Titulo: ESTRATEGIA EDUCATIVA DE FORMACIÓN DE VALORES PARA MEJORAR EL COMPORTAMIENTO SOCIAL DE LOS ESTUDIANTES DE LA I.E SEÑOR DE LOS MILAGROS.
Enviado por Sandra75 • 6 de Abril de 2018 • 3.347 Palabras (14 Páginas) • 630 Visitas
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Aprendemos a valorar el fondo y la forma de todo lo que ellos dicen y hacen, así como lo que dejan de decir o hacer. Cada gesto o comentario tiene una gran influencia en la formación de nuestro juicio y aprendemos también a diferenciar la teoría y la práctica de los valores. Esto último es lo que más nos marca.
Así que la consistencia y la coherencia en el comportamiento de nuestros padres es lo que le da solidez a nuestra formación. Si ellos hacen lo que dicen nuestra personalidad será más fuerte que cuando ellos no practican lo que pregonan. Más adelante, cuando nos volvemos estudiantes, comenzamos a sentir presiones sociales y presión de valores diferentes a los nuestros, a través de la relación con otras personas. Se pone a prueba la fortaleza de los valores que formamos con nuestros padres.
Se suele confundir valores con hábitos, y muchos padres aspiran que el colegio forme los valores que no fueron formados en la casa. Eso no es posible, simplemente porque el colegio no satisface necesidades básicas de vida, esa es responsabilidad de las personas que nos crían.
Los maestros, líderes y modelos de valores en el colegio, tienen la posibilidad de reforzar lo formado en el hogar, pero no sustituirlo. Si las convicciones que se forman en la casa no son sólidas, pronto se verán expuestas a una intensa competencia social con otras creencias.
¿Por qué es tan difícil formar valores? Porque, a diferencia de las normas, los valores son convicciones.
Son comportamientos que decidimos con gusto y nos producen satisfacción. Las normas las podemos acatar a pesar de nuestra voluntad, pero los valores tienen el respaldo de nuestra voluntad. Hemos aprendido su importancia por los beneficios que nos producen, individuales y colectivos.
Las personas que en nuestras vidas tienen un rol de liderazgo son quienes nos transmiten más valores. Por eso no es casual que ellas sean nuestros padres, hermanos mayores, abuelos, ciertos familiares, maestros, compañeros estudiantiles que admiramos, profesores y jefes.
Pero para poder transmitir algo hay que poseerlo, y sólo se transmiten a través del ejemplo práctico cotidiano de las actitudes y conductas. Es muy poco probable formarlos con grandes explicaciones o a través de una lista de lo que se considera correcto o incorrecto. La memorización de sus significados teóricos no garantiza que los valores se pongan en práctica.
Estrategia educativa en formación de valores
Un modelo de educación en valores mínimos permite desarrollar las dimensiones de los educandos, haciendo posible que éstos puedan vivir en sociedades donde existen las opciones de máximos valóricos. Los valores son una realidad personal. No se trata de enseñar un determinado sistema de valores, sino de facilitar procesos personales de valoración. Cada alumno y alumna debe reflexionar y discernir aquellos valores que desea hacer propios, mediante un proceso eminentemente personal (López, 2015).
Se requiere una educación donde el profesorado adquiera un compromiso social y ético que colabore con los alumnos y alumnas para facilitarles el desarrollo y formación de capacidades que intervienen en el juicio y acción moral, facilitando la formación de actitudes, integración, aplicación y valoración crítica de las normas que rigen en una sociedad. Un profesorado que cambie su rol de docente instructor y transmisor de conocimientos, por el fomento y la construcción de valores en sus alumnos y alumnas.
La educación de una persona debe tratar todos los aspectos y dimensiones que conforman al ser humano, de manera integral, por tanto, los valores forman parte de la educación.
¿Cómo introducir la educación en valores en el sistema educativo formal?
Esta interrogante se origina en la Universidad de Barcelona, España, como resultado de la Reforma Educacional Chilena, que, en uno de sus ámbitos, considera el desarrollo profesional de los docentes.
Allí, con los fundamentos entregados por su equipo de profesores, se sentaron las primeras bases para implementar un Programa que ayude al profesorado a manejar conceptualizaciones, técnicas y estrategias para preparar a los jóvenes en la construcción de una sociedad mejor.
La educación en valores es una instancia de reflexión, de crecimiento personal que facilita la incorporación de alumnos y alumnas, inicialmente, a un sistema educativo que les permita desarrollarse en un plano de equidad y, posteriormente, a una sociedad donde puedan realizarse como personas, únicas y responsables de su propia vida.
Necesidades detectadas:
-Pérdida del rol formador de la familia, ya que con mayor frecuencia los padres, por incorporación al campo laboral o carencia de modelos valóricos, delegan en la educación formal la responsabilidad plena de educar a sus hijos e hijas.
-Influencia de los medios de comunicación, que se han convertido en un referente para el actuar cotidiano de alumnas y alumnos; la televisión y otros medios de comunicación social ejercen especial influencia en los jóvenes que fijan su atención en modelos foráneos, lejos de su realidad y, a menudo, les inculcan ciertos comportamientos más cercanos a los antivalores.
-Rol relevante que asume el profesorado en la educación formal, ya que es un facilitador de la comunicación entre los alumnos y alumnas, creando un clima de respeto y tolerancia en el aula, para que la interrelación sea positiva y, la educación, agradable y significativa. Además es un facilitador de la comunicación con las familias y la comunidad
-Necesidad de potenciar el currículo de los docentes, que poseen una sólida formación en su especialidad, con metodologías que permitan el aprendizaje destinado a apreciar y aprehender los valores.
Estrategias:
Se usó diferentes técnicas en su desarrollo, análisis de materiales de apoyo, en forma personal y grupal, dinámicas de grupo, lluvia de ideas, discusión socializada, y técnicas específicas de la educación en valores, como clarificación de valores, resolución de dilemas morales, role-playing, diagnóstico de situaciones, comprensión crítica, ejercicios de autoanálisis, construcción conceptual, etc. Se trabajó, además, un set de Guías de Aprendizaje para Educadores sobre la Escuela que Queremos.
Se generó un clima muy cordial y dinámico, donde se vivenció lo que se aprendió, hubo espacios de reflexión individual y colectiva sobre aspectos teóricos y prácticos de
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