TEMA 1 EUROPA EN EL SIGLO XIII

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TEMA 2: EL IMPERIO GERMÁNICO EN LOS SIGLOS XIII Y XIV:

Dominium mundi: Dominio del mundo. Expresión que sintetiza la lucha entre el Papado y el Imperio durante la Edad Media.

Gibelino: Partidarios del emperador germánico y del poder imperial frente al Papado. Toman su nombre del castillo de Waiblingen. Las almenas de sus castillos tenían forma de cola de golondrina.

Güelfos: Partidarios del Papa y de poder pontificio. Toman su nombre de Welfo IV de Baviera, esposo de Matilde de Toscana. Las almenas de sus castillos eran rectangulares.

Bula: Documento papal, de contenido variado, expedido por la Cancillería Pontificia y autentificado con el sello del Papa. Las de oro llevaban un sello de oro

Sede vacante: Periodo de tiempo que transcurre entre la muerte de un Papa y la elección de su sucesor. En gobierno de la Iglesia lo ejerce el cardenal camarlengo.

Donación de Constantino: Documento elaborado en la cancillería pontifia en el siglo VIII, cuya falsedad demostró Lorenzo Valla en 1440.

Dieta o Reichtag: Asamblea de carácter deliberativo o consultivo del Imperio Alemán compuesta por eclesiásticos, nobles y representantes de las ciudades.

Liga: Asociación de ciudades o ciudadanos para la defensa mutua frente al poder. Liga suiza, Liga lombarda, Liga del Rin.

Landfriede: Liga o institución de paz acordada por los habitantes de una región del Imperio Germánico para la defensa mutua.

Bailía: Territorio que gozaba de una administración propia, aunque integrado en una unidad administrativa mayor.

Preguntas examen de cursos anteriores.

El nacimiento de Suiza.

Desde el siglo XIX los historiadores alemanes y suizos han trazado un cuadro adecuado para explicar los acontecimientos de finales del siglo XIII que constituyen el acta fundamental de Suiza. Esta región era el paso natural por el que discurrían las principales vías de comunicación entre Italia y los Países Bajos. La apertura en 1230 del paso del Sam Gotardo y el tendido de un puente para salvar el río Reuss hicieron que casi todo el flujo de mercancías pasara por este territorio, trayendo prosperidad a los habitantes de los valles de Uri y de Schwich. El emperador Rodolfo de Habsburgo, impulso nuevos peajes a las mercancías y productos que circulaban por sus tierras, por lo que estallo una revuelta que hizo que el 1 de agosto de 1291 los habitantes de Uri, Schwich, y Unterwald se unieran en una liga o Landfriede similar a las que se establecían en otras partes del imperio, obteniendo del emperador Enrique VII en 1309 la confirmación de sus franquicias y el establecimiento de una Bailía propia dentro del imperio que los sustraía del dominio de los Habsburgo. Leopoldo I de Habsburgo fue derrotado en 1315, lo que se tradujo en el afianzamiento de la Confederación, y la incorporación de Lucerna, Berna y Zurcí, tras ser desplazada del poder la aristocracia feudal por la burguesía y los artesanos que tomaron el poder. Se creó de esta forma a lo largo del siglo XIV una federación original y única que agrupaba a ciudades y a campesinos que fue adquiriendo una estructura republicana al margen del poder señorial.

Cuales fueron las principales disposiciones de la Bula de Oro.

La Bula de Oro (1356).

Carlos IV de Alemania y la Bula de Oro.

A la muerte de Luis IV los electores alemanes se fijaron en otro miembro de la casa de Luxemburgo, Carlos IV, conde de Luxemburgo y rey de Bohemia. Carlos IV de lengua y costumbres francesas mantuvo buenas relaciones con Francia, aunque sin comprometerse en la Guerra de los Cien años, y con el papado, después del turbulento reinado de su predecesor. Durante los siglos XII y XIII, cuando había que elegir un nuevo rey se acudía al nombramiento de una comisión de electores que proponía un candidato el cual era aclamado por la dieta. Carlos IV promulgo en 1356 su famosa Bula de Oro, llamada así por llevar pendiente un sello de oro en la que se fijaba el procedimiento y se designaban los electores para la elección imperial. Los electores serian 3 eclesiásticos y 4 laicos. La elección no se adscribía a ninguna familia en concreto sino a estados y a quienes ostentasen el cargo en ese momento; el imperio seria electivo y el papa nada tenía que decir sobre la persona propuesta. La Bula, a fin de cuentas vino a confirmar y recoger el pensamiento de Luis IV de Baviera expresado en la constitución de Licet Iuris, por el que el derecho de crear emperadores que el papa se arrogaba, quedó abolido en la práctica, representando el final de una época secular de continuas injerencias del Papado en los asuntos alemanes.

La rivalidad angevino-aragonesa en el Mediterráneo.

La muerte de Conrado IV no supuso el final de los Hohenstaufen en Italia ya que su hermanastro Manfredo, se alzó con el poder en nombre de su hermano Conrado IV y después de su sobrino Conradino manteniendo viva la presencia alemana. Inocencio IV ofreció la corona de dicho reino al príncipe Edmundo hijo de Enrique III de Inglaterra que fue derrotado por Manfredo en Foggia, acelerando la noticia la muerte del Papa. Manfredo se coronó en Palermo rey de Sicilia en 1258, lanzando su candidatura como rey de Alemania, frente a Ricardo de Cornualles y Alfonso X de Castilla. Pidió el reconocimiento oficial al Papa francés Urbano IV, a cambio de un tributo como feudatario de la Santa Sede, pero fue rechazado, concediendo en 1264 la corona de Sicilia a Carlos de Anjou, hermano de Luis IX de Francia. En 1266 Carlos de Anjou derrotó a Manfredo. En Alemania los príncipes gibelinos apoyaron al joven Conradino hijo de Conrado IV apoyado también por el infante Enrique de Castilla, hermano de Alfonso X y lo proclamaron como rey de Puglia y Sicilia siendo excomulgado por el Papa. Su derrota y ejecución en 1268, pusieron fin a su empresa italiana, iniciando Carlos de Anjou una campaña contra el nuevo emperador bizantino Miguel VIII, detenida ante los imprevistos acontecimientos ocurridos en Sicilia. El 30 de marzo de 1282, las ciudades sicilianas, capitaneadas por el noble Juan de Prócida, se levantaron contra los franceses, hartos de la política centralizadora y fiscal, las continuas confiscaciones y el traslado de la capital de Palermo a Nápoles. Los sicilianos ofrecieron acogerse a la soberanía directa del Papa, que lo rechazó excomulgándolos,