Tipos de Enfermedades psiquiatricas.
Enviado por monto2435 • 21 de Febrero de 2018 • 7.496 Palabras (30 Páginas) • 402 Visitas
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En contraste un diagnóstico del trastorno bipolar II significa que el individuo ha tenido uno o más episodios depresivos mayores, y por lo menos un episodio hipomaniaco. En otras palabras, quienes sufren el trastorno bipolar II nunca han experimentado un episodio maniaco verdadero, pero han sentido la suficiente energía como para cumplir con los criterios de un episodio hipomaniaco[3].
DIAGNOSTICO
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL: el diagnóstico diferencial de la manía incluye los efectos tóxicos de estimulantes o fármacos simpaticomiméticos también la manía secundaría inducida por hipertiroidismo, sida, o enfermedades del sistema nervioso como las de Huntington o Wilson o accidentes cerebrovasculares. Es frecuente que las manías coexistan con alcoholismo y abuzo de enervantes por el escaso juicio personal y una mayor impulsividad o debido a un intenso de “auto tratar” los síntomas primarios de ánimo y las perturbaciones del sueño.
VALORACION: historia, exploración física, examen del estado mental.
PRUEBAS DE LABORATORIO
- Dada la elevada frecuencia de las manías secundarias, hay que hacer pruebas iniciales para confirmar la salud de todos los órganos principales (bioquímica rutinaria, recuento sanguíneo completo, análisis de orina, velocidad de sedimentación).
- Umbral bajo para el examen del líquido cefalorraquídeo.
TRATAMIENTO
NO FARMACOLÓGICO:
- psicoterapia para ayudar al paciente a que haga frente a las consecuencias de la enfermedad y cumpla mejor el tratamiento farmacológico.
- Tratamiento con luz brillante en las latitudes nórdicas para los individuos que muestran un patrón estacional de depresión invernal.
El carbonato de litio es el medicamento básico para tratar el trastorno bipolar, si bien tienen igual eficacia en la manía aguda el valproato sódico y la olanzapina, y la lamotrigina en la fase de depresión. Las tasas de respuesta de carbonato de litio alcanzan 70% a 80% en la manía aguda y los efectos beneficiosos aparecen en un plazo de una a dos semanas.
El litio posee también efectos profilácticos en la prevención de las recidivas de manía y, en menor grado, para prevenir la depresión recurrente. Como catión simple, el litio se absorbe con rapidez en el tubo digestivo y no se une a las proteínas del plasma o de los tejidos. El 95% de la dosis administrada se excreta intacta por los riñones en el transcurso de 24 horas.
Los efectos secundarios graves asociados con la administración de litio son raros, pero son frecuentes las molestias leves, como malestar digestivo, nauseas, diarrea, poliuria, ganancia de peso, erupciones cutáneas, alopecia y edema. Con el tiempo, puede producirse perdida de la capacidad de concentración de la orina, pero no es común la nefrotoxicosis importante.
El litio tiene efectos anti tiroideos, pues interfiere en la síntesis y liberación de las hormonas tiroideas. Otros efectos secundarios graves son temblor. Interferencia de la capacidad de concentración y la memoria, ataxia, disartria y pérdida de coordinación.
En el tratamiento de la manía aguda, la administración de litio se inicia con dosis de 300 mg. 2 o 3 veces al día, pasando a incrementar la cantidad en fracciones de 300mg cada 2 o 3 días. Puesto que el efecto terapéutico puede que se manifieste hasta después de 10 días de tratamiento es útil administrar lorazepan (1 a 2 mg cada 4 horas) o clonazepam (0.5 a 1 mg cada 4 horas). Como coadyuvantes para controlar la agitación.
Los pacientes con agitación grave y que solo responden parcialmente a las benzodiacepinas deben recibir antipsicóticos. Los tratados con litio deben ser objeto de vigilancia estrecha, ya que las concentraciones sanguíneas necesarias para conseguir el beneficio terapéutico se hallan muy próximas a las asociadas con la toxicidad. El ácido valproico es un fármaco alternativo útil para los pacientes que no toleran el litio y que responden mal a él. Este podría ser preferible al litio en los enfermos cicladores rápidos y que presentan una manía mixta o disforia.
Carbamazepina y oxcarbazepina, aunque no han sido aprobadas formalmente por la U. S. (FDA) contra el trastorno bipolar tienen eficacia clínica en el tratamiento de la manía aguda. Los datos preliminares sugieren también que otros anticonvulsivos como levtiracetam zonisamida, y topiraminato pudieran brindar algún beneficio terapéutico.
La naturaleza recurrente del trastorno bipolar del ánimo obliga a seguir un tratamiento de sostén. Para la profilaxis optima, es importante que haya forma sostenida un valor de litio en sangre de 0.8 meq/L como minimo, y se ha demostrado que este disminuye el peligro de suicidio, dato que no se ha identificado con otros fármacos que estabilizan el ánimo. [4]
DEPRESIÓN MAYOR
DEFINICIÓN
Estado de ánimo deprimido que se mantienen diariamente por un mínimo de dos semanas. El episodio puede caracterizarse por tristeza, indiferencia, apatía o irritabilidad y suele asociarse a cambios de los patrones de sueño, apetito o peso corporal; agitación o retardo motores; fatiga; pérdida de la capacidad de concentración y de decisión sensación de culpa y vergüenza, y pensamientos relacionados con la muerte. Los pacientes con depresión tienen una perdida profunda de la capacidad de sentir placer en todas las actividades susceptibles de producirlo, despiertan muy pronto por la mañana sienten que su estado de ánimo disfórico es cualitativamente distinto de la tristeza y con frecuencia observen variaciones diurnas de su estado de ánimo (peor por la mañana).
MANIFESTACIONES CLINICAS
Alrededor del 15% de la población sufre un episodio de depresión mayor en algún momento de su vida, y entre 6 y 8% de todos los pacientes ambulatorios de los servicios de atención primaria cumplen los criterios diagnósticos de ese trastorno.
La depresión pasa muchas veces inadvertida y se trata incorrectamente incluso con mayor frecuencia. Si el medico sospecha un episodio de depresión mayor su primera tarea será determinar si se trata de una depresión unipolar o bipolar, o si forma parte del 10 al 15% de los caos secundarios a una enfermedad orgánica o al abuso de sustancias.
También deberá evaluar el riesgo de suicidio mediante un interrogatorio directo,
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