La Formacion de una Sociedad Represora.

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El termino hereje refiere (en tanto en el periodo de la baja edad media, siglo XI al XV) a todo aquel que no profese la religión católica, en ese sentido el individuo que desease practicar otro tipo de dogma o fe era considerado hereje, ya que estos representaban una amenaza para la iglesia católica de aquellos tiempos, dicha institución tomo medias al respecto, castigando y excluyendo. “la existencia de personas cuyas convicciones religiosas diferían de las aprobadas por la iglesia eran en si misma las causas de la persecución. La difusión de sus doctrinas y la aparición de su organización en Renina, los países bajos, Languedoc y las ciudades de Lombardia y Toscana, durante los siglos XI y XII eran explicaciones suficientes para que se promulgaran leyes para prohibir la expresión de sus creencias y de que se creen instituciones para descubrirlos y asegurar su retractación mediante la pena de la perdida de la libertad, de la propiedad, y en último extremo, de la vida.” R. I. Moore. La formación de una sociedad Represora. Barcelona. Critica. 1989. PP. 9

En cuanto a los castigos ejercidos hacia aquellos que eran considerado herejes el autor nos dice que estos eran entregados al poder de la iglesia para su correspondiente castigo: “Los herejes habían de ser excomulgados y entregados al poder secular para su castigo, y confiscadas sus propiedades. “Los sospechosos de herejía habían de ser también excomulgados y se les daba un año para demostrar su inocencia, si no lo conseguían se les daría el mismo castigo.” R. I. Moore. La Formación de una sociedad represora. Barcelona. Critica.1989. PP.16

En cuanto a la herejía popular, el autor nos dice, “esta tradición fue sostenida por predicadores vagabundos, hombres de aspecto salvaje, pobreza manifiesta y lenguaje feroz que despotricaba contra la avaricia y el libertinaje de los curas y atraían seguidores en números alarmantes” R. I. Moore. La formación de una sociedad represora. Barcelona. Crítica.1989. PP. 30. Este tipo de herejía se hizo muy popular durante esta época, atrayendo un gran número de seguidores, asi aparecieron personajes como Roberto de Arbrissel, en Bretaña y Anjou, durante el 1090; así también en 1140 Enrique de Lausana, al suroeste de Francia; Pedro de Bruys, otro famoso hereje, ganando seguidores entre Provenza y Narvona. Estos son algunos de los ejemplos que se pueden establecer de herejía popular, que aparece en ciertos sectores cobrando una gran masa de seguidores y haciendo frente a la iglesia católica.

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La institucionalización de la persecución penetro tanto en la sociedad bajomedieval (s. XI – XV) que la misma la naturalizo y comenzó a actuar en consecuencia, tomando muchas veces el rol de la inquisición, juzgaban a los sospechosos de herejía, saltando por encima al procedimiento establecido por los concilios. El motor de este comportamiento fue la extrema superstición reinante en la cultura, que llevaba a los integrantes de la sociedad a realizar estos actos de represión y persecución.

Pero conforme iba avanzando el tiempo la razón comenzó a triunfar, primero en el orden político, con el ascenso de los literati en las cortes de los siglos XI y XII, que sufrieron comentarios desfavorables. Luego vino un proceso de rápida asimilación de la administración razonable en el Estado, el autor lo caracteriza de esta manera “ Para los literati, la sustitución de las ordalías por la pesquisa judicial, la centralización y sistematización del proceso de canonización y del reconocimiento de los milagros y del poder de realizarlos, junto con la reforma de la Iglesia, el desarrollo del derecho canónico y el derecho civil en la teoría y en la práctica, y los otros muchos triunfos de su época y cultura, representaban la victoria de la razón sobre la superstición, de la verdad sobre la costumbre” R.I. Moore. La formación de una sociedad represora. Barcelona. Critica. 1989. PP. 164.