LA CULTURA DE AHORRO EN LOS JÓVENES DOMINICANOS, EFECTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS
Enviado por Kate • 8 de Enero de 2019 • 2.214 Palabras (9 Páginas) • 402 Visitas
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Cantidad, es el hábito
Así es: si empiezas con el hábito cuanto antes, podrás acabar ahorrando mucho sin necesidad de que sean gran cantidades. Imaginemos el caso de nuestros hijos: ahorrar 100 euros al mes para nuestro hijo significa que tenga más de 20.000 euros cuando llegue a los 18 años. Quizá pueda 100 euros pueden parecerte mucho, pero es una referencia: si ahorras 50 euros al mes, serán 10.000 euros, nada mal para que pueda empezar un buen futuro cuando quiera independizarse o necesite el dinero para estudios universitarios.
La importancia de la rutina
Por lo tanto, lo más importante de todo es tener una rutina de ahorro, una rutina desde bien pequeños que nos permita empezar a ahorrar un porcentaje de todo lo que ingresamos. Evidentemente, podemos romper esa rutina para cumplir nuestras necesidades y, de vez en cuando, nuestros mayores deseos, pero si ya tenemos la rutina integrada en nuestra forma de trabajar nos permitirá seguir con ella después de hacer pequeños gastos voluntarios.
Miles de personas están interesadas en saber cómo ganar dinero invirtiendo en certificados financieros, bonos, acciones y otros instrumentos de inversión. Sin embargo, una gran parte de ellas no cuenta con un ahorro que constituya un capital para invertir, lo cual es elemental para participar en este tipo de negocios.
Por este motivo, en Argentarium Radio, Luis Veras* compartió con nuestros oyentes cinco consejos para adquirir la cultura del ahorro. Están dirigidos sobre todo a los jóvenes, pero en términos generales son aplicables para cualquier persona que quiera cultivar el hábito de ahorrar.
1) Reserva algo, aunque sea poco, y crea la disciplina
A bailar se aprende bailando, a escribir se aprende escribiendo, a ahorrar se aprende ¡ahorrando! No importa qué tan pequeño sea tu salario o que esté por debajo del mínimo: tienes que sacar una proporción de él para ahorrar.
Claro, este porcentaje no debe causarte estrés ni generarte una situación de apuro que, a corto plazo, te obligue a destinar tus ‘clavitos’ a otro asunto más prioritario.
Al final, dice Luis Veras, el éxito de este primer ejercicio estriba en que consigas disciplina. Cuando pasen los meses contarás con una cantidad de dinero significativa que te llenará de orgullo.
Aumenta gradualmente el monto destinado a ahorrar. Si empiezas con RD$100.00 en un mes, por ejemplo, el próximo guarda RD$150.00, al tercero RD$200 y así sucesivamente. Cuando veas todo lo que has conseguido guardar sentirás que habrá valido la pena.
2) ¡Ponle nombre y apellido a tus ahorros! Define las metas que alcanzarás con ellos
Saber qué quieres lograr con el dinero que ahorres te motivará a ser consistente. Piensa en aquello que necesitas o deseas lograr con lo que reúnas: comprar un ordenador, juntar el inicial de tu carro, pagarte un diplomado para continuar educándote… lo que sea que quieras.
“No ahorres por ahorrar”, recomienda Luis Veras, indicando que es preciso definir objetivos y determinar el plazo en el que se quiere tener el dinero suficiente para alcanzarlos.
En el trayecto, resalta Veras, es esencial resistir las tentaciones. Causa emoción tener un efectivo disponible para comprarte unos zapatos, cambiar los muebles, comerte una pizza o ir a un buen restaurante, ¿no?
Pero ahí es cuando tienes que recordar tu objetivo y la razón por la cual ahorras, convencerte psicológicamente de la necesidad de posponer este deseo inmediato para alcanzar tu meta.
Si te entra “una brisita” (un dinerito que no esperabas), evita el gasto extraordinario con este ingreso imprevisto. Descarta pensar con la lógica de que como no estaba en tu planificación da igual que te lo comas o te lo bebas.
En ese momento, recuerda una vez más tu meta de ahorro y destina este ingreso inesperado para ella.
Si las circunstancias de tu vida cambian, aumentan tus gastos u ocurre una situación por la cual no puedas guardar tanto dinero como lo has ido haciendo, entonces, ajusta tu meta de ahorro en función tus nuevas condiciones.
Aunque parezca que lo que te ingresa no da para ahorrar, en verdad no es imposible. Reduce el monto desinado al ahorro hasta donde la sábana te alcance y extiende la fecha en la que quieres lograr tu meta.
3) ¡Cuidado con el financiamiento! ¡Endéudate lo menos posible!
“Que no se te abran mucho los ojos cuando empiecen a abrirse las puertas del financiamiento”, alerta Veras a la población joven que empieza a trabajar y tiene posibilidades de acceder al crédito.
Aunque tengas un salario que en apariencia te alcanza para comprar un carro no necesariamente es así, explica el especialista para ilustrar el riesgo del financiamiento. Pero resalta que la posesión de un vehículo trae consigo otros gastos, como los de combustible, mantenimiento, pago de impuestos y seguros, que acabarán limitando tu capacidad de ahorro.
A su entender, el crédito representa una oportunidad, pero también puede tener un efecto dañino o contraproducente si se utiliza en el momento inoportuno o de la forma equivocada.
4) No esperes tener dinero extra para ahorrar
Deja de perder oportunidades de ahorro esperando que tus circunstancias sean más holgadas para “guardar pan para mayo”. En lo que llega ese momento podrían pasar muchos meses, ¡hasta años!
Empieza con una pequeña cantidad, así sean RD$100, RD$500, RD$1000…, lo que puedas. Este punto dependerá de tus ingresos y lo que importa es tomarle cariño a este hábito sano.
5) Conoce las opciones de inversión de bajo riesgo en tu mercado
Después de aprender a ahorrar, puedes empezar a invertir. Mientras estés en el proceso de cultivar el hábito del ahorro aprovecha el tiempo y ve educándote sobre las alternativas de inversión de bajo riesgo.
Conoce los beneficios de la libreta de ahorro, el certificado financiero o los instrumentos del mercado de valores, como los bonos de renta fija.
Cada una de estas opciones tiene características distintas. La libreta, por ejemplo, generan un retorno (ganancia) muy pequeño. Sin embargo, la facilidad de acceder a tu dinero cuando lo necesites es mayor que en un certificado.
Los bonos podrían darte un rendimiento superior al de un certificado
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