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Trabajo Práctico Nº 4 Preguntas

Enviado por   •  14 de Octubre de 2018  •  1.615 Palabras (7 Páginas)  •  235 Visitas

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En Buenos Aires, en cambio, el tipo de desarrollo que llevaba la provincia no necesitó de fuertes políticas de Estado para promover la colonización. Si bien se intentó crear colonias, éstas no tuvieron éxito, y sobre todo, en la década del 50, los caminos del crecimiento agrarios pasaban por otro lado.

Por otro lado, en Santa Fe, se inicia una experiencia de colonización que convertirá a la misma en una de las provincias más dinámicas del territorio argentino de la época. Se reconocen dos etapas en el desarrollo de la colonización: en la primera, que abarcaría hasta 1870 aproximadamente, se ocupan zonas del centro de la provincia y se inician algunas colonizaciones privadas. Mientras que en la segunda etapa, la colonización se extiende hacia el sur de la provincia. Gracias al desarrollo económico que éstas promovían, Santa Fe se convierte en una potencia agrícola de primera magnitud.

Algo similar sucede en Córdoba, dónde el elemento desencadenante fue la llegada en 1870 del ferrocarril Central a la cuidad. Las expectativas generadas por la llegada del tren a las zonas más fértiles de la provincia generan un proceso de privatización bastante rápido de la tierra y un consecuente incremento de su valor. A partir de los 80, el proceso colonizador adquiere un ritmo destacado en el sur de Córdoba. Una parte de los colonos accede a la propiedad de la tierra y otra parte lo hace en calidad de arrendatarios o aparceros.

Estas colonizaciones dieron buenos resultados en términos agrarios y económicos, y se produjo un notable crecimiento demográfico también.

4_ Muchas de las provincias argentinas continúan ese proceso de especialización ganadera que ya era notable en la primera mitad del siglo, orientado hacia los mercados andinos y Chile. Si bien privilegiaba el desarrollo de las regiones más aptas para esta actividad, presionaba a las que se dedicaban mayormente a labores agrícolas.

Las provincias conocen situaciones con desarrollos muy desiguales en su propio seno. En Jujuy, por ejemplo, diferenciamos cuatro regiones: los valles subtropicales, que son la zona de colonización más antigua, en dónde la llegada del ferrocarril acentuó las posibilidades de la región. Aquí predomina la grande propiedad y se desarrollan grandes explotaciones que recurren a mano de obra contratada. Los valles centrales, de antigua colonización y con prevalencia de pequeños y medianos propietarios. Desde los años 30 se asiste a un proceso de campesinización. Se aplicaba enfiteusis a las tierras de comunidad y el Estado (desde los años 60) las vendía, dando por resultado minifundistas de subsistencia. La puna, predominaba la gran hacienda colonial y las encomiendas de indios. La explotación de la tierra se daba a través de sistemas de arriendo. Los campesinos se dedicaban al pastoreo de ovejas, llamas, burros, a los cultivos de subsistencia y en los períodos de sequía intercambiaban con Jujuy. En la puna, los arrenderos son los que tenían el proceso productivo en sus manos. Y por último, la zona de oriente, donde, al igual que en los valles centrales, predominaban los pequeños y medianos productores.

De todo el interior hay dos regiones que se destacan por emprender caminos novedosos en sus economías agrarias y a través de los cuales inician un crecimiento económico destacado. Estas provincias son Tucumán, que se orienta al azúcar, y Mendoza, que se orienta a la producción viñatera.

Hacia mediados del siglo XIX, Tucumán tenía una economía diversificada. Desde los años 20 comienza a producir azúcar, pero recién en los años 60 y 70 se acentúa y cobre impulso gracias a la llegada del ferrocarril. Se pueden reconocer dos etapas: la primera, en la cual el crecimiento del sector se produce de manera focalizada en algunos departamentos de la provincia, mientras que el resto mantiene el perfil productivo y campesino. Y, la segunda etapa de este gran despegue azucarero de Tucumán, se caracteriza por mostrar que la tendencia monoproductora no elimina la presencia campesina en la provincia. Esto se debe a que se puede ver una reconversión campesina a la caña, lo que les permite mantener cierta independencia a los grandes capitalistas del azúcar.

Por su parte, Mendoza, conoce un buen momento económico en la primera mitad del siglo XIX, enviaba trigo a Santa Fe, Córdoba, o San Luis. Por otro lado, el mundo de la producción se caracterizaba por una diversidad de tipos de explotación y de acuerdos que incluían desde el productor-propietario hasta distintos tipos de arrendatarios y aparceros.

Hacia finales de la década del 70, comienzan a percibirse en Mendoza, los signos de una crisis en las actividades agrarias. Debido a eso se comienza a incrementar la superficie ocupada con viñas y se instalan bodegas modernas que incorporan técnicas más avanzadas para el procesamiento de la uva.

Como dijimos, la expansión ferroviaria y las políticas del Estado jugaron un papel decisivo en esta transformación, pero no fueron los únicos factores. Los caminos que emprendieron y las modalidades con las cuales incursionaron en esta senda las provincias estaban fuertemente marcados por sus historias pasadas.

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