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Cruzadas; ¿una mentira eclesiástica?.

Enviado por   •  26 de Abril de 2018  •  1.680 Palabras (7 Páginas)  •  306 Visitas

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En Tercer lugar, la participación de las clases inferiores debía tener un carácter de manifiesto. Son variados los relatos de saqueos en ruta a Jerusalén, que en muchas oportunidades no tenían carácter necesario. Eran más bien una manera de enriquecimiento personal y alzamiento de voz, en el caso de las capas inferiores. Este actuar da a entrever un latente conflicto social que afectaba en gran medida a todos los grupos pobres, que ahora, seducidos por la abundancia de riquezas, contaban con la posibilidad de levantarse contra los ricos y obtener botín[11]. Estos grupos encontraron una inédita oportunidad de enriquecerse y manifestarse bajo el alero de la lucha santa. Grupos que en el cotidiano vivir les resultaba inaceptable una rebelión a clases superiores. ¿Puede este actuar marcar precedente de una posterior lucha de capas? Resulta inevitable negar el nacimiento de la lucha de clases a partir de una larga data de consecuencias político económicas que se inician incluso antes de las cruzadas. Sin embargo, el concepto como tal no aplica, pero la Guerra Santa comienza a vislumbrar, mediante los saqueos y accionares anarquistas, una severa molestia social impulsada, por una parte, por las injusticias y sensación de abuso protagonizado por los pobres. Es necesario clarificar que no eran solo los campesinos y obreros quienes protagonizaron estos saqueos, aquellos nobles empobrecidos también vieron la posibilidad de recuperar poder mediante la adquisición de riquezas en los saqueos. Es de vital importancia recordar el origen y orden inicial de las cruzadas, que de ninguna manera fueron presentadas en su llamado como manera de enriquecerse, sino de hacer justicia y mediante ésta, alcanzar la salvación y perdón de los pecados. Considerando lo anterior, sería caer en prácticas de incredulidad si se considerara y afirmara tajantemente que todos los participantes de esta empresa de conquista fueron con las intenciones primarias presentadas por la iglesia católica.

Para concluir, las cruzadas llamadas inicialmente por el Papa Urano II presentan más que una guerra de orden y condición divina. La intención de recuperación de Tierra Santa no es discutible en este ámbito, pero con ella se desencadenan una serie de cuestionamientos y consecuencias que vislumbran un complejo sistema político, económico y social.

Con el importante protagonismo que se le da a la guerra, se logra percibir el afán de riquezas que sostenía a la iglesia católica, resultando de extrema dificultad comprender la motivación desinteresada de esta en torno a la recuperación de Jerusalén, pues de ser ese el caso, ¿por qué habrían de ser llamados fieles con su propio armamento y recursos? En la posibilidad económica de la institución resultaba viable el financiamiento con sus capitales, pero no fue este el utilizado en mayor medida.

La hegemonía católica se ve enriquecida de poder por la toma de Jerusalén, puesto que posiciona a la iglesia como centro de enorme soberanía territorial religioso y de una gigantesca capacidad influyente a sus fieles, quiénes dispuestos a morir por ella y su Dios toman parte protagónica de la Guerra. Sin embargo, esta capacidad estimulante hacia los fieles culmina con la advertencia de un complejo orden social influido por los profundos niveles de injusticia social y económica vigentes en la época, y por sobre todo entre los fervientes católicos, dado a conocer mediante su sublevación.

El carácter netamente sacro de las cruzadas puede y debe ser debatido, ¿una guerra de carácter sagrado a costa de la vida y recursos de sus fieles? Resulta inevitable considerar el escepticismo como criterio mínimo de comprensión de éste fenómeno.

Bibliografía

José Marín, Cruzada, guerra santa y yihad la Edad Media y nosotros (Valparaíso: Ediciones universitarias Valparaíso, 2003).

Paul Alphandéry y Alphonse Dupront, La cristiandad y el concepto de cruzada (México: Unión tipográfica editorial hispano americana, 1959).

Jacques Heers, La primera cruzada (Barcelona: Andrés Bello, 1997).

Régine Pernoud, La mujer en el tiempo de las cruzadas (Madrid, Ediciones Rialp, 1991).

Alphandéry y Dupront, “La cristiandad y el concepto de cruzada”, 12.

Franco Cardini, Nosotros y el islam historia de un malentendido (Barcelona: Crítica 2002).

Jean Flori, “Guerra santa, yihad, cruzada violencia y religión en el cristianismo y el islam” (España: Universidad de Granada, 2004).

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