Psicoanálisis para niños. Ficción de sus orígenes. Silvia I. Fendrik. Cap. 1, 3, 5.
Enviado por poland6525 • 27 de Marzo de 2018 • 3.797 Palabras (16 Páginas) • 434 Visitas
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La indicación del tratamiento
Existe un periodo previo donde existe la posibilidad de inicio de un tratamiento legítimo y utilizar recursos para instaurar la situación analítica. Las precondiciones necesarias para iniciar el tratamiento es que exista una conciencia de sufrimiento y una confianza y decisión de analizarse. Dentro de este periodo previo se debate la utilización del método de la sugestión a fin de crear un vínculo con el niño es decir una posición pedagógica que es defendida por Anna Freud. Luego está el análisis propiamente dicho donde existe una dificultad para aplicar la Asociación Libre ya que el niño puede asociar por sumisión lo que se plantea puede no ser legítima, aunque Anna Freud plantea que lo más importante es descubrir el lugar que el análisis puede tener en la vida del niño. Melanie Klein va a reemplazar la asociación libre por el dibujo donde según Klein se obtienen datos de la vida cotidiana del niño. Para Melanie Klein sustrae de su voluntad consiente la secuencia del juego, por lo cual es equivalente a la asociación libre del adulto. Anna Freud va a criticar esto mencionando que si un niño simplemente juega, darle contenido simbólico a aquello que puede tener cualquier interpretación o ninguna es algo a lo que el analista no tiene derecho.
¿Qué es la transferencia?
A la transferencia la definen como el prerrequisito indispensable solo la transferencia confiere significación simbólica a lo que el paciente haga o diga. Según Anna Freud solo la transferencia positiva es la única manera de análisis de un niño, aunque no rechaza lo incómodo. La transferencia negativa es un obstáculo para que la labor analítica se desarrolle, ello se debe a que en los niños la hostilidad y la desconfianza pueden ser signos de una protesta legítima contra el adulto.
Neurosis de transferencia.
Alguien puede tener una relación intensa con su analista sin que sea una neurosis de transferencia ya que no es solo la vinculación afectiva con el analista sino la sustitución de síntomas por síntomas transferenciales, sobre los cuales el analista en tanto objeto de esta transferencia puede influir. A diferencia del adulto el niño no quiere reeditar sus relaciones afectivas porque todavía existen en la realidad lo cual añade un elemento distinto a la terapia infantil.
La conjunción psicoanálisis- pedagogía
Cuando más apego a sus padres más le costará la relación afectuosa con el analista. El mismo compartirá como cualquier otro adulto el afecto que el niño siente por ellos. En situaciones de carencia el niño buscara en el analista afecto y protección y el no reconocerse como analista es un precio a pagar.
Los limites teóricos del análisis infantil
En la obra de Freud el niño es fundamentalmente una construcción de la neurosis infantil, producida en el curso del análisis de un paciente adulto, pero por cerca que el niño este del origen de la neurosis, a partir del lenguaje este origen está perdido. El niño se revelará como el menos apto en lo que se refiere a obtención del material inconsciente. El superyó del niño no es autónomo es muy dependiente de la instancia parental. Funciona más en el registro dl amor que en el de la identificación. La labor con el inconsciente será analítica mientras que la labor con el superyó obedecerá a la dependencia del niño y el analista tengan del mundo exterior.
Fin del análisis de un niño
La cuestión pedagógica remite por lo tanto a la concepción de que el analista tiene el fin del análisis como objetivo y como conclusión. ¿Debe el analista adoptar una posición de poder y colocar su autoridad sobre los padres? ¿O la autoridad del analista solo debe estar al servicio de garantizar el análisis? ¿Debe intentar suplir las fallas de los padres cuando causan daños severos a la vida psíquica de los niños? Anna Freud va a decir que es frente a los padres que el analista debe ocupar el lugar del ideal del yo. Así el analista reúne en su persona dos misiones difíciles y, en realidad, diametralmente opuestas, la de analizar y educar a la vez, es decir permitir y prohibir al mismo tiempo, librar y volver a coartar simultáneamente.
Capítulo 5
M. Klein critica varios puntos de la teoría y práctica de A. Freud. Entre ellas se cuentan la falta de análisis del complejo de Edipo, cuestiona la combinación entre análisis y educación y asevera que todo límite impuesto al análisis de un niño es la consecuencia de los prejuicios del analista (falta de análisis del propio complejo de Edipo por ejemplo).
A. Freud postulaba que el análisis de niños no debía ser llevado tan lejos, sino que debía atenerse a objetivos parciales y con un abordaje pedagógico. Afirmaba que el niño no puede hacer transferencia en terapia porque sus objetos originarios, los padres, son una permanente fuente de goce para él.
En oposición, Klein sostenía la necesidad de explorar el complejo de Edipo en profundidad y la incompatibilidad de la tarea analítica con la educativa. El superyó no equivale a los padres reales para ella, por lo que sería posible trabajar desde la transferencia; de esta forma evita analizar el lugar de los padres reales y sus demandas al niño y su análisis. Klein también pensaba que los medios analíticos no necesitan un trabajo de entrada, sino que basta con analizar el lugar de la autoridad -amada u odiada- en que los pacientes colocan al analista; de esta manera es como se gana acceso a los estratos más profundos de la mente infantil.
Klein buscaba apelar desde el principio a angustia y al sentimiento de culpa. Contar y
trabajar con ellos con el fin de aliviarlos en la medida de lo posible atacando sus raíces inconscientes. Dice que estos sentimientos están presentes en todos los niños, por lo que en análisis infantil posee necesidad y aplicación universal para Klein. Según ella es posible manejarse tan solo con las transferencias positivas y negativas, lo que le permite al analista prescindir de cualquier conocimiento o contacto con el ambiente del niño.
«¿Qué es entonces lo que le hace falta a la interpretación de Anna Freud? Todo lo que hubiera profundizado con la situación edípica. Esto significa que omitió explicar las causas más profundas del sentimiento de culpa y de la fijación, e imposibilitó la resolución del complejo de Edipo». Klein hace referencia a un caso tratado por Anna. Según
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