UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES DIVISIÓN SISTEMA UNIVERSIDAD ABIERTA Y EDUCACIÓN A DISTANCIA.

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El criterio para distinguir la buena política de la mala es el éxito. El éxito para un príncipe nuevo se mide por su capacidad de conservar el estado, se resalta el valor de la estabilidad. Bueno es el tirano que a pesar de haber conquistado el estado mediante delitos terribles logra conservarlo. Un estado bien ordenado no puede tener dos constituciones. Para Maquiavelo los estados estables son los simples, el principado o la República, mientras la inestabilidad sería una característica de los estados intermedios ya que no es suficiente mezclar una forma de gobierno con otra para tener un gobierno mixto; hay combinaciones que tienen éxito y otras que no los tienen. Maquiavelo hace una presentación de la tipología clásica planteando la sucesión de las constituciones, de acuerdo a esto, toda constitución buena degenera en la correspondiente mala, en el siguiente orden: gobierno de uno, de pocos y de muchos. El paso de la constitución a otra es más rápida, cada una de las constituciones dura poco tiempo y por lo tanto el decreto de las constituciones simples es la inestabilidad. Las constituciones aunque buenas en sí mismas están expuestas a la corrupción y deben ser consideradas como perniciosas. El remedio al fracaso de las constituciones simples existe y es el gobierno mixto, quien tiene la capacidad de durar por más largo tiempo. La concepción del gobierno mixto, es decir, del gobierno en el cual las diversas partes conviven aunque en una situación de antagonismo permanente, adquiere una profundidad histórica que la teoría meramente constitucional del gobierno mixto no había tenido hasta entonces. El gobierno mixto es la solución al problema del conflicto entre las partes antagónicas que nace en la sociedad civil.

Maquiavelo dice que los cimientos indispensables de todo estado nuevo, antiguo o mixto, son las buenas leyes y las buenas tropas. Identifica mucha atención al tema de las tropas ya que el príncipe italiano debe saber con qué tropas cuenta, de qué tipo, y las que le son necesarias para liberar Italia y consolidar el poder. Hay cuatro tipos de tropas: las propias, las mercenarias (que abundaban en Italia durante el siglo XVI) las auxiliares y las mixtas. Las mercenarias son ambiciosas, carentes de disciplina. Las auxiliares son también inútiles y peligrosas. Las mixtas son conformadas por la tropa propia y mercenaria son mejores que las dos anteriores pero peores que las propias, concluyendo que sólo con las tropas propias está seguro del Estado y el Príncipe. “Un Príncipe no debe tener otro objeto ni pensamiento ni preocuparse de cosa alguna fuera del arte de la guerra y lo que a su orden y disciplina corresponde, pues es lo único que compete a quien manda” (Cap. XIV). Un Príncipe debe ser a la vez amado y temido, pero vale más ser temido. No debe ser odiado para lo cual no debe hacerse ni apoderarse de los bienes ni de las mujeres de los ciudadanos(cap. XIX), ni proceder contra la vida de alguien “sino cuando hay justificación conveniente” (cap. XVII). Todos alaban al Príncipe que cumple su palabra y se comporta con rectitud y sin doblez, pero la experiencia demuestra en esos tiempos “que son precisamente los Príncipes que han hecho menos caso de la fe jurada, envuelto a los demás con su astucia y reído de los que han confiado en su lealtad, los únicos que han realizado grandes empresas” (cap. XVIII). Un Príncipe no debe preocuparse por ser calificado de cruel si utiliza la crueldad para mantener unidos y leales a los súbditos. Toda nueva dominación implica peligros y para acabarlos no deben evitarse los actos de crueldad. La crueldad debe ser usada para los fines del resultado que es lo único que cuenta en política, de manera útil para la conservación del Estado y mantener el poder. “El fin justifica los medios”, el fin de un Príncipe es mantener el poder. El juicio sobre la bondad o maldad de un Príncipe no parte de los medios que utiliza, sino solamente del resultado que, importando los medios de que se valga, obtiene: “Trate, pues, un Príncipe deben ser y conservar el estado, que los medios siempre serán honorables y luego ambos por todos (cap. XVIII).

Maquiavelo tiene un concepto, en general, de que los hombres son malos. Su concepción es pesimista hacia el hombre y por eso da estos consejos en el Príncipe, no debemos dejar de lado el tener en cuenta el tiempo en que se vivía, donde los asesinatos estaban a la orden del día; la mentira y la perfidia eran usuales y el poder era la ambición de todos. Es a través del libro de príncipe que se implica la necesidad de un Estado monárquico absolutista como la única manera de responder a las condiciones históricas del siglo XVI italiano. La exhortación a liberar a Italia de los bárbaros constituye el porqué de este libro, el porqué de la necesidad de tener un Estado absolutista donde un Príncipe gobierne con mano férrea.

Bibliografía:

De los Clásicos Políticos,

Enrique Suárez-Iñiguez,

MAPorrúa,

México,

2014.

El Príncipe,

Nicolás Maquiavelo,

Editores Mexicanos Unidos, S.A.,

México,

2001.

Historias de las Ideas Políticas,

Jean Touchard,

Editorial Tecnos,

Madrid,

2010.