Apuntes O'donnell

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En este punto el autor plantea una contradicción del estado capitalista, que es a la vez el que divide las clases sociales, o sostiene una desigualdad entre ellas; y es por otro lado mediador entre ellas.

Mediaciones entre Estado y Sociedad

El fundamento del Estado capitalista es externo a sí mismo, no se halla ni en las instituciones, ni en la sociedad, sino en las mediaciones entre estos: la formación de sujetos colectivos, la pertenencia a una comunidad política, por ejemplo la ciudadanía.

El fundamento del Estado capitalista es la igualdad de todos los sujetos dentro de su territorio, esos sujetos son ciudadanos. Estos pueden elegir a sus gobernantes, participar en la formación de las instituciones, por lo cual, el uso de los recursos de poder del Estado queda justificado, ya que “todos” los ciudadanos de dieron el derecho a hacerlo.

El referente del Estado capitalista es la Nación, el conjunto de solidaridades, la pertenencia a un territorio delimitado por el Estado, la identidad que lo diferencia de los otros Estados en el ámbito internacional.

La Nación es el referente porque es el sujeto colectivo (conjunción de toda la sociedad) al cual van dirigidas las acciones de las instituciones estatales, estas buscan servir a los intereses de la Nación como un todo, y no de sujetos individuales. Buscan preservar la homogeneidad de la Nación.

Tanto la Ciudadanía como la Nación, son justificaciones de la relación de dominación del Estado sobre la sociedad y de algunas clases sociales sobre otras, dado que muestran una igualdad de la sociedad, un equilibrio garantizado por el Estado, pero tapan la coerción y la explotación.

El pueblo o lo popular, es otra forma de solidaridad colectiva, pero que sale de la sociedad y no del Estado. Según el autor es un “ambiguo fundamento y referente del Estado”. El pueblo abarca a los desposeídos, los pobres, los no privilegiados, y el reclamo de justicia que el Estado hace por ellos se dirige a los ricos, los poderosos. Pero a veces también hacia las instituciones estatales, que no favorecen al pueblo. He aquí una contradicción, el Estado no puede defender de sí mismo, al pueblo.

Dicho de otra manera, el Estado como garante y organizador de las clases sociales, es también custodio de las clases desposeídas. Pero mientras las defiende, deja a la luz la evidencia de la desigualdad y dominación que sostiene al Estado capitalista, así como la condición de explotados que caracteriza al pueblo.

Lo cierto es que “lo popular” es mucho mas concreto que la ciudadanía y que la nación, por eso no le sirven al Estado capitalista, ni como fundamento, ni como referente. Sobre todo porque la realidad del pueblo, como concepto que surge desde la sociedad y no desde el Estado, deja al descubierto la gran contradicción de este. Por eso dice el autor que “el Estado capitalista solo puede ser realmente un Estado popular en circunstancias históricas muy especiales y de corta duración”. (Pág. 241)