accedemos por medio de nuestra razón.

El paradigma de la línea que propone Platón divide al mundo en dos partes, el ámbito inteligible y el ámbito sensible, en las cuales se encontrarán la episteme (ciencia) y la dóxa (opinión) respectivamente como modos de conocimientos adosados a estas esferas. A la vez produce una división en cada una de estas esferas. Los entes del mundo sensible están divididos en dos tipos, en primer lugar, las imágenes y en un nivel superior los objetos representados por esas imágenes; en otras palabras, las cosas propiamente dichas. A cada subdivisión le asigna como facultades de conocimiento la cicagia (imaginación) y la pístis (creencia).

En resumen, el modo de conocimiento dóxa abarca a la imaginación a la creencia. Por otro lado, en la primer parte del mundo de las ideas coloca a los objetos inteligibles inferiores, siendo estos las ideas que necesitan representación material y a las que se llega a través de supuestos. En la otra parte sitúa a los objetos inteligibles superiores, que son las ideas que no necesitan representación y que son principios a los que se llega a través de la dialéctica; o sea, sólo recurren a las ideas consideradas en sí mismas. A la primer parte le fija como medio cognoscitivo la diánoia (entendimiento) y al segundo la nóesis (inteligencia). El entendimiento, tal como Platón lo concibe, es la parte del conocimiento que necesita remitirse a principios hipotéticos, los cuales servirán de base para el razonamiento, Platón toma como ejemplo de esto a los geómetras. Por el contrario, la inteligencia sírvese solamente de la dialéctica, la cual, si bien utiliza hipótesis, lo hace a modo de peldaños con el fin de llegar a los verdaderos principios. Platón lo explica de la siguiente manera: “_comprende ahora que entiendo por la segunda sección de lo inteligible aquello a que llega la razón por si misma, […] desciende hasta la última conclusión sin valerse de nada sensible, sino de las ideas consideradas en sí mismas, por las cuales su demostración comienza, sigue y termina”

Platón.

La República - Libro VII.

Alegoría de la Caverna: En una caverna subterránea un grupo de hombres se encuentran encadenados e inmóviles desde su infancia y siempre de cara a la pared, por lo tanto solo pueden ver lo que tienen delante.

Detrás de ellos hay fuego que los alumbra y permite proyectar en la pared las sombras que producen las personas y objetos que pasan por un camino que se encuentra entre los encadenados y el fuego.

En esa situación, los encadenados van a considerar real y verdadero a la sombra y no al objeto en si.

Suponiendo que se libera uno de ellos, se lo obliga a ponerse de pié, a voltear su cabeza y a mirar la luz, todo esto le generaría dolor y deslumbramiento.

Si se lo obliga a mirar el fuego, éste lastimaría sus ojos e intentaría mirar hacia la oscuridad.

Si se lo saca al exterior, a la luz del sol, se deslumbraría, se quejaría y gritaría; no podría distinguir ningún objeto, al menos al principio.

Va a tener que acostumbrarse a la luz para ver los objetos de la región superior. Reconocerá progresivamente así: sombras, imágenes reflejadas en las aguas, los objetos mismos, la luz de los astros y la luna y por último podrá mirar el sol. Luego de esto, llegará a la conclusión de que todo lo que veía en la caverna era gracias al sol, que el sol gobierna todo en el mundo de lo visible, produce las estaciones y los años.

Cuando logra comprender todo esto se siente dichoso y recuerda a sus compañeros de cautiverio, entonces se compadece de ellos. Desciende

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