Comentario Jim Brown

...

Otro aspecto importante a destacar en estas dos sesiones es que el progreso terapéutico no ocurre de la forma que se considera típica de la teoría de cambio clásica centrada en el cliente. En esta sesión de terapia es el propio Rogers, preocupándose por Jim, mostrándole su aprecio y comunicándoselo, en primer lugar a través de su modo de ser empático y más tarde de un modo explícito, lo que a Jim le llega hondo. El cambio en Jim parece producirse no por una relajación de las condiciones de autoestima, que pudieran haber permitido salir a la superficie algún aspecto inaceptable de su experiencia organísmica, haciéndose así consciente y siendo aceptado por su autoconcepto, sino que más bien parece ser consecuencia de la preocupación que Rogers demuestra por él.

El sentir que una persona se preocupa por el cliente le permite afrontan sentimientos de dolor y desesperación previamente rechazados, quizás porque esto contradice creencias patológicas. En mi opinión, el proceso de cambio implica la experiencia interpersonal de Jim de Rogers, una experiencia de sentir que alguien realmente se preocupa por él, que le proporciona el apoyo, la esperanza y el valor que necesita para afrontar el impacto desorganizador del dolor. Jim pudo bajar sus barreras y abrir su corazón porque sentía que Rogers se preocupaba por él y confiaba en que “estaba allí para ayudarle”. Lo que sucede aquí es que el cliente tiene una experiencia emocional correctiva, en la cual la presencia y las acciones del terapeuta le ayudan a eliminar ciertas creencias básicas disfuncionales acerca de cómo otros responden a sus necesidades y a sus experiencias. En parte fue la habilidad de Rogers para ver y comunicar su confianza en Jim, lo que le ayudo a este a tener más fe en su propia experiencia.

En estas dos sesiones, Rogers, con su manera de ser y de pensar características, fue un poderoso factor de confirmación en el entorno del cliente. Cuando uno se expone a si mismo ante otro (como lo hizo Jim) con toda la vulnerabilidad y la confusión que conlleva su propia experiencia personal, o cuando uno tiene una imagen negativa de sí mismo y de pronto descubre que el otro no le rechaza ni le hiere, sino que le aprecia y le comprende de un modo empático, la experiencia es enormemente reforzante.

En mi opinión, aquellas definiciones de cambio dentro de la teoría centrada en el cliente que se basan en la teoría de la negación del conflicto y dan el énfasis al despliegue de experiencias personales captan de un modo más exacto el papel que la interacción tiene dentro del proceso de cambio.

Uno de los aspectos más interesantes, pero peor comprendidos hasta ahora del proceso de crecimiento experiencial, es el modo en que el terapeuta hace uso del lenguaje, enmarcando la experiencia de los clientes de modo que refleje un proceso de cambio, bien explícitamente, en términos de potencial para el crecimiento, o implícitamente, en términos de posibilidad, de esperanza, de lucha contra algo, de un nuevo proceso o de futuro.

Rogers introduce una sensación de perspectiva la perspectiva de que hay un aspecto aparte de la experiencia de sentirse mal, que hay un “yo” aparte de esos sentimientos. Aunque pueda parecer una diferencia sutil, es muy importante, porque simboliza un modo de verse a uno mismo como separado del referente creándose asi un espacio en el que el cliente puede situarse y ver la situación desde otra perspectiva.

En la segunda sesión, Jim expresa su deseo de morir y Rogers le confirma lo horrible que debe sentir eso. Pero Rogers saca a la luz la situación que puede haber sido causante de este sentimiento y plantea su hipótesis de que fue algo que dijo el amigo de Jim lo que le hizo sentirse tan mal. El tratar de encontrar que circunstancias de todo el torrente de sentimientos constituyen el contexto en el que estos sentimientos responden a un acontecimiento determinado, crea también nuevas posibilidades. Rogers le comunica a Jim que el sentimiento responde a algo específico en lugar de ser algo permanente.

Más adelante, Rogers revela que hubo un tiempo un tiempo en el que él se sintió del mismo modo que Jim. Además de hacerle saber a Jim que no está solo, esta respuesta implica que es posible sobrevivir o cambiar. Rogers también enfatiza el aspecto temporal y de proceso diciendo: “En este momento no sabe usted si decir sí o no”.

En mi opinión, Roger utiliza la terapia centrada en el cliente enfatizando y atendiendo selectivamente a aspectos concretos del proceso. Por ejemplo, da prioridad a los sentimientos, a las ideas erróneas y a las emociones primarias frente a los pensamientos, conceptualizaciones y emociones secundarias. En ellos está el potencial de crecimiento de la terapia centrada en el cliente, que necesita ser atendido y ser desarrollado.