Carta comunicados internos en salud.
Enviado por Mikki • 24 de Diciembre de 2017 • 2.314 Palabras (10 Páginas) • 545 Visitas
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Las consideraciones anteriores son la base de la construcción y tramite edipido que según Laplanche, & Pontalis 1994 Citado por Villalobos (1999).
El Complejo de Edipo es el "conjunto organizado de deseos amorosos y hostiles que el niño experimenta respecto a sus padres. En su forma llamada positiva, el complejo se presenta como en la histórica de Edipo Rey: deseo de muerte del rival que es el personaje del mismo sexo opuesto. En su forma negativa, se presenta a la inversa: amor hacia el progenitor del sexo y odio y celos hacia el progenitor del sexo opuesto. De hecho estas dos formas se encuentran, en diferentes grados, en la forma llamada completa del complejo de Edipo". (Prr. 16)
En el orden de lo citado y según información recibida en tutoría se puede afirmar que el niño acoge como su objeto de amor inicialmente a la madre en el caso de los dos sexos, para luego tramitar su fase edipica positivamente, en el deseo por el padre del sexo opuesto, abrigando amor por este ultimo y teniendo deseos de muerte por el otro al verlo rivalizar por una posición. De acuerdo con (ibíd.)
Freud le asigna al Complejo de Edipo tres funciones fundamentales que son:
La elección del objeto de amor, la cual está condicionada, después de la pubertad, por la libido depositada en el objeto y las identificaciones realizadas durante el Complejo de Edipo y las prohibición del incesto. El acceso a la genitalidad que es dada por la resolución del Complejo de Edipo a través de la identificación. (Prr.18)
En efecto el trámite del complejo de Edipo es un paso por la conformación, estructuración y fortalecimiento de un Yo estable, que le permita al individuo, aceptar la realidad y reconocer su propia identidad. Como expone Braunstein (1999)
Es por haber ocupado un lugar en el deseo de la madre que el padre está en condiciones de ejercer la castración simbólica. Por esto mismo puede convertirse en el ideal de identificación del sujeto que culmina con la formación del ideal del Yo. (p.202)
De los anteriores planteamientos se deduce que el desarrollo de la ontogenia psicológica del individuo se va estructurando con el trámite y superación de las etapas psicosexuales, el complejo de Edipo, la formación del Yo y la adquisición de mecanismos de defensa que le permitan sortear las dificultades psicológicas a las que será vera expuesto durante toda su vida adulta.
A continuación se realiza una descripción sobre el trastorno límite de personalidad desde la visión de diferentes autores, con el objetivo de conocer y comprender el significado de este trastorno en un contexto más amplio y relacionado con los temas ya tratados anteriormente. Para George Adler Citado por Cervera & Martínez (2005).
(...) habría de considerar un continuum que oscila entre las personalidades límite, carentes de un sentido cohesionado del self, incapaces de mantener una relación transferencial estable y con una grave intolerancia a la soledad; y los trastornos narcisistas del carácter, que poseen una mayor integración del self (p.82)
En este mismo sentido, entender la personalidad limite como la ambivalencia entre el ser psicótico y el ser neurótico; que no logra pasar de un lado al otro, con una baja formación de un Yo integral que le permita establecer prioridades de vida, polarizando sus pasamientos e ideas sin permitirle seguir un camino planeado, esto en relación a lo citado por (Ibíd.) “La organización límite ha planteado dudas sobre si se trata o no de una estructura, dada su inestabilidad y su movimiento aparente entre la neurosis y la psicosis” (p.84)
En relación con este ultimo y según propone Bergeret Citado por (Ibíd.)
Este autor Francés considera la organización límite como un fracaso en el proceso de estructuración del psiquismo. Para bergeret, mientras que podemos hablar de estructuras psicótica y neurótica, no podemos hacerlo de estructura límite. No sería una verdadera estructura si no tan solo una organización (p.78)
Hechas las consideraciones anteriores, e independiente al autor y al postulado teórico en el cual sea basado el trastorno límite de personalidad, es reconocible la dicotomía desorganizada en el pensamiento del individuo, ante la concepción de la realidad, una realidad marcada por la depresión y la carencia de planeación de su vida, llena de conductas disociadas, personalidad dependiente y adictiva, que lo lleva a la lucha constante entre la psicosis y la neurosis, dejándolo en un limbo del cual la única forma de salir es refugiarse en los excesos libidinales comandados por sus pulsiones mas arcaicas.
Por otra parte la psicosis en aproximaciones a lo visto en tutoría se podría definir como el desprendimiento entre la realidad y la razón, la subordinación de los mecanismos de defensa, con síntomas como ideas delirantes y de percepción, presentando alucinaciones; el individuo comienza a vivir una realidad diferente o alterna a la del común de las personas, entrando en estado de negación ante las agresiones psicológicas del exterior, creando su propia realidad a partir del moldeamiento de sus pensamientos y cediendo ante sus pulsiones.
Esta destrucción de la realidad o pérdida del control sobre ella como explica Szpilka (1983)
FREUD dice que el paciente retira las cargas del mundo y de las personas y que, como consecuencia de la proyección de su catástrofe interna, su mundo exterior llega a perderse para él. Su mundo subjetivo se termina porque retira su amor de él y las formaciones delirantes son reconstrucciones. (P.41)
De este modo se evidencia la clara perdida del contacto con la realidad, sumiendo al enfermo en un mundo creado a partir de deseos reprimidos que no le permiten ubicarse dentro de un contexto social o familiar, anulando por completo el sentimiento de empatía y disgregando las normas y leyes del la sociedad. En este sentido según (Ibíd.)
Se llega finalmente a una consideración esencial cuando FREUD menciona en las psicosis tres tipos de fenómenos: 1. los residuales neuróticos, 2. los representativos del retiro de la libido y 3. Los restitutivos, a la manera de una histeria, como en la esquizofrenia (FREUD insiste en el fenómeno alucinatorio, en lo sensorial y en las representaciones simbólicas cargadas de lenguaje enigmático que evocan el simbolismo en el cumplimiento de deseos histéricos) y a la manera de una neurosis obsesiva, como en la paranoia (FREUD insiste aquí en los mecanismos proyectivos y los fenómenos de intelectualización y racionalización tan típicos de los sistemas delirantes
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