El título del artículo expuesto es “Iconografía e iconología: introducción al estudio del arte del Renacimiento

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En el Medievo la Antigüedad estaba muy remota y a la par muy cercana, demasiado cercana como para poder observarla, como en la Edad Moderna, como un proceso histórico concluso, de hecho se experimentaba una gran continuidad del clasicismo, por ejemplo: el emperador germano era considerado el sucesor de Augusto y César. Pero por otro lado, se advertía una fuerte diferenciación entre la sociedad pagana de la Antigüedad y la sociedad puramente cristiana de la Edad Media. Así pues, no había conciencia de distancia histórica. Una vez alcanzó un pensamiento propio, a la Edad Media le fue difícil comprender aquello que no tenía un denominador común con su contemporaneidad, pero hasta entonces continuaron el clasicismo. Esa ideología medieval alteró la ideología general de la humanidad, a la que le fue imposible aun después de acabar con la dicotomía tema-motivo, regresar de manera espiritual y completa a la antigüedad, así pues, terminaron dando paso a una forma de expresión completamente nueva, estilística e iconográficamente distinta a la medieval y a la clásica, pero ampliamente relacionada a la vez con ambas.

CRÍTICA:

El texto me ha parecido interesante aunque bastante denso. Es un texto que considero a mi juicio fundamental para el estudio de la historia del arte. El autor utiliza un lenguaje claro y conciso, lo que hace que sea un texto de fácil lectura y comprensión, aunque también emplea algunos tecnicismos a la hora de referirse a la iconología del arte. El texto en general aborda el tema de forma genérica. Es interesante artículo en el que desarrolla teóricamente el método iconográfico-iconológico, es decir, como el historiador del arte alcanza el significado de una obra de arte en tres etapas: La primera, descripción preiconográfica: el historiador del arte reúne aquellos datos que la obra tiene, percibidos a simple vista por nosotros. A veces se necesita apelar a mayores conocimientos como el tiempo y la cultura adquirida en la realización de la obra. La segunda, análisis iconográfico: identificación de imágenes, historias y alegorías. El análisis iconográfico implica un método descriptivo y no interpretativo y se ocupa de la identificación, descripción y clasificación de las imágenes. Por último, la tercera, análisis iconológico: verdadero objetivo del análisis de la obra de arte, dilucidar la significación intrínseca o contenido. Se debe prestar atención a los procedimientos técnicos, a los rasgos de estilo y a las estructuras de composición tanto como a los temas iconográficos.

El texto se considera muy relevante para el estudio de la historia del arte. Está dirigido a todo el público interesado en el tema.