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SE PIERDE LA BATALLA DE LA PRODUCCIÓN...CRISIS INSTITUCIONAL.

Enviado por   •  6 de Abril de 2018  •  2.491 Palabras (10 Páginas)  •  333 Visitas

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A contar del 11 de septiembre, toda la institucionalidad democrática fue suprimida:

- el 12 de septiembre se declararon interinos a todos los empleados de la administración pública;

- el 17 se canceló la personalidad jurídica de la CUT;

- el 24 se disolvió el Congreso;

- el 1 de octubre se designaron nuevos rectores en todas las universidades;

- el 8 se declararon ilícitos todos los partidos de la UP;

- el 22 se declaró en reorganización a todos los servicios públicos.

Dejando estas acciones como resultado a unas 15 mil personas desempleadas, y otras 30 mil en los dos años siguientes. En las universidades, unos 3 mil funcionarios, mil académicos y casi 20 mil estudiantes fueron expulsados.

ACTIVIDAD 3: Lee los siguientes textos y responde a las preguntas que se plantean a continuación.[pic 17][pic 18]

Somos cinco mil

en esta pequeña parte de la ciudad.

Somos cinco mil

¿Cuántos seremos en total

en las ciudades y en todo el país?

Solo aquí

diez mil manos siembran

y hacen andar las fábricas. (…)

(…) ¡Cuánta humanidad

con hambre, frio, pánico, dolor,

presión moral, terror y locura! (...)

(…) ¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!

Llevan a cabo sus planes con precisión artera

Sin importarles nada.

La sangre para ellos son medallas.

La matanza es acto de heroísmo

¿Es este el mundo que creaste, dios mío?

¿Para esto tus siete días de asombro y trabajo?

En estas cuatro murallas solo existe un número

que no progresa,

que lentamente querrá más muerte (…)

Extractos del último poema escrito por Víctor Jara

en el centro de detención Estadio Chile.

CANTARÍA EN ACTO TRASCENDENTAL DE ALLENDE

En la mañana del 11 de septiembre de 1973, Víctor Lidio Jara Martínez tenía planificado cantar en un acto de Salvador Allende en el campus de la Universidad Técnica del Estado (UTE), donde el Presidente pensaba llamar a un plebiscito para que el pueblo decidiera si seguía o no en el poder. El acto estaba fijado para las 12 horas.

Víctor Jara llegó a las 11 con su guitarra y los organizadores del acto de Allende le preguntaron si no sabía lo que estaba pasando. “Claro que sé, pero oí por la radio Magallanes que había que ir a sus puestos de trabajo. Bueno, yo trabajo acá y acá estoy”, respondió el cantautor, que también era director teatral de la UTE. Tenía 40 años.

Tras el toque de queda de las 2 de la tarde, cerca de 600 académicos, estudiantes y funcionarios –incluido Jara-decidieron quedarse. En la madrugada del 12, los militares asaltaron a balazos la UTE y a punta de metralletas sacaron del campus a los detenidos. Los subieron a golpes a buses de la locomoción colectiva y los llevaron al Estadio Chile.

[pic 19]

LO RECONOCIERON Y SE ENSAÑARON CON ÉL

De acuerdo a un artículo publicado por La Nación, sobre la base de los expedientes del caso, un oficial de lentes oscuros y en tenida de guerra, cara pintada, metralleta terciada, granadas colgando en su pecho, pistola y cuchillo corvo en el cinturón, reconoció al cantante popular y se ensañó con él. Lo llamaban “El Príncipe” por sus ademanes soberbios.

Según el relato del abogado Boris Navia, también detenido, el oficial que lo reconoció “lo golpeaba una y otra vez. En el cuerpo, la cabeza, descargando con furia las patadas. Casi le estalla un ojo. Nunca olvidaré el ruido de esa bota en las costillas. Víctor sonreía. Él siempre sonreía, tenía un rostro sonriente, y eso descomponía al facho. De repente, el oficial desenfundó la pistola. Pensé que lo iba a matar. Siguió golpeándolo con el cañón del arma. Le rompió la cabeza y el rostro de Víctor quedó cubierto por la sangre que bajaba desde su frente”.

Otro de los detenidos, el periodista Sergio Gutiérrez, contó que el artista “tenía numerosos hematomas en los pómulos, se notaba pálido, muy débil. Su mirada estaba perdida”. Apenas pudo reconocerlo, lo saludó y le preguntó cómo estaba, a lo que Víctor Jara le respondió: “Mira mis manos… mira mis manos… me las machacaron para que nunca volviera a tocar la guitarra…”.

Gutiérrez recordó que “sus manos, esas milagrosas manos cuyos dedos deleitaban a millares de trabajadores e intelectuales al pulsar las cuerdas de la guitarra para acompañar sus canciones de protesta y esperanza, ya no eran tales. Estaban hinchadas y parecían tener un solo dedo, gordo y recubierto de sangre. Las pocas uñas que le quedaban estaban negras en su totalidad. Eran las manos más golpeadas que había visto en mi vida”.

ULTIMOS MOMENTOS ANTES DE SER ACRIBILLADO

Cuando Víctor Jara se encontraba en una celda recibiendo ánimo de los otros detenidos, repentinamente llegaron dos soldados que lo arrastraron violentamente hasta un sector alto del Estadio, donde comenzó una nueva golpiza más brutal que las anteriores, a culatazos. El oficial apodado “El Príncipe” había recibido la visita de unos oficiales de la Armada.

El abogado Navia recordó que “desde lejos vemos cómo uno de ellos comienza a insultar a Víctor, le grita histérico y le da golpes de puño. La tranquilidad que emana de los ojos de Víctor descompone a sus cancerberos. Los soldados reciben orden de golpearlo y comienzan con furia a descargar las culatas de sus fusiles en el cuerpo de Víctor. Dos veces alcanza a levantarse, herido, ensangrentado. Luego no vuelve a levantarse”. Es la última vez que ven con vida al cantante popular.

José Paredes, ex conscripto

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