Seminario de Investigación en Historia y Antropología.
Enviado por mondoro • 25 de Enero de 2018 • 4.631 Palabras (19 Páginas) • 444 Visitas
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Debe mencionarse que aun en la actualidad existe un ritual conocido como “ch´a-chak” en esta ceremonia se piden lluvias, para lo cual se quema incienso, se presenta una ofrenda mientras tanto 4 hombres ubicados en 4 esquinas producen sonidos similares al trueno y arrojan agua sagrada a la ofrenda y cuatro niños en las esquinas del altar imitan el croar de las ranas, esto se debe a que desde de la época Prehispánica se creía que las ranas eran ayudantes de Chaac, las cuales al croar anunciaban el inicio de la estación de lluvias.[9]
Para los mayas el hogar los “chaco´ob” dioses de la lluvia esta en el fondo de los cenotes y por lo tanto estos se vuelven un lugar digno de veneración, esta es la razón de que desde el clásico el cenote sagrado de Chiche Itza, fuera objeto de peregrinaciones. También se piensa que los “aluxes” espíritus de los montes habitan en cavernas y cenotes además de creer que la serpiente mítica “sukan” habita en este mismo lugar, esta creencia puede venir de la existencia de una especie de anguila que habita en aguas cavernosas y que al asociarse con el parecido de una serpiente se relaciona con la antiquísima serpiente celeste.[10]
Los cenotes en la mitología maya-itzae.
En la mítica migración de los itzaes en busca de su centro del universo, se cuenta que en un 8 Ahaw[11] datado entre 415-435 d.C algunos grupos mayas[12] provenientes del centro del Petén arribaron a “Siyan Can Bakhala” cielo ofrendado o cielo de linaje localizado en la costa oriental de Quintana Roo, de ahí siguieron peregrinando hasta llegar a lo que hoy conocemos como “Chichén Itza” el pozo sagrado de los itzaes, setenta años después en un 13 Ahaw alrededor de 495-514 d.C establecen un gobierno con el cual se inicia la construcción de la ciudad. Tras habitar Chichén Itza cerca de 200 años los cual es otra ves un 8 Ahaw (672-692 d.C) dejan la ciudad en busca de otras tierras al pasar 40 años de su salida conquistan “Chakam Putún” La sabana de los putunes en un 4 Ahaw[13] (711-731d.C) permaneciendo en este lugar por casi 220 años. En éste sitio los dichos itzaes adquieren influencia de gente náhuatl y de inmigrantes de la Costa del Golfo, lo cual los hace culturalmente muy diferente de los habitantes de Chiche Itza del Clásico. Entre 928 y 948 d.C. que es otra vez un 8 Ahaw inician su regreso a Chichén Itzá, viaje que se prolongó por 40 años.[14]
Todos los sitios mencionados en esta vía sagrada, están elegidos por ser lugares con agua, por ejemplo cuando estaban en Chakam Putún, localizado al oeste se simboliza como un recorrido por el inframundo, ahí señalan la ubicación de un cenote “Chik´in-dz´onot” el cenote del poniente, luego se dirigen a “P´ole “ donde tuvieron por madre a “Ix P´ol” la mercader y en el cenote Aké nacieron sus hijos y se nutrieron, este lugar esta en el este, donde a diario renace el sol, de esta manera el renacimiento de los itzaes es vinculado con el nacimiento del dicho astro.[15] Tras pasar penas en diferentes sitios, como enfermarse, pasar sed, dolores y frio y enfrentamientos entre guerrero, ésta acción pudo ser interpretada como un acto simbólico en el que para fortalecer las fuerzas genésicas se realizan luchas sagradas para aumentar la energía universal, y la victoria en las luchas se asocia al triunfo del orden sobre el caos.[16]
Finalmente en el K´atun 4 Ahaw (968-987 dC) llegan al centro del mundo a “Chichen Itza” donde existe un pozo natural que les permite la comunicación con el inframundo, donde se puede renacer y a partir de ese momento se comienza las conquistas y la imposición de tributo sobre los pueblos vecinos[17] En ese lugar se crea un microcosmos, donde se regeneran como seres superiores tras haber pasado y sobrevivido pruebas iniciáticas, de esta manera al igual que los dioses reordenaron el cosmos, ellos re ordenan la tierra obteniendo así el derecho de posesión.
El gobierno Itzae en Chichen duró aproximadamente 260 años, su decadencia comienza según los cronistas españoles, cuando los itzaes pierden su fuerza al ser abandonados por su deidad Kukulkan. De esta manera Chichén Itzá es reconquistada por un gobernante de Mayapan en un k´atun 8 Ahaw (1185-1204d.C). Este gobernante llamado “Hunak Ke´el” al conquistar la ciudad debe legitimizar su derecho a gobernar mediante un ritual iniciático, con el que se sacraliza su poder.[18]
En éste ritual “Hunak Ke´el” debe lanzarse al cenote sagrado, de la misma manera que los itzaes sacrificaban a los vencidos, así se simboliza el despojo de su poder, y muere de manera ritual, penetrando en el inframundo pudiendo así estar en contacto con las deidades, quienes le darían a conocer sus designios y al salir del cenote el gobernante renace y comienza su mandato.[19] Los mayas creían que el “Halach winik” hombre verdadero-gobernante tenía la obligación de acordarse de los dioses, ya que es el gobernante quien conoce y se interesa por lo sagrado, solo mediante la comunicación con las deidades se puede dirigir correctamente a un pueblo.
Los cenotes y el sacrificio humano.
Según Diego de Landa “Algunas veces echaban personas vivas en el pozo de Chichen Itzá creyendo que salían al tercer día aun que nunca más aparecían”[20] es decir morían el cenote que el fraile llama pozo, pero en su obra además de incluir una descripción de Chichen Itzá y de su verdoso cenote, describe algunos sacrificios humanos celebrados por los mayas entre estos menciona “En este pozo han tenido y tenían entonces, costumbre de echar hombres vivos en sacrificio a los dioses en tiempo de seca y pensaban que no morirían aunque no los veían más”[21]
Esta narración junto con otros documentos coloniales[22] y los hallazgos de Eric Thompson dieron al “ts´ono ´ot” de Chichen el nombre de “Cenote de los Sacrificios” por los primeros cronistas españoles, cuyo vocablo maya es Chenkú. Este lugar se ha convertido en un objeto de estudio para muchos exploradores e investigadores desde Stephens en 1842, Eric Thompson quien drago dicho pozo en 1904, obteniendo objetos de madera, huesos, conchas pequeñas y pedazos de cerámica y en 1909 buceo dentro del cenote, en la década de los 60 el cenote volvió a ser visitado y estudiado por buzos mexicanos trabajo que después publicaría Piña Chan.[23]
Además de las narraciones de los cronistas, las leyendas populares contaban que las victimas sacrificiales eran vírgenes, ya que estas eran arrojadas al Cenote con la intención de obtener una profecía de los “chacob”, pues se cría que dichas deidades moraban allí. Sin embargo los estudios realizados a los restos óseos
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