Reporte de libro "Mi voz ira contigo"

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Mientras se sugiere que una incapacidad puede ser una gran ventaja ante los demás, recuerdo lo dicho alguna vez por un conocido; “Aprovecha tus lesiones” esta frase se quedó grabada en mi mente y ahora con lo propuesto por Erickson puedo darle aun mayor significado: El “padecer” una incapacidad no solo decrece nuestras capacidades, también nos otorga nuevas experiencias, experiencias diferentes a las que cualquier otro individuo pudiera haber experimentado pues cada vida es distinta y por tanto cada vivencia y cada experiencia.

Cabe destacar la propuesta de usar una regresión a los primeros años de vida como método practico para usarse con la gran mayoría de los pacientes, ya que casi todos (a excepción de quienes padecieran alguna incapacidad) experimentamos la lucha por aprender a caminar y/o a hablar.

El chico estará muerto a la mañana

El objetivo principal de este apartado es el de demostrar la importancia de la aceptación de las capacidades propias y el mantenerse con objetivos inmediatos fijos.

CAPÍTULO III: “Confía en tu inconsciente”

Entiendo al respecto que el conocimiento que se adquiere a través del tiempo está a nuestra disposición siempre y cuando no lo bloqueemos forzando el hacerlo consciente, es decir, la mejor forma de usarlo a nuestro favor es dejando que fluya de acuerdo a las exigencias del momento. A su vez la paciencia es clave para los procesos mentales, “dar tiempo al tiempo” es una metáfora prudente al tema. Es prudente reiterar en este puto que el la sincronía con nuestro paciente es de suma importancia, tomar lo que comunica verbal o no verbalmente y ocuparlo para sintonizar su sentir y pensar es un método de notable utilidad.

Poner suma atención en los detalles es menester del terapeuta si este pretende construir una estrategia efectiva, personalizada y acorde a las necesidades del paciente. Es práctico utilizar también tanto las fortalezas, flaquezas, ventajas y desventajas del paciente.

Gracias a una vivencia narrada por Erickson se puede entender que el estado de trance no solo nos es útil aplicado al paciente, sino también aplicado a nosotros como terapeutas.

Escritura automática

Una forma de “conectar” con el inconsciente es por medio de la escritura en estado de trance. Según la experiencia relatada por el autor, al entrar en estado de trance el cerebro proyecta nuestros verdaderos pensamientos al escribir, tanto las irregularidades de presión como el ritmo y/o la frecuencia según sea el tema, reflejan las ideas que cruzan nuestra mente en ese momento, sin filtros y con naturalidad.

Hay que ser muy flexible a la hora de aplicar esta técnica y entender si el paciente no se siente preparado para llevarla a cabo, ya sea por bloqueos o por simple incomodidad.

Al finalizar el capítulo se esclarece que el trance no es un estado ajeno al ser humano (y posiblemente a ningún ser vivo), este es, de hecho, un estado del que entramos y salimos a lo largo de nuestra vida cotidiana, entrar en él no nos deja a merced del entorno como mucha gente cree, nuestra mente y nuestro cuerpo poseen la capacidad de continuar las actividades programadas aun en estado de trance (entre ellas el estado de alerta).

CAPÍTULO IV: “Sugestión indirecta”

Los relatos de este capítulo muestran de qué manera aplicaba Erickson ciertos fenómenos de hipnosis tradicionales como la regresión a otra edad. Su abordaje indirecto es particularmente útil para tratar lo que suele denominarse “resistencia” a la hipnosis y a la terapia.

También se explica que se requieren formas distintas de comunicación para cada paciente, pues su “lenguaje inconsciente” varía de acuerdo a experiencias previas o significados personales.

Erickson nos muestra por medio de un par de relatos ejemplos de cómo se puede evadir una resistencia creada conscientemente y avocada a algo o a alguien en concreto. Ejemplifica también el concepto que “al paciente hay que abordarlo en su propio marco de referencia” mencionado capítulos atrás.

Posteriormente propone la resignificación de conceptos/problemáticas o sugestión indirecta por medios indirectos, cambiando actitudes o reflexionando sobre aconteceres o incluso objetos (como el ejemplo que menciona sobre el alcohólico y el cactus).

Las dificultades para provocar un estado de trance en los pacientes no son algo extraño en la materia, si bien esto puede complicar la situación no la imposibilita, en la lectura se nos muestra como existen alternativas tanto para llegar al estado de trance como para simularlo.

CAPÍTULO V: “La superación de las limitaciones habituales”

En este capítulo, Erickson explica 2 elementos muy importantes para la ampliación de los límites mentales. El primero consiste en establecer una disposición psíquica menos limitada que la anterior, mientras que el segundo dicta abandonar cada tarea sin pensar en sus limitaciones, si no en la tarea misma. Por ejemplo, en una serie de 10 tiros con arco, cada tiro debe efectuarse como si este fuera el primero.

Se explica dicho proceso por medio del pensamiento divergente en oposición al convergente, es decir, que las ideas se desarrollen a más ideas en vez de una sola.

Esto último se hace notar en la anécdota con su nieto, al cuestionarle sobre cuantas formas había de ir de la habitación en que estaban hacia la próxima, haciendo notar la abrumadora cantidad de posibilidades que existen, de las cuales solemos notar una ínfima cantidad.

A notar en el ejemplo del deportista de lanzamiento de bala, el cambio fue gradual y las diferencias se redujeron a una expresión menor, haciéndola aparentemente más posible.

CAPÍTULO VI: “Reencuadre”

En el presente capitulo se tratan temas sobre cómo se puede cambiar la percepción que se tiene sobre una situación en concreto, modificando la idea general que se tiene de esta y resignificándola. Erickson ejemplifica esta técnica exponiendo cierta situación vivida con su hija respecto a la moda de morderse las uñas, él apoya la idea de su hija de hacerlo e incluso potencia el acto proponiéndole que lo haga aun con mayor frecuencia que las demás niñas, más temprano que tarde su hija decide “implantar una nueva moda”, la de dejarse las uñas largas, a la cual Erickson concluye que de esta forma “persistir en los síntomas resulta más molesto que abandonarlos”.

CAPÍTULO