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Jalisco durante la intervención del 47 y la participación de Mariano Otero.

Enviado por   •  2 de Junio de 2018  •  3.826 Palabras (16 Páginas)  •  226 Visitas

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La restauración del federalismo se hizo en momentos de crisis, los diputados plantearon la necesidad de hacer algunas reformas a la Constitución de 1824 para ajustarla a los requerimientos de los nuevos tiempos. Mariano Otero reconoció que con esta carta constitucional “comenzaron nuestras discordias civiles, y que ella fue tan impotente contra el desorden, que en vez de dominarlo y dirigir la sociedad, tuvo que sucumbir ante él”. Por tal motivo Mariano Otero propuso ante el congreso los cambios que considero convenientes, tomando en cuenta el estado de la guerra y las experiencias del pasado. Una vez aprobados pasaron a formar parte del Acta de Reformas promulgada el 21 de mayo, integrada por 30 artículos.[6]

Dentro de las reformas fiscales, a cada estado se le asignó una cantidad de dinero para completar el presupuesto nacional para hacer frente a la guerra, a Jalisco se le asignó 12 000 pesos mensuales suma que en esos momentos era muy difícil de cubrir.[7] Tanto Joaquín Angulo (gobernador de Jalisco) como el obispo Diego Aranda se quejaron de la falta de dinero ante el Congreso General de la ciudad de México, quejas que fueron inútiles.

La prensa en Guadalajara en especial el “Republicano Jalisciense” llamaba a la unión ante la adversidad y exhortaba a la población a aportar en bienes materiales y humanos:

“Jaliscienses: si queréis tener religión, propiedad, derechos, goces, es necesario tener unión entre si y hacer la guerra al extranjero; es preciso ayudar eficazmente al gobierno con nuestras personas e intereses; tened presentes que es fuerza sacrificar una parte para salvar el resto; el egoísta todo lo pierde. Con fraternidad todavía lo podemos todo; no somos inferiores a otras naciones, que con menos elementos han salvado su nacionalidad y si hemos podido hacer nuestra independencia con unión, con ella podemos conservarla; pero sin la cooperación eficaz de todos los ciudadanos, según sus facultades, seremos impotentes.”[8]

Las alarmas en la ciudad se prendieron cuando el 2 de septiembre de 1846 el puerto de San Blas fue bloqueado por tropas marítimas invasoras. Esto altero el comercio en Tepic y en Guadalajara, y represento un fuerte golpe para los comerciantes. Que a pesar de este duro revés pudieron reunir 1364 pesos para sufragar los gastos de la guerra.[9]

La llegada de Santa Anna para tomar el mando político y reorganizar la defensa provoco opiniones diametralmente opuestas, para unos fue una noticia llena de júbilo y esperanza mientras que otros lo tachaban de dictador y de traidor. El congreso local de Guadalajara ante la llegada de Santa Anna, manifestó que en México, Santa Anna es el primer caudillo de la independencia y libertad nacional.”[10] Mientras que a Mariano Otero le desagrado la llegada de Santa Anna por considerarlo un personaje cobarde e ignorante para estar en la silla presidencial; meses después manifestaría que el dictador Santa Anna expolio al pueblo y lo llevo a la derrota y a la vergüenza, con lo cual acredito aún más su tiranía y cobardía. [11]

El pensamiento y el discurso de Otero va a ser cambiante, antes de la guerra, se manifestaba optimista sobre la situación social del país afirmaba que en la sociedad encontraba signos reales de que se había producido un progreso en México desde su independencia, bastaba con compararlo con lo que había sido veinte años antes:

“México ya no estaba aislado del mundo; “la clase acomodada e instruida de la sociedad ha aumentado considerablemente”. Hasta los grupos más desposeídos disfrutaban más de los beneficiarios sociales; los monopolios y las propiedades amortizadas habían disminuido; y así sucesivamente. El progreso era el destino de México.”[12] Mientras que durante y después de la guerra se lamentaba de la situación del país:

- “En México, no hay ni ha podido haber eso que se llama espíritu nacional, porque no hay nación.”

- “México es víctima de su mala educación y peor organización.”

- “En los veinte y seis años que han transcurrido desde que se hizo la independencia, se han ensayado todas las formas de gobierno; pero como esos ensayos no han sido realmente sino de palabras, jamás se han emprendido las grandes reformas que reclama la civilización de la época en que vivimos, el país ha sido precipitado día a día a su destrucción y aniquilamiento, por la acción combinada de los vicios sociales que quedaron del sistema colonial, y los que se han aumentado en 26 años de desórdenes”[13]

En tan solo unos meses, los norteamericanos tomaron posesión de Nuevo México y California, con suma facilidad, Monterrey durante el mes de septiembre de 1846 fue sitiado y finalmente ocupado el 24 de septiembre, tras trece días de combate. En los días siguientes la ocupación se extendía a Tampico, Ciudad Victoria y Saltillo.

Por lo tanto para 1847 el panorama para México era desolador y desesperante. Las noticias referentes a la ocupación de varios lugares por parte de los norteamericanos preocuparon y desalentaron, pero también promovieron un examen de conciencia del que se concluyó que las tristes circunstancias por las que atravesaba la republica eran resultado del choque y el desacuerdo que había entre los grupos políticos con respecto de la forma de gobierno que debía adoptarse. La única esperanza de México para expulsar a los enemigos recaía en la figura de Santa Anna, quien se encontraba en San Luis Potosí tratando de organizar un ejército. Con su excelente liderazgo y su gran poder de convocatoria logró formar un ejército de la noche a la mañana a pesar de los recursos limitados con los que contaba.

Santa Anna se enfrentaría al general Taylor en la batalla de la Angostura hacia el mes de febrero de 1847, antes de esta batalla, Santa Anna pudo sanar medianamente las finanzas de su ejército con donaciones por parte de la Iglesia y los diferentes estados de la república. El obispo de Guadalajara en una carta le manifiesta a Santa Anna su alegría y gratitud al saber que este último volvió del exilio para defender al país, a su vez que también le facilita la cantidad de 30 mil pesos. [14]

En la batalla de la Angostura el ejército mexicano demostró determinación y garra, fue un combate muy cerrado, lograron en varias ocasiones hacer retroceder al ejército norteamericano, sin embargo por falta de víveres Santa Anna ordeno la retirada tras dos días de combate, lo cual represento a Taylor un gran alivio porque se creía derrotado. Tras la pérdida de la Angostura los norteamericanos tenían camino libre hacia la capital, Santa Anna se apresuró para llegar a la ciudad de México para preparar

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