Ciencias politicas Teoria angeliana profesor derecho Ulibre'Cali.

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3 LA NACION COMO FACTOR CULTURAL DETERMINANTE.

En el año 1789 el pueblo francés con su revolución logro dar un gran salto, el cual marco una nueva época, dando origen a la republica moderna; los franceses abrieron las puertas para convertirse en una sociedad laica, es decir, una sociedad que no reconoce la existencia de semidioses en la tierra y que niega el poder de Dios de intervenir en la política. En el año 1793 tras la ejecución del monarca en la guillotina, los revolucionarios franceses proclaman la igualdad entre todos los hombre, este acto violento se convertiría en el símbolo de nuevos tiempos, de nuevas formas de entender la política y del nacimiento de la democracia.

La revolución francesa introduce por primera vez el concepto de nacionalidad, sentimiento de identificación con un pasado histórico y cultural común. La idea de nacionalidad se encuentra atada al concepto de Estado; tradicionalmente una nación se definía por su cultura, por los orígenes de los habitantes o por la creencia de que sus habitantes compartían una historia común y también con el sentimiento de apego por su estado.

Posteriormente, a inicios del siglo XIX, se produce lo que se denomina “el ascenso de los pueblos”, ya que en ese periodo de tiempo se establecen las más importantes rebeliones nacionalistas. Las naciones ya no querían estar sujetas a una autoridad que no representara los intereses culturales de los hombres, y por ende se empezó a rechazar al poder y a la autoridad externa, por lo que se exigía un gobierno orientado a la consecución de objetivos nacionales y una memoria histórica común.

Y lo que se le ha llamado el espíritu nacionalista, hace referencia a un vínculo de la persona con un estado en particular, con el que la persona figura como asociada a la nación, mediante un contrato, el cual le genera unos derechos y deberes.

Por otra parte debido a lo cotidiano que resulta la relación del Estado con personas de otras nacionalidades, los gobiernos se ven obligados a establecer un marco legal que regule este tipo de relaciones. Sin embargo, la relación con sus nacionales es el primer asunto público que ha de resolverse, dentro del campo del derecho privado, ya que la nacionalidad es considerada como un estado civil mas del individuo generador de derechos y obligaciones; Mientras que en el ambiente del derecho público, la nacionalidad representa un vínculo político de la persona con el Estado.

Es importante distinguir entre los conceptos de nacionalidad de origen, que es aquella con la cual cuentan las personas por el hecho de haber nacido en un determinado Estado, y que esta puede ser, Ius sanguinis, por la herencia del ciudadano, y Ius soli, por la nacionalidad del territorio en el que nace; y esta la nacionalidad derivada, que es aquella que surge al cambiar la nacionalidad de origen, es decir, cuando la persona por su propia voluntad adquiere la nacionalidad de otro estado por diferentes motivos, entre los cuales encontramos, la concesión del estado de acogida, la residencia legal y continuada de la persona en el estado y por opción.

4 EL PODER DEL ESTADO POR LA VIA DE LAS ARMAS Y LA VIOLENCIA: HAY ESPACIO PARA LA ETICA?

Anteriormente los Estados se caracterizaban por ser maquinarias dedicadas a la protección del país, a la guerra y a la extracción de recursos. El mundo antiguo se identificaba con el sometimiento de las ciudades más poderosas sobre las ciudades más débiles, desde el nacimiento de la civilización la política y la guerra se llevaban de la mano, es decir, que ser un buen guerrero significaba ser un buen político.

En el siglo XXI la perspectiva de esta unión de conceptos se ha visto incoherente, ya que como señalo Drucker, un pacifista y defensor de los derechos humanos, “las armas son contraproducentes” para el desarrollo económico y social, ya que ve en la guerra el sufrimiento de los pueblos oprimidos y la acumulación de riqueza por cuenta del negocio que resulta para los países industrializados y que por lo tanto la política debe entenderse de otra manera.

Por otra parte a lo que se le ha llamado en política “el equilibrio del terror”, ha sido otro factor para considerar la guerra de otra manera, pues el enfrentamiento de las naciones con armas nucleares traería un desastre consigo y de tal magnitud, que hasta aun ganando la guerra, se puede destruir toda la infraestructura del país.

Redfield en un estudio de características sociológicas, determino que la guerra es la forma de violencia organizada que tiene mayores consecuencias políticas. El señalo que cuando se generan conflictos entre grupos estrechamente relacionados, esto habitualmente lleva a las diferentes formas de violencia organizada. La similitud de estos comportamientos frente a la guerra radica en que los grupos involucrados son persistentemente hostiles y las empresas militares son persistentemente letales.