LA REVOLUCIÓN RUSA Y LA CONSOLIDACIÓN DEL MODELO SOVIÉTICO
Enviado por Mikki • 25 de Febrero de 2018 • 2.359 Palabras (10 Páginas) • 480 Visitas
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En diciembre de 1917 todos los bancos privados fueron nacionalizados y, junto con el Banco del Estado, fundidos en el Banco Popular de la República Rusa.
En diciembre de 1917 se creó el Consejo Supremo de Economía Nacional con la finalidad de dirigir los sectores económicos que se fueran nacionalizando, sobre todo en la industria y el comercio.
El deterioro de la situación económica continuó creciendo. El invierno de 1917 a 1918 fue terrible.
En Petrogrado la ración de pan descendió. El hambre adquirió caracteres de suma gravedad.
El colapso de la producción y del transporte y la desorganización de las relaciones de mercado fueron acompañadas por un esfuerzo por racionar los alimentos a través de los órganos del Estado y por el decidido intento de suprimir el comercio libre de los artículos de primera necesidad. Sin embargo, la acción no fue acción eficaz.
Se fueron sintiendo los efectos del Tratado de Brest-Litovsk: El territorio en manos de los soviets estaba aislado de las fuentes esenciales de materias primas y alimentos.
Un primer elemento, que resultó fundamental para el desenlace de la guerra civil, fue el control de los ferrocarriles.
Los consejos obreros se integraron en unos sindicatos obreros progresivamente controlados por el Partido Bolchevique, con el objetivo de reforzar la disciplina en los centros de producción y su subordinación a las directrices estatales.
Esta política represiva propició el estallido de motines campesinos, la reducción de la superficie cultivada y de la producción agrícola. Se produjo un espectacular descenso de la población en las grandes ciudades, especialmente en aquellas como Petrogrado, que se hallaban situadas lejos de las fuentes de productos alimenticios.
En las angustiosas circunstancias de guerra civil, desgobierno, caos, hambre y ruina, el rublo se hundió. La mayoría del gasto público se cubría con la máquina de imprimir billetes. Casi todas las transacciones entre las empresas estatales eran sólo de carácter contable y no en dinero en efectivo.
En definitiva, el dinero perdió su función efectiva dentro del sector público de la economía y no jugaba prácticamente ningún papel.
El comercio privado fue declarado ilegal y se abordó la nacionalización de prácticamente todas las empresas industriales.
La disciplinada estructura del Partido Comunista facilitó la creación de un sistema administrativo que sustituyó al antiguo Estado. El nuevo Estado se apoyó en el terror y la coacción como medios para reforzar su poder.
Terminada la guerra con Polonia a finales de 1920, los bolcheviques se plantearon la necesidad de una revisión de su política económica ante la urgente tarea de la reconstrucción económica. En algunas provincias fue necesario enviar considerables fuerzas militares para sofocar la rebelión. La última gota fue la sublevación de Kronstadt.
Los líderes bolcheviques terminaron por aceptar la necesidad de una profunda rectificación para evitar el hundimiento del nuevo Estado.
4.3. El afianzamiento de la economía soviética: de la N.E.P. a la planificación.
El giro en la política económica comenzó en 1921, tras las revueltas campesinas, cuando los órganos del Partido y del Soviet aprobaron la sustitución de la confiscación de los excedentes a los campesinos por un impuesto en especie. La supresión de las requisas pretendió estimular la producción agraria. Después de pagar el impuesto, los campesinos tenían libertad para utilizar el resto de sus productos, incluso para venderlos en el mercado. A la red oficial de comercios y a las cooperativas se unieron los comerciantes privados, que fueron autorizados a realizar todo tipo de operaciones.
En el sector de la industria, las pequeñas empresas que habían escapado a los decretos de nacionalización fueron autorizadas a reanudar sus actividades, y se llegó a anular el decreto nacionalizador de la pequeña industria.
Este giro de la política económica del Partido se le conoció como NEP (nueva política económica). Era economía mixta, con una agricultura abrumadoramente privada, un comercio privado legalizado y una pequeña manufactura también privada. Por otro lado, el Estado siguió controlando la banca, el comercio exterior y la gran industria.
Se intentó atraer al capital extranjero para desarrollar algunos sectores estratégicos como el petrolífero, pero con escaso éxito dada la desconfianza generalizada frente al régimen bolchevique. Sin embargo, desde 1922 se empezó a normalizar el comercio exterior. La importación de locomotoras y de piezas para el ferrocarril, contribuyeron decisivamente a la recuperación del transporte ferroviario de pasajeros y mercancías.
La lógica de la NEP exigía una moneda estable que pudiera estimular el nuevo esquema de relaciones comerciales. Pero el rublo había protagonizado una acelerada devaluación: en 1922 valía 60.000 veces menos que en 1913.
La estabilización se resolvió creando diversos impuestos sobre las ventas.
Hay que resaltar que la NEP coincidió con la prohibición definitiva de todos los partidos políticos, excepto el bolchevique. La escasez de manufacturas, el continuo crecimiento de los costes en las industrias estatales, y la posición dominante de los trusts en el sistema de comercialización, generaron un crecimiento de los precios industriales mucho más rápido que el de los agrícolas.
Puede decirse que el año 1925 fue el punto culminante de la NEP porque la recuperación económica parecía firme.
El debate económico e ideológico en el seno del Partido Comunista se intensificó a propósito de la lucha por el poder que se abrió tras la muerte de Lenin. Bujarin defendió la continuación de la NEP. Este planteamiento implicaba el estímulo de aquellos sectores industriales que pudieran favorecer el desarrollo agrario (maquinaria, abonos), o de los que proporcionaban bienes de consumo, en detrimento de la industria básica, cuyo déficit se cubriría con importaciones.
Por el contrario, la llamada oposición de izquierdas se mostró partidaria de eliminar la NEP. Reclamaban una economía totalmente controlada por el Estado y una eliminación de los mercados privados.
La política de precios bajos era abiertamente incompatible con la lógica de la
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