El gran Manual de competencias
Enviado por Helena • 13 de Agosto de 2018 • 3.590 Palabras (15 Páginas) • 432 Visitas
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Hace tres décadas, los varones y las mujeres tenían puntos de vista muy diferentes acerca de la importan- cia del amor romántico en el matrimonio (Simpson et al., 1986). En respuesta a la pregunta, “¿Si (alguien) tuviera todas las demás cualidades que usted desea, se casaría con esta persona aunque no estuviera enamo- rado?” cerca del 30 por ciento de las mujeres dijeron que no se casarían, en comparación con más del 60 por ciento de los hombres. Es decir, era más probable que los hombres consideraran al amor como requi- sito esencial para el matrimonio. Sin embargo, estos patrones han cambiado. Esta encuesta se repitió en 1976 y de nuevo en 1984 (Simpson et al., 1986). Para entonces, las diferencias de género habían desapa- recido y el amor se consideraba más esencial para el matrimonio en 1984 de lo que se consideró en la déca- da de 1960. Más de 80 por ciento tanto de varones como de mujeres se rehusarían a casarse bajo las condicio- nes planteadas en la pregunta. Los investigadores interpretaron este dramático viraje como resultado de los enormes cambios en los papeles sociales de varo- nes y mujeres. En especial, es más probable que hoy en día las mujeres tengan empleos pagados y que sean más económicamente independientes de los hombres. Por lo tanto, sienten una menor necesidad de estar dentro de un matrimonio —ya sea que estén enamo- radas o no— a fin de que se les mantenga en sentido económico. En consecuencia, el amor también puede ser un requisito indispensable para ellas. Es irónico que la revolución sexual —que enfatizaba el derecho al sexo liberado e incluso casual— se acompañara de un mayor, no menor, énfasis en el amor.
Amor y adrenalina
Teoría de dos componentes del amor
Las psicólogas sociales Ellen Berscheid y ElaineWalster (1974a) proponen una teoría de dos componentes del amor. De acuerdo con su teoría, el amor pasional ocurre cuando existen dos condiciones de manera simultánea: (1) la persona se encuentra en un estado de intensa excitación fisiológica y (2) la situación es tal que la persona aplica una etiqueta particular (“amor”) a las sensaciones que está experimentando. Su teoría se deriva de una importante teoría desarrollada por Stanley Schachter (1964).
Suponga que su corazón está latiendo fuertemente, que las palmas de sus manos están sudando y que su cuerpo está en tensión. ¿Qué emoción está experimen- tando? ¿Es amor; acaso el leer acerca del amor pasio- nal lo ha conducido a pensar obsesivamente en otra persona? ¿Es temor; está usted leyendo este texto de manera frenética porque tiene un examen mañana por la mañana? ¿Es excitación sexual; está pensando en tener una intimidad física más tarde esta noche? Podría ser cualquiera de estas tres, o ser enojo o vergüenza. Una amplia variedad de emociones se acompaña de los mismos estados físicos: aumento de la presión arte- rial, aumento en la frecuencia cardiaca, aumento de miotonía (tensión muscular), palmas sudorosas. Lo que diferencia a estas emociones es la manera en que interpretamos o etiquetamos lo que estamos experi- mentando.
La teoría de dos componentes de la emoción de Schachter (1964) afirma precisamente esto: una emo- ción consiste de un estado de excitación fisiológica más la etiqueta que la persona le asigna (para una evaluación crítica de esta teoría, véase Reisenzein,
1983). Berscheid y Walster han aplicado lo anterior a la emoción del “amor”. Sugieren que sentimos el amor pasional cuando estamos excitados y cuando las con- diciones son tales que identificamos lo que sentimos como amor.
Sustentación para la teoría de dos componentes Diversos experimentos proporcionan sustentación a la teoría de dos componentes del amor de Berscheid y Walster. En un estudio, los participantes experimenta- les masculinos se ejercitaron de manera vigorosa por medio de correr en un solo sitio; esto produjo la res- puesta de excitación fisiológica del latido fuerte del corazón y de palmas sudorosas (White et al., 1981). Más adelante, calificaron su agrado por una mujer atractiva que, en realidad, era una confederada de los experimentadores. Los varones en el grupo de corre- dores dijeron que la mujer les agradaba significativa- mente más que los varones en el grupo control que
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no se habían ejercitado. Este resultado es consistente con la teoría de Berscheid y Walster. El efecto se denomina error de atribución de la excitación; es decir, en una situación como esta, los varones hacen un error de atribución de su excitación —que en realidad se debe al ejer- cicio— a su agrado por la mujer atractiva. Un análisis de 33 expe- rimentos encontró que la exci- tación afecta a la atracción aun cuando la fuente de la excitación no es ambigua (Foster et al., 1998).
Teoría de dos componentes del amor: teoría de Berscheid y Walster según la cual deben existir de manera simultánea dos condiciones para que ocurra el amor pasional: excitación fisiológica y vinculación de una etiqueta cognitiva (“amor”) con la sensación.
Error de atribución de la excitación: cuando una persona está en una etapa de excitación fisiológica (p. ej., por ejercicio o por estar en una situación de temor), atribuir esos sentimientos a amor o atracción hacia la persona presente.
Otro estudio sugiere que el temor puede aumentar la atracción de un varón hacia una mujer (Dutton y Aron, 1974; véase también Brehm et al., citado en Berscheid y Walster, 1974a). Una atractiva entrevistadora se acercó a transeúntes varones en un puente de suspensión ate- morizante o bien sobre un puente no atemorizante. El puente atemorizante estaba construido con tablas amarradas a cables y tenía una tendencia a inclinarse, mecerse y balancearse; los pasamanos estaban a un bajo nivel y había una caída de 230 pies (69 metros) a rocas y rápidos poco profundos debajo de él. El puente control estaba hecho de cedro sólido; era firme y sólo había una caída de 10 pies (3 metros) a un riachuelo poco profundo debajo de él. La entrevistadora le pidió a los sujetos que llenaran cuestionarios que incluían reactivos proyectivos de prueba. Estos reactivos se cali- ficaron según su imaginería sexual.
Los varones en el grupo del puente de suspensión deberían haber estado en condiciones de excitación fisiológica, mientras que aquellos en el grupo del puente control no lo deberían haber estado. De hecho, hubo más imaginería sexual en los cuestionarios con- testados por el grupo del puente de suspensión, y estos varones hicieron más intentos por comunicarse
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