El directivo como comunicador

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De lo artificial a lo productivo

[pic 7]Es una falacia creer que la creación de ámbitos comunes asegura la colaboración. No todo el mundo está preparado ni está dispuesto a participar en esta clase de agrupaciones. En este punto es fundamental la actitud que adopten los directivos. Por un lado para guiar y asesorar a quienes voluntariamente quieren participar, y por el otro para intentar sumar a quienes se muestran reacios a este tipo de iniciativas. Por eso es más fácil incorporar primero a quienes desean hacerlo: la difusión de los logros alcanzados, por pequeños que sean, puede acercar a otros actores que hasta ahora permanecían al margen. Si por el contrario, se obliga a la participación colectiva, se genera lo que se conoce como "colegialidad artificial"; se establecen vínculos de colaboración sin ningún sustento pedagógico, sin que exista un proceso de trabajo que lleve a objetivos, plazos, acciones y evaluaciones ¿Qué nos animamos a hacer juntos? Esta podría ser la pregunta disparadora.

Sinceramiento y compromiso

[pic 8]Antes que nada, hace falta tener en cuenta que vencer el individualismo requiere de un cambio de actitud frente a la escuela. Muchas veces el individualismo es un lugar de protección desde donde se manifiesta una sensación de propiedad: "mis alumnos", "mi materia". Pero ¿por qué no "nuestra escuela"? Esta pregunta perderá sentido en tanto la estructura diseñada desde la dirección no facilite las agrupaciones colectivas para la participación real en la toma de decisiones. Las estrategias que se generen (en la flexibilización de tiempos, espacios y agrupaciones) tendrían que tender a romper ese sentimiento de propiedad y aislamiento, para generar compromisos permanentes con la vida institucional en general.

[pic 9]Teniendo en cuenta lo analizado previamente, una de las condiciones para generar una cultura colaborativa que instaure sistemática y formalmente el trabajo en equipo como metodología es lograr un nivel de sinceramiento ¿Por qué? Porque no es posible trabajar colectivamente sin instancias de comunicación real. El sinceramiento implica:

- un espacio de resguardo para que los conflictos aparezcan sin el temor a una futura censura;

- buscar alternativas colectivas de solución a los problemas;

- elaborar algunos acuerdos por escrito donde se incluyan acciones colaborativas en las tareas institucionales, tanto a través de proyectos específicos, como en el trabajo en el aula.

Roles positivos y negativos

[pic 10]Son diversos los grupos que se pueden conformar:

- de índole general;

- de equipos de conducción;

- de equipos docentes ampliados o reducidos.

[pic 11]La dirección deberá actuar en tanto conductor de estos procesos para garantizar el logro de objetivos diseñados en el marco del PEI. Tanto al participar de las reuniones como al vincularse con los coordinadores e integrantes de las mismas, es primordial que los directivos tengan en cuenta aquellos roles y actitudes que favorecen u obstaculizan la cohesión y productividad del trabajo en equipo. Llevar a la práctica los elementos favorecedores (ver recuadro) será responsabilidad de los directivos. Para ello, es fundamental que orienten a los coordinadores o responsables de aquellos proyectos colectivos que no necesitan de su presencia pero sí de su supervisión.