Tema 3 educación infantil

...

La formación y el desarrollo de la personalidad ocurre durante toda la vida humana, las características y regularidades que distinguen al ser humano en cada período de su vida están determinadas por las circunstancias socioculturales e históricas concretas en las que transcurre la existencia de cada persona. Desde la perspectiva histórico-cultural se destaca, el medio social como fuente del desarrollo y la interacción e interrelación social como fundamentalmente determinante del desarrollo psíquico humano (Febles y Canfux, 2003), lo que demuestra que no solo el medio social da lugar a cambios en el desarrollo; la relación única, particular e irrepetible entre cada sujeto y su entorno, promueve y potencia el desarrollo psíquico y de la personalidad.

La importancia de la educación es crucial para el crecimiento y el desarrollo humano, cada período es sensible para recibir la influencia de la educación y el papel de la riqueza estimulante del entorno.

El desarrollo no es algo privativo de niños y jóvenes, sino que se produce a lo largo de la vida del ser humano, desde que nace hasta la vejez. En el estudio del origen y desarrollo de la personalidad, se pueden verificar logros esenciales en cada una de las etapas, ellos tienen que ver con la influencia social, toda la historia que antecede al individuo, la cultura de la sociedad en la que vive y los grupos en los cuales se inserta o con los que de alguna manera se relaciona.

- La personalidad

No existe una definición de “personalidad” que sea comúnmente aceptada por quienes, dentro de la psicología científica, se han dedicado y vienen ocupándose de su estudio.

Bermúdez Moreno nos dice que el término personalidad hace referencia a la organización relativamente estable de aquellas características estructurales y funcionales, innatas y adquiridas bajo las especiales condiciones de su desarrollo, que conforman el equipo peculiar y definitorio de conducta con que cada individuo afronta las distintas situaciones. Es la suma de todas las características que definen a un individuo tanto las disposiciones innatas como las adquiridas por aprendizaje.

Cabe definir pues, la personalidad como el conjunto de rasgos psicológicos, hereditarios y funcionales que juntamente con la cultura, formación, experiencias e influencias van determinando la forma de ser distinta y propia de cada persona y en virtud de estas características individuales el modo habitual y propio de responder ante situaciones distintas. Es evidente que el niño no nace con personalidad sino que a medida que crece se va configurando. En un principio podemos hablar de temperamento.

El temperamento es la parte de la personalidad que tiene que ver con la expresividad emotiva y las reacciones ante la estimulación del entorno. Es una parte de la personalidad que hace referencia a las disposiciones y reacciones y a su velocidad e intensidad. A veces es utilizado este término para referirse al estado de ánimo predominante de una persona. Algunos rasgos del temperamento son innatos y se manifiestan muy pronto en la vida del niño, además permanecen muy estables a lo largo de la vida, aunque las condiciones ambientales pueden variarlos algo.

En los primeros años de vida la personalidad del niño/a queda reducida a la aparición del temperamento. Thomas y Chess (1986) agruparon el temperamento en nueve rasgos:

- Actividad: son muy activos desde que están en el vientre materno.

- Ritmicidad: algunos niños realizan actividades regularmente.

- Aproximación-rechazo: alegría o tristeza ante personas desconocidas.

- Adaptabilidad: algunos niños se adaptan con facilidad a los cambios, otros no.

- Intensidad de reacción: Algunos bebés manifiestan mucha energía en sus reacciones otros no tanta.

- Umbral de capacidad de respuesta: algunos bebés disparan sus respuestas ante estímulos pequeños, son muy excitables.

- El humor: algunos siempre parecen felices otros siempre disgustados.

- Capacidad de descuido: se despistan muy a menudo, otros es difícil despistarlos.

- Persistencia: algunos bebés son muy persistentes en sus conductas, otros no.

Atendiendo a estas características y a su combinación hay niños fáciles, niños difíciles y niños lentos.

- Principios generales del desarrollo.

- Las personas se desarrollan a diferentes ritmos.

- El desarrollo es ordenado y predecible y sigue una secuencia que no varía.

- El desarrollo corporal sigue direcciones céfalo-caudales, próximo caudal y de lo simple a los complejo.

- Las experiencias previas influyen en las posteriores.

- La interrupción o interferencia en el proceso normal del desarrollo pueden producir una disfunción o incapacidad permanente.

- El desarrollo sucede de forma gradual y continua durante toda la vida.

- Dos procesos básicos pero complejos están implicados en todos los cambios en el desarrollo, la experiencia y la maduración. La experiencia implica el aprendizaje o práctica y la maduración los cambios físicos, neuronales, fisiológicos y bioquímicos. Las experiencias previas influyen notablemente en la maduración de la personalidad, ya que contribuyen a poner a la persona en contacto con la realidad a la vez que exigen que se decida por formas de comportamiento.La experiencia es una fuente de aprendizaje psicológico que se guarda en la memoria («memoria experiencial»), siendo de gran utilidad cuando se plantean nuevas dificultades. En este sentido hay que destacar que una sobreprotección de los padres hacia el niño puede retrasar la maduración de su personalidad. Los niños excesivamente protegidos carecen de criterios propios en relación a su edad, ya que adoptan directamente los de sus padres, que toman las decisiones por ellos a fin de evitarles el mayor número posible de peligros, problemas o fracasos. Estas actitudes de sobreprotección favorecen la inmadurez, ya que al llegar a la edad adulta esos niños carecen de suficiente capacidad de decisión al no haberse ido acostumbrando poco a poco a enfrentarse a las dificultades decidiendo por sí mismos, con lo que se encuentran inseguros, sin saber qué hacer, frente a las situaciones