Políticas sociales en el cambio de siglo
Enviado por Jillian • 16 de Marzo de 2018 • 2.345 Palabras (10 Páginas) • 441 Visitas
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una cuestión típica que enfrentaron la mayoría de las sociedades modernas.
El Estado Intervencionista en la Argentina: El caso argentino centra su atención en las funciones socioeconómicas del Estado. Las críticas al Estado fueron muy frecuentes en la opinión pública en las últimas décadas. Los actores socioeconómicos son los diferentes sectores empresarios o intereses económicos cuyas actividades afectaban las orientaciones del sistema económico nacional.
La primera etapa del intervencionismo estatal: 1930-1955: Las primeras instituciones de regulación de la economía que dieron origen al moderno Estado intervencionista argentino se establecieron en 1930: se propuso preservar los intereses de los grandes propietarios rurales y se mantuvieron las ideas favorables de la “economía dirigida”. Desde mediados de los años 40, los peronistas buscaron reforzar sus posiciones de poder mediante la expansión del intervencionismo estatal en lo económico y la creación de nuevas legislaciones y organismos orientada al desarrollo industrial y a mejorar las condiciones de vida de los sectores asalariados y de la población más pobre. El período se cerró al decidir una parte de la burocracia militar revelarse contra el gobierno peronista.
La crisis del Estado y la profundización del intervencionismo: 1955-1976: En esta etapa se continuó con la construcción de instituciones y organismos burocráticos para regular la vida social y económica. La acción de la burocracia militar destituyó a todos los gobiernos civiles, se crearon estructuras burocráticas con funciones mal definidas y superpuestas, incrementando la crisis. Las iniciativas favorecían del desarrollo de un determinado sector de actividades; las consecuencias de las frecuentes situaciones de crisis dieron lugar a reglamentaciones de emergencias luego convertidas en permanente. El acceso a las posiciones centrales del gobierno peronista de los años 1973-76 agudizaron la crisis del Estado.
La dictadura militar y la desarticulación estatal: Los años del “proceso” correspondieron al comienzo del tercer período del intervencionismo y un salto en la crisis del Estado. La dictadura militar condujo al colapso de las instituciones y lo que cabe definir como un no-Estado. La supresión de reglas y procedimientos propios del imperio del derecho. La dictadura se propuso desarticular el intervencionismo económico y restablecer la libertad de mercado. Los intereses propios de los militares constituyeron un obstáculo para concretar el anunciado programa de achicamiento estatal. La desorganización estatal fomentó las actividades especulativas, lo que Weber denomina capitalismo aventurero. Los actores socioeconómicos más beneficiados fueron los grupos económicos concentrados y el capital financiero nacional e internacional. El régimen dictatorial introdujo nuevos actores: los acreedores internacionales. Encontraron en el endeudamiento externo una forma de fortalecer sus disponibilidades presupuestarias. La deuda dejó establecida en el plano externo una situación de merma de la soberanía nacional. Los acreedores externos presionan constantemente al Estado para que pague la deuda dejando de invertir en el gasto público (salud, vivienda, educación). La situación empeora con la estatización de la deuda en el año 1982.
El cuarto período y las consecuencias de las capacidades estatales para la democracia (1983-1989). Durante los años del gobierno de Alfonsín se encararon pocas reformas para mejorar las capacidades estatales. Para reconstruir el Estado de Derecho, el objetivo principal fue la despolitización de la burocracia militar. Los juicios a las juntas constituyeron un hito de enorme trascendencia en la conciencia pública. Los grandes problemas económicos dejados por el “proceso” y la desarticulación de la estructura industrial y las obligaciones de la deuda externa se agravaron por la ausencia de capacidades estatales para desarrollar políticas de fomento de la producción. La realización de algunas privatizaciones de empresas públicas despertó la oposición del peronismo. Con el caos de la hiperinflación los precios de los productos perdieron referencia y los denominados “saqueos” aparecieron como respuesta de quienes no encontraban garantizado el compromiso que tenía el Estado de asegurar el valor de su papel moneda.
De la identidad peronista tradicional a la gestión neoliberal. Desde su fundación el peronismo se presentó como una fuerza política preocupada por lograr mayor equidad social. El gobierno de Menem llevó adelante una gran ruptura con la tradición peronista. La apertura del mercado y las privatizaciones hicieron que se perdiera el efecto simbólico de las conquistas logradas durante anteriores gestiones peronistas, generando creciente malestar social y debilitando a los sindicatos.
La década menemista: neoliberalismo y globalización. El gobierno de Menem asumió como propio el programa neoliberal. La apertura importadora de la economía al comercio mundial se encontró con las consecuencias de la crisis estatal. El deficiente funcionamiento del control aduanero impedía el cobro de los impuestos. Durante el curso de la década la trama de los intereses de los actores socioeconómicos predominantes conoció un desplazamiento en beneficio de los inversionistas extranjeros. Las privatizaciones de empresas públicas suprimieron mecanismos estatales para orientar actividades económicas y sociales. Los hechos de corrupción son frecuentes en las privatizaciones de las empresas públicas. Entre las manifestaciones de la crisis de las capacidades estatales, la evasión impositiva era considerada como la más grave del país. A comienzos de 1991 con la designación del ministro Cavallo la política neoliberal se completó con el plan de convertibilidad, la cual era un problema político que se resumía en la renuncia estatal en el plano de la regulación de la moneda, cediendo potestades a otros actores. Las deudas públicas obligaron a destinar sumas de dinero cada vez mayores, independizadas de las necesidades de los ciclos económicos internos. La apertura y la desregulación de la economía crearon un escenario en el que permitieron actuar directamente a inversionistas mundiales, reduciendo los poderes de los grandes propietarios argentinos. Con la apertura económica neoliberal llegan grandes capitales especulativos.
La crisis del Estado, del modelo y de la Alianza: El programa denominado “La carta de los argentinos” reunía una serie de propuestas que se alejaban del neoliberalismo sin por ello anunciar el retorno al intervencionismo estatal. El gobierno optó por la continuidad del “modelo” y profundizar en aspectos lo que su antecesor no había tenido éxito: el caso más notorio es la reforma laboral. Necesidad de de cumplir con las condiciones
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