Historia social de la Universidad de Guadalajara

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La RUG tuvo como modelo a la de Salamanca, por lo que el oficio de maestrescuela pasó a la de Guadalajara. El cancelario antes de ejercer su oficio, presentaba en el claustro pleno “la real cedula y título de su nombramiento… Si el doctor maestrescuela se había graduado en otra universidad debería incorporarse a la de Guadalajara, fue el caso de 3 doctores en Teología que fueron cancelarios quienes incorporaron los grados que tenía a la RUG.

Antes el Secretario, el cancelario de la RUG recibía las inscripciones de los que pretendían obtener grados mayores de licenciado y doctor y ordenaba que se practicaran las diligencias establecidas para obtenerlos. El mismo señalaba “el día de los actos de repetición y cuodlibetos para la apertura de puntos en los exámenes de licenciados y para las de doctor.

Al cancelario también le correspondía “ver y examinar los títulos y testimonios de los graduados por otras universidades que con arreglo a las constituciones pretendían incorporarse a la RUG. Al comparar las funciones que tuvieron los maestrescuelas de la RU de México y la RUG encontré que mientras en la Universidad de México el cancelario intervenía en el cuidado de sus “haberes” en la de Guadalajara lo estaba prohibido “disponer de los intereses y bienes de ella”.

El tesorero administraba las finanzas de la catedral y le correspondía “hacer cerrar y abrir la iglesia, tocar las campanas, guardar todos los utensilios de la iglesia, lámparas y candiles el 8 de mayo de 1804 el Dr. José María Gómez y Villaseñor, tesorero y dignidad al mismo tiempo y rector de la Real Universidad, provisor vicario general y gobernador del obispado por el Dr. Juan Cruz y Cabañas, obispo de Guadalajara.

El Cabildo de Guadalajara contaba con 4 canonjías de oficio y varias de gracia o merced. Todos tenían obligaciones de celebrar misa diariamente, los canónigos desempeñaban funciones específicas: el canónigo doctoral, doctor de cánones era asesor jurídico, el canónigo electoral era el teólogo, el canónigo magistral era el predicador y el penitenciario el confesor.

La canonjía doctoral estuvo por 3 doctores, la lectoral por 6 y la penitenciaria por 4. A los racioneros se les exigía que fueran diáconos y sirvieran en el altar y cantaran las pasiones.

FUNCIONES DEL CABILDO ECLESIASTICO

John Frederick Schwaller estudio en el Cabildo de la catedral de México en el siglo XVI y Paul Gánster en el trabajo del clero de Lima en el siglo XVIII. Los prebendados atendían a sus intereses personales, sus negocios, sus cátedras en la universidad y actuaban como funcionarios con sueldo en la catedral aumentado sus estipendios.

Oscar Mazín ha explicado que “la estructura del gobierno de una mitra era compleja”. Los cabildos eclesiásticos tenían diferentes obligaciones, especificadas por las bulas de erección de las diócesis y basadas en la tradición española eclesiástica. Lino Gómez Canedo resumió las 3 funciones principales de los Cabildos eclesiásticos: Mantenían el culto litúrgico, servían de ayuda y asesoramiento al obispo de la administración de la diócesis y asumían el gobierno de esta durante la sede vacante.

Para averiguar si habían realizado estas funciones en el Cabildo de Guadalajara, revise primero un compendio de las actas capitulares y después los libros de actas; encontré el servicio del Coro, la atención del culto divino en la catedral, la administración de los sacramentos, el cuidado de la música en los oficios, la celebración de las fiestas religiosas.

En los libros de actas capitulares se encuentran testimonios de la actuación del Cabildo en la economía y política de la ciudad. El Cabildo eclesiástico de Guadalajara se encargaba de la recaudación y administración de los diezmos, el 10% “impuesto sobre la producción agrícola” que sufragaba los gastos administrativos de la catedral, los salarios de funcionarios y los de su personal”.

Para recoger el diezmo cada año el obispo y el Cabildo nombraban a 2 jueces hacedores de entres los capitulares. Los jueces hacedores recibían las cuentas de los diezmeros. Los Cabildos distribuían el diezmo de la siguiente manera: el obispo recibía una cuarta parte y los capitulares otra cuarta parte.

La percepción y administración de los diezmos función en la que los capitulares empleaban casi todo su tiempo; la renta anual del obispo de Guadalajara, unos 900, 000 y las rentas decimales del Obispado alcanzaban unos 360, 000 pesos.

Juan Alfonso Sánchez Leñero, español casado con María Manuela Marín del Valle, a su muerte en 1793 dejo una herencia valuada en cerca de 500,000 pesos, incluía establecimientos de mayoría en Guadalajara y Tepic. Los capitales que manejaba el Cabildo eclesiástico le permitieron participar en el mercado de crédito de Guadalajara. Linda Greenow aclara que los préstamos que concedió el Cabildo no se registraron en los libros de hipotecas, sin embargo, localice 6 préstamos para los cuales el Cabildo no exigió propiedades como garantía.

El capitula que dedico Linda Greenow a las dimensiones institucionales del mercado de crédito en la Nueva Galicia, encontró que el Cabildo eclesiástico de Guadalajara participo con una tercera parte del volumen del crédito concedido por las instituciones de la Iglesia; entre los que pedían prestado estaban los mientras de la elite: Hacendados, clérigos, Oficiales de la Real Audiencia de Guadalajara, Ayuntamiento de la Ciudad, minero. Esto sugiere que los Dr’s. Tenían intereses con las instituciones que los proveían de crédito indispensable para que funcionaran las empresas familiares.

CAPITULO 2 – EL CREDITO EN LA ADMINISTRACION E INVERSION DE LOS FONDOS DE LA REAL UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA, 1792-1825

LA REAL UNIVERSIDAD

Durante el siglo XVIII, Guadalajara se esforzó por alcanzar el honor por alcanzar el honor de tener universidad porque confería un nivel cultural más alto a la vida de las ciudades hispanoamericanas y constituía un elemento de prestigio social.

Solo la real universidad de México se opuso a la fundación de universidad en Guadalajara, porque se resistía a ceder a privilegios y perder el monopolio en la concesión de grados. El ayuntamiento de Guadalajara pidió al rey que aprobara la aplicación de la casa, las obras pías y la iglesia del colegio de santo tomas, que había sido de los jesuitas, para la universidad de Guadalajara. El 3 de noviembre de 1792 se llevó acabo la apertura de la universidad en el colegio que había pertenecido a la compañía de Jesús.