Conductismo y sus efectos en la educación

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Seamos conscientes de que seguimos viviendo en una época en la que se cree que los alumnos de mejores calificaciones son los más inteligentes, sin considerar sus habilidades y tipos de inteligencia que poseen, sometiéndolos a un sistema arcaico, y que juzga en base a unas cifras, sabiendo esto, podemos darnos cuenta de que el estudiante también se ve condicionado por sus padres y sociedad. Mientras que el alumno que obtiene calificaciones altas recibe regalos, felicitaciones, becas y demás, el que tiene bajas calificaciones es castigado, juzgado de incapaz de aprender, regañado y amenazado con peores cosas si no mejora sus notas.

Si bien el conductismo es práctico, debemos pensar si es ideal para la educación. Claro, tiene sus puntos positivos, alumnos obedientes, atentos, estudiosos y con buenas notas, pero que al final no saben qué están aprendiendo realmente, no saben descubrir sus capacidades y que no estudian por gusto y satisfacción propia, sino para ser premiados o para evitar un castigo, ¿realmente eso es educación?, ¿queremos que esto se siga repitiendo? Es necesario buscar nuevos métodos en los que el alumno realmente se esfuerce por aprender, por supuesto que está bien que de vez en cuando reciban un incentivo por ir bien en la escuela, pero que eso no sea lo que los motive, sino las ganas, la emoción y el gusto por aprender.

El conductismo está presente en nuestras formas de pensar, en nuestras acciones, en nuestro día a día, lo practicamos día a día, y sería bueno poner atención y darnos cuenta a qué estamos condicionados. Si encontramos cosas positivas, conservémoslas, pero si encontramos aspectos negativos, cambiémoslos. Siempre estamos a tiempo de cambiar y aprender nuevas conductas, hagamos uso del refuerzo positivo. Y que ese refuerzo sea la satisfacción de lograr algo.