LA CRISIS DE LA COMUNIDAD ANDINA
Enviado por mgo24 • 11 de Octubre de 2022 • Ensayo • 3.702 Palabras (15 Páginas) • 261 Visitas
LA CRISIS DE LA COMUNIDAD ANDINA[pic 1][pic 2][pic 3][pic 4]
Héctor Helí Rojas Jiménez*
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La Comunidad Andina (CAN) se encuentra en una situación de crisis, que no es nueva. Desde los comienzos del proceso de integración se advirtieron fisuras estructurales que no han permitido crear un arancel externo común, que lleve a constituir una unión aduanera que conduzca a un Mercado Común Andino. El voluntarismo Presidencial y el reiterado desconocimiento de la normativa Andina y de las Sentencias del Tribunal Andino de Justicia pueden ser las causas principales de la crisis. Sin embargo la CAN tiene un valor intrínseco que justifica pensar en mantenerla.
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Comunidad Andina, Integración Regional, Voluntarismo Presidencial, Normativa Andina, comercio Intra Andino.[pic 9][pic 10]
The Andean Community (CAN) is facing a crisis that is not new. Since the begin- ning of the integration process some structural cracks were noticed. Those cracks have not allowed the creation of a common external tariff, which lead to the cons- truction of a customs union that entails an Andean Common Market. The presi- dential voluntarism and the constant ignorance about the Andean Regulation and the decisions of the Andean Court of Justice may be the main causes of this crisis. Nevertheless, the CAN has an intrinsic value that justifies bearing in mind the idea of keeping it.
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Andean Community, Regional Integration, Presidential Voluntarism, Andean Re- gulation, Intra-Andean Market.
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* Magíster en Análisis de Problemas Políticos Económicos e Internacionales Contemporáneos. Magíster en Economía y Ciencias Políticas. Especialista en Filosofía del Derecho y Teoría Jurídica, en Derecho Administrativo y en Derecho Constitucional Comparado. (hectorhelirojas@ yahoo.com)
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Podríamos aceptar como verdad evidente que la Comunidad Andina (CAN) está en una profunda crisis. Así lo señalan expertos en temas de integración regional, y así mismo lo percibimos algunos de quie- nes integramos órganos como el Parlamento Andino, que es parte del Sistema Andino de Integración (SAI).
En el editorial del periódico El Nuevo Siglo, del día 11 de abril co- rriente, podemos constatar esta evidencia:
“Sería ingenuo desconocer el eco que tienen las advertencias de algunos sectores en torno de que las diferencias políticas, económi- cas y de prioridad comercial en los cinco países de la zona Andina son tan grandes e, incluso, irreconciliables, que la existencia de la CAN termina siendo un obstáculo para apuntalar una nueva era de interacción entre Colombia, Venezuela, Bolivia, Perú y Ecuador. En otras palabras, que tiene más sentido práctico que cada una de esas naciones negocie acuerdos bilaterales con las restantes cuatro, en vez de tratar de encuadrar sus tratativas en una normatividad andina que muchas veces se torna inflexible para maniobrar ante las particularidades y coyunturas”.
El pasado 27 de marzo, en su visita a Colombia, como Presidente del Perú, Alan García dijo en entrevista con el diario El Tiempo:
“¿Cuál es el balance de su visita de Estado a Colombia?
Muy positivo. Vamos a darle gran profundidad a la integración en- tre Colombia, Perú, Chile y México, y mantendremos nuestra pro- puesta de tener a Colombia en el APEC (Asia-Pacific Economic Cooperation), uno de los bloques económicos más fuertes del mun- do, para trabajar en la promoción de exportaciones al Asia.
¿Cree usted que todos los demás tratados de integración y acuerdos como la Comunidad Andina fracasaron?
Creo que tuvieron su tiempo. La Comunidad Andina, surgida de 1969, se sustentaba en criterios de distribución productiva, que no son los vigentes en este tiempo y así lo demuestra la poca eficacia que ha tenido su marcha durante mucho tiempo. La Comunidad An- dina no ha tenido eficacia.
¿Es decir que la Comunidad Andina fracasó?
Yo diría que tuvo su tiempo y su momento, que ya pasaron”.
Que uno de los cuatro miembros del Consejo Presidencial Andino hable tan contundentemente no deja lugar a dudas: Perú sigue pen- sando más en Asia que en la CAN.
La euforia del presidente Juan Manuel Santos hablando del MER- COSUR (Mercado Común del Sur), de UNASUR (Unión de Nacio- nes Suramericanas), de la APEC, del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, del acuerdo comercial binacional con Venezuela, etc., contrasta con un absoluto silencio frente al futuro de la CAN cuya presidencia, pro tempore, ejercerá a partir del próximo 22 de julio. Desde luego, él sabe que todos esos acuerdos binacionales son contrarios al propósito integrador andino y a la aspiración de sus fundadores de actuar como bloque en la inevitable inserción en el comercio internacional de la globalización.
Comprensible resulta, entonces, su respaldo a la propuesta de Alan García de crear un nuevo proceso con México y Chile. ¿Qué pensará Hugo Chávez y sus aliados de este nuevo bloque Sur Americano del Pacífico?
A propósito de Hugo Chávez, él tiene su propio proyecto de integra- ción: la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Bolivia y Ecuador tienen claros compromisos en ese pro- yecto. Sospechamos que Evo Morales, actual presidente pro tem- pore de la CAN, se acuerda más del ALBA que de aquella, y que Bolivia y Ecuador entienden las profundas incompatibilidades entre los dos procesos de integración. ¿Podrán seguir estando en ambos?
Chile, que fue miembro pleno en los inicios del proceso, se retiró del Acuerdo de Cartagena en 1976 por orden del general Augusto Pinochet y solo en 2007 regresó como país asociado.
Venezuela, por orden del presidente Hugo Chávez, denunció el Tra- tado y se separó de la CAN en abril de 2006. Hoy día hace esfuerzos para sustituir las normas comerciales que regulen el comercio con la Comunidad Andina. No quiere regresar a ella, pues ha pedido ser miembro de MERCOSUR. Espera manejar el tema con Colombia conforme a un acuerdo de complementación económica y con Boli- via y Ecuador de conformidad con las normas del ALBA.
Ante este panorama es pertinente preguntarnos: ¿qué queda de la CAN?
Un proceso que no avanza, porque no logra nuevos miembros, que se enfrenta a otros proyectos de integración como UNASUR y MERCO- SUR, que a pesar de su fragilidad avanzan y logran vincular nuevos
países, que debe soportar la incongruencia de subbloques bien dis- tintos en el tono ideológico como son Colombia y Perú en la orilla neoliberal, y Bolivia y Ecuador en la perspectiva del llamado “So- cialismo del siglo XXI”, que debe someterse a la voluntad de Presi- dentes que negocian tratados de Libre Comercio sin contar para nada con los otros países del acuerdo: ¿tiene posibilidades de subsistir?
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