Análisis de la construcción del rol paterno en padres provenientes de un hogar con figura paterna ausente.

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Estudios recientes realizados, en 5 universidades de América latina, entre las cuales se encuentra la universidad de la Sabana de Bogotá y la universidad de Buenos Aires en Argentina arrojaron que

“Colombia es el país con el mayor porcentaje de niños creciendo sin sus padres. Es decir, hijos que se crían con sus tíos o con sus abuelos por la razón que hay hogares reconstruidos. Padres que se fueron, abandonaron sus familias, madres que murieron, papás asesinados, mamás secuestradas. Niños que crecen con un abuelo, un tío, los hermanos, algún primo, simplemente porque no hay nadie más que se pueda hacer cargo de ellos. Esta situación, ocurre en el 12% de hogares de este país…” (País, 2013)

Es por esto que se quiere analizar, desde varios ámbitos, los índices de ausencia paternal por las diferentes razones que se viven con más frecuencia en la actualidad. Colombia ocupa el primer lugar con familias monoparentales, tiene la tasa de madre- solterismo más alta del mundo, con el 84% de bebés de mujeres que nacen sin sus padres y se ven expuestas a trabajar dejando a los niños sin la figura materna y paterna permanente. (Mera, 2015)

Se ha hecho constar en estudios de diferentes aspectos no solo en nuestro país sino en el mundo, que cuando la paternidad y maternidad se ejercen de manera irresponsable existen repercusiones que afectan el desarrollo integral e incorporación del ser humano (hombres y mujeres) a su entorno lo que implica potencialmente la existencia de una problemática social.

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- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La sociedad es un sistema estructurado, en el cual cada sujeto ocupa una posición definida. No es un conglomerado accidental y desordenado de seres humanos. Cada individuo asume una postura y ciertas pautas y normas de comportamiento dentro de una estructura social, así mismo ocupa diferentes status en función del contexto en que se relacione. Los seres humanos han creado alianzas fundamentales para la supervivencia, donde han establecido un conjunto de normas para convivir en sociedad, por lo tanto, se espera que cada individuo actúe de una forma determinada dependiendo de la situación en la que se encuentre. Cada sujeto asume diferentes roles a nivel social.

En la medida en que la estructura del grupo está formada por el conjunto de roles que lo integran, cada persona ocupa, al menos, tantos roles como grupos a los que pertenece. Sin embargo, existe siempre uno que es el rol clave porque identifica al individuo socialmente y le sitúa en la estructura social. La determinación de cuál sea ese rol principal depende de la forma en que cada sociedad valore las distintas actividades institucionales. En una sociedad en la que la mayoría de las actividades se organizan en torno a las relaciones de parentesco, el rol familiar ocupa el lugar relevante, pero en otras culturas donde se concede una fuerte valoración al éxito económico, el rol dominante suele ser el profesional. La profesión es, generalmente, el criterio fundamental en la valoración de la personalidad social (Alcover y Gil, 1998).

Si bien es cierto, es en la familia donde el ser humano encuentra su primer contacto con lo cultural y social, es allí donde este tiene el principal espacio para expresar sentimientos, vivencias, pensamientos, emociones y comportamientos que le permitirá desarrollar su personalidad.

Teniendo en cuenta esto, la figura materna y paterna cumple el papel más importante en la protección, educación y en proveer lo necesario para los hijos, convirtiéndose en un desafío constante la adecuada formación de los mismos y el deseo de los padres por el fortalecimiento de los lazos familiares ya que como indica Kliksberg (2004)

Aspectos básicos de la estructura de la familia tendrían, por tanto, fuerte influencia en los resultados educativos. Estarían, entre ellos, elementos como el grado de organicidad del núcleo familiar, el capital cultural que traen consigo los padres, su nivel de dedicación a seguir los estudios de los hijos, su apoyo, y estimulo permanente, a los mismos (p.3).

Ahora bien, centrando la atención en la influencia que tiene la función del rol paterno, este ha sufrido grandes transformaciones en cuanto a su desempeño dentro de la familia, especialmente con los hijos quienes desde sus primeros años de vida centra su interés y atención en las diferentes situaciones y realidades que suceden a su alrededor. Por ende, es así como el padre toma gran importancia en cuanto al desarrollo emocional de los niños ya que como señala Goleman (citado por Kliksberg, 2004)

(…) los niños perciben en las relaciones entre sus padres, y de ellos con los mismos, modos de vincularse con lo emocional que van a incidir sobre sus propios estilos de comportamiento (p.4).

Por esta razón, la desintegración familiar influye drásticamente en la formación emocional del menor, especialmente cuando este, sea o no a temprana edad, deba tolerar y aceptar la innegable realidad de un padre ausente, sobre todo cuando ya ha dado un alto grado de identificación de autoridad y por otro lado, teniendo que orientar su necesidad de afecto a una nueva figura (abuelos, tíos, padrastro, padrinos), obligando de una u otra forma al padre biológico a convertirse exclusivamente en una figura económica ya que históricamente este ha sido concebido como un proveedor (Gallardo, Gómez, Muñoz & Suarez, 2006)

Tradicionalmente la responsabilidad de los hombres frente a su familia ha sido de proveedor en un sentido económico y la de no involucramiento en el cuidado y desarrollo temprano de los hijos, ni de dar muestras de cariño (…) (párr. 15).

Es clara la importancia de tener en cuenta la práctica de las pautas de crianza ya que estás pueden tener o no un impacto positivo en el constructo de la personalidad y conducta de los hijos. Es por esto que se hace necesario que todas las acciones del rol paterno estén encaminadas a generar una buena relación ya que este representa una imagen a seguir tal y como lo señala Bandura (citado por Sollod & Wilson 2009)

El aprendizaje por observación puede facilitar la adquisición de respuestas nuevas, lo cual permite al aprendiz ampliar su reportorio conductual. El aprendizaje por observación puede conducir a la facilitación de las respuestas, por lo que la presencia de un modelo que desempeña una acción particular induce al observador a emitir una respuesta similar en imitación directa (p.337). Sobra señalar que para Bandura una condición más que necesaria para el aprendizaje vicario (por imitación)