Figura Paterna. Soy hija de padres separados
Enviado por Jerry • 30 de Noviembre de 2018 • 2.602 Palabras (11 Páginas) • 364 Visitas
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Entonces la familia monogámica se funda en el poder del hombre y en su necesidad de engendrar hijos de una paternidad cierta ya que serán sus herederos directos. Solo el hombre puede romper éste vínculo y repudiar a la mujer.
Pero hay que hacerse un planteo muy distinto de la categoría padre en una sociedad matriarcal, que implica la matrilinealidad y la matrilocalidad.
En la sociedad Mosuo el padre es poco relevante, muchas veces desconocido. Cuando una mujer está embarazada no se preocupa por saber quién es el verdadero padre, ya que cambian de compañeros regularmente. La figura de hombre más cercana es la del tío, el hermano de la madre. No existe la paternidad como se la conoce en Occidente. Al igual que en la familia por grupo no puede saberse nunca con certeza quién es el padre.
Pero volviendo a Narotzky y a su artículo, ¿Qué hay en un padre que lo signifique como tal?, va a contraponer tres casos etnográficos para abordar el tema del padre.
El primer caso es de una sociedad matrilineal de África, los Bemba.
Los Bemba tienen una dinastía real gobernante cuya sucesión de cargos se da por vía matrilineal.
Los hijos/as pertenecen al linaje y clan de la madre pero reconocen algún tipo de lazo con el grupo del padre. El matrimonio Bemba es progresivo, poco formalizado y se construye con los años. La autoridad paterna se divide entre el marido y el hermano de la madre, cabeza del grupo matrilineal. El padre tiene autoridad sobre los hijos durante su juventud y podrá mantener la autoridad si es una persona con estatus.
La residencia del matrimonio y sus hijos puede ser viri o uxorilocal[5], y según se elija, sumado al poder y estatus del hombre, determinará la configuración de la relación entre padres e hijos/as, tíos maternos y sobrinos/as, abuelos y nietos/as. La virilocalidad va a reforzar la figura del marido de la madre sobre la del hermano de la madre, y junto a la influencia del cristianismo misionero, fortalecerá la figura del padre.
Entre los bembas se daba también la poliginia, en cuyo caso los hijos no compartirían la misma posición.
El segundo caso, sociedad africana de los Lovedu, sociedad patrilineal, polígama y con matrimonios entre mujeres. La autoridad máxima recae sobre una reina. Las mujeres tienen total control de las riquezas que consiguen tras el matrimonio.
El matrimonio entre mujeres cumple una función integradora, busca dar hijas a la reina, conseguir favores políticos o rituales, proporcionar sucesores en la “casa” principal de un padre, asimilar una segunda mujer si la primera es estéril. En todos los casos los hijos se adjuntan al grupo que proporciono las riquezas de la novia durante el proceso matrimonial.
Pero ¿Quiénes el genitor en los matrimonios femeninos? A veces, el esposo femenino asigna un varón como genitor que visita a la mujer de una forma más o menos abierta, el genitor no suele residir con la mujer que insemina, y no tiene ninguna posición reconocida o responsabilidad respecto al hijo/a. También se le da libertad a la esposa para tener amantes sexuales.
Al genitor se le suela dar una cabeza de ganado como pago de su servicio, animal que también sirve para crear lazos entre las personas.
A medida que el tiempo transcurre, se espera que el genitor comience a contribuir con la casa de la mujer que visita, con ropas, alimentos, ayuda domestica. Esto le va dando una creciente importancia a la figura del genitor, pero nunca sustituirá a la figura del padre femenino.
El genitor en un matrimonio entre mujeres puede ser desconocido, parcialmente reconocido, puede tomar a cargo algunas responsabilidades respecto a sus hijos/as biológicos, y puede, también, ser reconocido como padre. Todas estas relaciones no son definitivas ni fijas, pueden cambiar con el contexto político, económico, social o de estrategias individuales.
El último caso que analiza Narotzky es el de las castas Nayar, del sudoeste de la India, donde la filiación es matrilineal asociada al matrimonio poliándrico. Nayares eran quienes al haber conseguido honores militares eran reconocidos en su linaje por el rey.
La fuerza del linaje real se media por la cantidad de soldados que podía proveer cada aldea. La aldea era administrada por el varón de mayor edad, el karanavan, junto a la dama de mayor edad. El trabajo domestico y agrícola estaba en manos de las mujeres, los siervos y en menor medida los varones residentes.
El sistema matrimonial consistía en un matrimonio ritual y varios matrimonios visitantes. Cada diez a doce años cada linaje realizaba una gran ceremonia en la que casaba a las niñas pre púberes con hombres de linajes asociados. La pareja pasaba tres días junta después de lo cual el hombre se alejaba sin tener ninguna obligación con la novia. Después de la ceremonia la mujer era libre para tener relaciones sexuales con hombres de su casta o de casta superior. El marido ritual es el que abre simbólicamente a la mujer a la reproducción dentro unas casta y unos linajes.
Los hijos de una mujer llamaban padre al marido ritual de la madre y señor a los maridos visitantes, entre los que estaba el genitor. Una mujer podía tener varios maridos simultáneamente, de ahí la poliandria. Éste padre social ostentaba uno de los atributos principales de la paternidad, la legitimación social de los hijos. Era una figura simbólica, ausente en la vida real y a menudo desconocido para los hijos/as.
Los hombres visitaban a la mujer en un recinto especial. Cuando ésta quedaba embarazada y daba a luz, uno de ellos debía reconocer públicamente su función de genitor para confirmar que se había respetado el ritual entre castas para las relaciones sexuales. “En el fondo importa poco quién es el genitor mientras este en una categoría adecuada…éste genitor será significativo en la medida en que la frecuentación permita reforzar unos lazos poco recíprocos en principio muy tenues”6 Los hijos/as se integraban en el grupo domestico matrilineal, pero los varones estaban dedicados por entero al servicio militar.
El karanavan era quien ostentaba los atributos básicos de la paternidad: las responsabilidades, el mantenimiento, la transmisión de saberes, la sucesión de los recursos y el que castigaba. La paternidad debe entenderse en el caso nayar, como un abanico de responsabilidades mutuas entre personas de distintas generaciones.
De todos los casos leídos se desprende que la paternidad
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