Trabajo Practico De Cívica
Enviado por Eric • 11 de Diciembre de 2018 • 3.439 Palabras (14 Páginas) • 300 Visitas
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En las evaluaciones realizadas hasta ahora, la diferencia en el rendimiento observada en alumnos provenientes de escuelas de gestión privada fue de un punto en comparación con los de escuelas de gestión estatal, es decir, un 10% del total. En 1997, el promedio en lengua fue de 6,18 en escuelas de gestión estatal y de 7,04 en las privadas y, en matemática, de 5,75 y 6,70 respectivamente. El rendí[pic 14]miento promedio en lengua en el censo de 1998 fue de 6,33 en los colegios de gestión estatal y de 7,33 en los de gestión privada mientras que, en matemática, fue de 6,20 y 7,28 respectivamente.
En el estudio de rendimiento realizado en 1997 se comprobó que entre las IO escuelas de la Provincia de Buenos Aires cuyos alumnos tuvieron el mejor rendimiento en matemática, hay 4 estatales y entre las 10 de peor rendimiento hay 4 privadas.
Entre los 1.021 colegios censados en 1997 en la Provincia de Buenos Aires, [pic 15]resulta demostrativa la posición que en el orden de logros de sus alumnos obtuvieron algunos de gestión privada considerados como de elite: uno de la zona norte del Gran Buenos Aires ocupó el lugar 55 en matemática y el 74 en lengua, [pic 16]otro de la misma zona el 82 y 150 respectivamente y un tercero de la zona sur, el [pic 17]342 y el 289 respectivamente. Lógicamente, hay muchos colegios públicos cuyos [pic 18]alumnos exhiben un mejor rendimiento.[pic 19]
Es decir que, entre los alumnos de ambos tipos de escuela, esa diferencia de alrededor del 10%, se ha mantenido estable durante estos años. La misma resulta fácilmente explicable por la influencia que ejerce el mayor acceso a los bienes culturales por parte de los alumnos que asisten a las escuelas privadas. Pero de ninguna manera esa diferencia adquiere, hasta ahora, la magnitud que se podía haber anticipado. En otras palabras, hay muy buenas y muy malas escuelas públicas, así como muy buenas y muy malas escuelas privadas. Muchas otras investigaciones independientes han arrojado iguales resultados, aunque utilizando grupos menos numerosos de estudiantes. Esto confirma que el problema educativo responde a causas mucho más profundas que el régimen de gestión de la escue[pic 20]fa, estatal o privado,[pic 21][pic 22][pic 23][pic 24][pic 25][pic 26][pic 27][pic 28]
CADA VEZ SABEMOS MENOS
Hay evidencias que confirman la sensación generalizada de que el nivel de conocimientos alcanzado por los jóvenes al concluir el secundario ha disminuido en forma sostenida en el transcurso de los últimos veinte años. Un interesante estudio realizado por la profesora Élida Gueventter (1997) demuestra con claridad [pic 29]que la calidad educativa está cayendo aceleradamente en nuestro país. Esas investigaciones fueron realizadas a partir de la década de 1970, comparando el rendimiento ante las mismas pruebas de jóvenes escolarizados, de clase media, de entre 17 y 22 años de edad, que encaran la elección de un proyecto de vida profesional y laboral una vez finalizados sus estudios secundarios.
[pic 30]Si se analiza globalmente el rendimiento del conjunto del grupo estudiado, en la década de 1970 el 71,1% alcanzó el nivel aceptable, el 25,6% uno mediocre y el 3,3% uno no deseable. Las cifras obtenidas a comienzos de la década de 1990 fueron: 17,8% rendimiento aceptable, 56,2% mediocre y 26% no deseable.
El interés singular de esta investigación reside en el hecho de que se estudia la respuesta de jóvenes de distintas generaciones a cuestionarios similares, Vale decir, que año tras año, los jóvenes responden peor a las mismas preguntas. Asimismo, de especial importancia es la comprobación realizada en el mismo estudio, en el que se demostró que, entre otras razones, el menor rendimiento de los jóvenes de hoy se debe a que su valoración del conocimiento es menor.
3-
Los valores de libertad y respeto por los derechos humanos y el principio de celebrar elecciones periódicas y genuinas mediante el sufragio universal son elementos esenciales de la democracia. A su vez, la democracia proporciona el medio natural para la protección y la realización efectiva de los derechos humanos. Esos valores se han incorporado en la Declaración Universal de Derechos Humanos y han sido elaborados aún más en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que consagra una multitud de derechos políticos y libertades civiles en que se basan las democracias significativas.
El nexo entre democracia y derechos humanos figura en el artículo 21(3) de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que establece:
«La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto».
Los derechos consagrados en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en instrumentos de derechos humanos posteriores que abarcan los derechos de los grupos (por ejemplo, los pueblos indígenas, las minorías, las personas con discapacidades) son igualmente esenciales para la democracia habida cuenta de que garantizan la distribución equitativa de la riqueza, y la igualdad y equidad con respecto al acceso a los derechos civiles y políticos.
Durante muchos años, la Asamblea General de las Naciones Unidas y la ex Comisión de Derechos Humanos trataron de valerse de los instrumentos internacionales de derechos humanos para promover una comprensión común de los principios, las normas y los valores que constituyen la base de la democracia, con miras a orientar a los Estados Miembros en la formación de tradiciones e instituciones democráticas internas; y para atender sus compromisos en cuanto a derechos humanos, democracia y desarrollo.
Lo anterior llevó a articular varias resoluciones de la ex Comisión de Derechos Humanos que han constituido un hito.
En 2000, la Comisión recomendó una serie de importantes medidas legislativas, institucionales y prácticas para consolidar la democracia (resolución 2000/47); y en 2002, la Comisión declaró lo siguiente como elementos esenciales de la democracia:
∙ Respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales
∙ Libertad de asociación
∙ Libertad de expresión y de opinión
∙ Acceso al poder y su ejercicio de conformidad con el imperio de la ley
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