El espíritu de las leyes.
Enviado por Ninoka • 8 de Julio de 2018 • 7.675 Palabras (31 Páginas) • 309 Visitas
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En el despotismo es menester ser servil, no hay gran educación en este tipo de gobierno, sólo la crasa ignorancia y el miedo son esenciales para este tipo de gobierno, ya que sin esto el pueblo muy probablemente se levantaría en contra del déspota lo que sería fatal.
En la democracia lo que es temido por los gobiernos despóticos se da naturalmente en la república, el pueblo debe tener amor a la patria y a las leyes; siempre se debe preferir el bien público antes del propio, ese es el menester de la democracia.
LIBRO QUINTO
LAS LEYES QUE DA EL LEGISLADOR DEBEN SER RELATIVAS AL PRINCIPIO DE GOBIERNO
En la democracia el legislador siempre tiene que tener en cuenta que se debe mantener el amor por la patria y la igualdad y la frugalidad, el autor menciona que la repartición de tierras podría ser una buena práctica para fomentar la igualdad, siempre y cuando todas sean pequeñas y sean divididas en iguales; en la aristocracia a la virtud es el espíritu de moderación ya que es casi imposible que no exista la desigualdad por la naturaleza de esta forma de gobierno.
En la monarquía por su parte al ser el honor su premisa, las leyes tienen que ser el principio fundamental, por ejemplo el pueblo debe tener en mente que las leyes irán pensadas a sostener a la nobleza, el linaje y el parentesco es muy importante en esta forma de gobierno.
En el despotismo al ser el honor su principio dice Montesquieu que no hay muchas leyes necesarias para mantener este sistema tan pútrido; todo gira en torno a dos o tres ideas principales, no hacen falta más, Montesquieu hace una comparación como a domesticar a un animal dando lecciones.
LIBRO SEXTO
CONSECUENCIAS DE LOS PRINCIPIOS DE LOS GOBIERNOS RESPECTO A LA SIMPLICIDAD DE LAS LEYES CIVILES CRIMINALES, FORMA DE LOS JUICIOS Y ESTABLECIMIENTO DE LAS PENAS
Montesquieu explica como las leyes civiles son diferentes entre un gobierno despótico y uno monárquico, para empezar, el gobierno monárquico necesita tribunales que dicten decisiones; por su naturaleza en el despótico esto no hay ni que pensarse; habla de cómo en la república la ley es dictada por leyes escritas, en los despóticos no existe la ley y en los monárquicos hay una ley y es decisión del juez seguirla o no.
La manera de enjuiciar en cada tipo de gobierno es diferente; por ejemplo para el gobierno monárquico los jueces toman partido como árbitros tomando una decisión deliberando y comunicándose, por su parte en el despótico el juez es el soberano a diferencia de los otros dos; en la república es más parecido al gobierno monárquico ya que los jueces toman un veredicto por medio de las leyes.
El autor recalca que las penas deben guardar una armonía con los hechos y porque los hombres son malos, la ley está obligada a suponerlo mejores de lo que son; Montesquieu da su punto de vista acerca de las penas terriblemente severas explicando el por qué no son de ninguna manera beneficiosas, todo lo contrario.
LIBRO SÉPTIMO
CONSECUENCIAS DE LOS DIFERENTES PRINCIPIOS DE LOS TRES GOBIERNOS, CON RELACIÓN A LAS LEYES SUNTUARIAS, AL LUJO Y A LA CONDICIÓN DE LAS MUJERES
En este libro Montesquieu hace alusión a un tema muy importante para cualquier gobierno, al manejo responsable del dinero por medio de las leyes suntuarias y a la mujer, un pilar en el actuar del hombre y de la sociedad en general. Montesquieu plantea que en la república, las leyes suntuarias deben siempre estar muy apegadas, ¿por qué? Porque en este tipo de gobierno la igualdad debe reinar a diferencia de la monarquía, donde el monarca siempre debe funcionar en base a los lujos y así distinguirse de los demás habitantes, igual en el despotismo; en estos dos tipos de gobierno se puede observar que no importa la igualdad y puede abusarse abiertamente del dinero para cumplir los lujos de los jefes del Estado. También plantea como la mujer tiene un papel muy importante en los gobiernos, ya que por ejemplo en el despotismo la mujer es utilizada como un objeto de lujo y no sólo en el despotismo, en cualquier tipo de gobierno la mujer puede ser utilizada como un objeto de lujo, la mujer según Montesquieu debe estar siempre controlada por diferentes tipos de reglas de conducta para que no se pierda así el sistema; ya que la mujer sin ese tipo de frenos puede llegar a crear caos. Se puede observar que Montesquieu plantea de una manera no tan directa que el lujo muchas veces puede llegar a ser necesario en algunos tipos de gobierno.
LIBRO OCTAVO
DE LA CORRUPCIÓN DE LOS PRINCIPIOS EN LOS TRES GOBIERNOS
En este libro, Montesquieu destaca la perdición en los principios fundamentales de los gobiernos, para empezar; pone como ejemplo la democracia, que explica de manera tajante que la democracia se desvirtúa cuando el principio de este se degenera, de manera que cada uno quiere ser igual a los que él mismo eligió para que le mandaran, en este caso desaparece la virtud y el pueblo hace lo que los magistrados deberían, pasan por alto las deliberaciones del senado y se pierde el respeto, se acaba el amor a la moral, al orden, la obediencia y principalmente a la virtud.
En la aristocracia, el signo de corrupción más evidente cuando el poder de los nobles se hace arbitrario y esto desemboca en la pérdida de la virtud tanto en los gobernados como en los gobernantes. También señala que cuando los títulos o las funciones son hereditarios, los privilegiados ya no tendrán moderación alguna, llegando al pleno grado de corrupción.
En la monarquía no es diferente a los dos tipos de gobierno observados anteriormente, cuando los monarcas poco a poco cercenan los privilegios de las ciudades o las prerrogativas de las corporaciones, se vuelve enteramente un despotismo en los dos escenarios, cuando el monarca atiende solamente a sus deseos y comienza a perder el amor de su pueblo puede decirse que se ha corrompido.
En el despotismo, su principio es corrupto, por lo tanto es difícil que suceda, pero si lo hace; sucumbe ante su vicio interno.
En efecto este libro habla de cuando los principios del gobierno se corrompen, las leyes para el bien, se tornan en algo contrario al espíritu y se vuelven en contra del estado y por su lado cuando los principios se mantienen sanos, hasta las leyes malas hacen el efecto de las buenas ya que la fuerza del principio suple a todo.
LIBRO NOVENO
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