Las ollas comunes

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En otro punto y aparte debemos mencionar de forma tangencial, lo que genera en las personas la olla común, ya que esta no es simplemente una forma de pasar el hambre, es además una forma de comunidad, de comunicación, de empatía, para esto, podemos ver parte del testimonio de una de las pobladoras de la victoria respecto a su hija, criada bajo una olla común, la señora blanca, una de las primeras pobladoras de la Victoria, nos señala lo siguiente: “yo siempre digo la Tania bien hablá, se crio en la olla común de la victoria (risas) pero ha sido pero un sacrificio enorme, enorme y dijéramos el logro, el sitio ahora y todo esto lo construimos con mi hijo, con mis hijos y yo todavía tengo que trabajar para mantenerme, yo no califiqué para ninguna cosa...” [3] esto nos muestra en parte como se desarrolla la vida alrededor de una olla común, la importancia que logra tener para las personas, que constantemente viven en la búsqueda de mejores condiciones, donde la alimentación es una parte central de esta búsqueda, que es sino el hambre una de las necesidades más básicas de las personas la que se nos presenta como un punto de inflexión, si bien las ollas comunes se armaban para casos de desarrollo de protestas, la vida alrededor de la olla creaba parte de la misma experiencia que estamos presentando en este apartado, la realización del sujeto frente a la comida es una necesidad no solo alimenticia, frente a la comida, frente a la olla en específico, las personas se reúnen a discutir, a presentar ideas y a conversar de los problemas que se presentan cotidianamente, la cocina, y en especial la comida, no son actos de individualidad biológica, si no actos de desarrollo social y humano, como personas, nos establecemos en la comida como una forma de relacionarnos, y la olla común, en el sentido de resistencia, no es una forma de mera alimentación frente al hambre, es un desarrollo cognitivo de pensar y repensar el hambre en sí y la lucha por la cual se busca combatir esta misma. Como cocinero profesional y futuro historiador, la búsqueda del sentido de la alimentación del hombre en un carácter social se vuelve de suma importancia para tratar de explicar el comportamiento del hambre y del alimento en sí, creo por lo demás que la sociedad gira en torno a la lucha por saciar sus propios apetitos, ya que quien posee el control del alimento puede dar rienda suelta a su búsqueda de otros objetivos más allá del mero trabajo, en este sentido, una de las necesidades básicas más propias del hombre, que necesita ser solventada, a través del trabajo, y del caso de los trabajadores de este periodo, que se ven obligados a trabajar por sueldos que no les alcanzan para mantener a las familias con horarios extensos de trabajo, pocas pagas y cobros excesivos, como ya nos había mencionado DeShazo, nos dan una base para la lucha obrera por la alimentación de las personas de forma común, conseguir el alimento, prepararlo y darlo a la comunidad entera es una parte importante de una constitución humana que genera lazos de todo tipo frente a la olla, por esto, es principalmente que proponemos que la olla común es un espacio de resistencia principal para la lucha organizativa de las sociedades de obreros que subyace a todas las demás luchas, el caso de la comida siempre será un principal punto de inflexión para todos quienes se vean explotados, ya que sin comida no se puede realizar ninguna actividad humana, y la comida en si es una actividad humana por sí misma, quedando demostrado esto frente a las ollas comunes, que no solo buscan establecerse para la alimentación de las personas, si no que para, además, generar un lazo de aprendizaje de los sujetos, quienes, frente a una comida, comparten ideas, planifican y llevan a cabo acciones a futuro dentro de un plano especulativo, es decir, en términos más sencillos, la mesa reúne ideas y planifica el futuro de las personas, sobre todo en las ollas comunes.

Podemos concluir entonces, que pese a las pocas fuentes encontradas sobre las ollas comunes, a la poca importancia dada por los autores frente al tema alimenticio que se genera en el periodo, que se puede establecer como una forma de desarrollo común del hombre, y que desde las fuentes tangenciales encontradas, podemos establecer, a primeras miradas, como la olla común fue una parte importante de la lucha de los sujetos para llevar a cabo la búsqueda de resistencias mayores, de formas de organización dentro de las mismas ollas comunes y del desarrollo del pensamiento y la importancia para los pobladores mismos de la olla común, no podemos ver a la olla común como un engranaje de la historia que se genera para un fin específico, la olla común está presente en la emocionalidad de las personas, como nos señala la señora Blanca, que a lo largo de su testimonio, nos presenta a las ollas comunes de su población como la forma en la que se educaron, criaron sus hijos y que como figura central, les sirvió para establecerse como población, si bien la duración de la olla común puede verse afectado, la emocionalidad de la comida nunca cambia, el deseo natural de la alimentación es propio del ser humano y debemos ser conscientes que es parte importante del desarrollo del hombre para lograr organización, movilizaciones y desarrollo de acciones directas por parte de los pobladores.

Bibliografía.

Hardy, Clarisa. Hambre + dignidad = ollas comunes

DeShazo, Peter. Trabajadores urbanos y sindicatos en Chile: 1902-1927. Centro de investigaciones Barros Arana. 2007 Santiago de Chile.

Entrevistas.

Señora Blanca, vecina de la población La Victoria, Entrevista realizada el 6/11/2013

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