Conducta emocional.

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La historia genética se inscribe como una de las teorías de las emociones, sin embrago en la definición del fenómeno emocional es la teoría de Cannon y Bard una de las más estudiadas, pues fueron quienes asociaron el Hipotálamo, con el centro de control de las actividades neuronales de la emoción. Objetivamente las emociones humanas son observables cuando se generan alteraciones en la respiración, el pulso y la sudoración y desde luego los hábitos, el lenguaje corporal y las expresiones del rostro (variables en intensidad y duración), logrando así relacionarlas con sensaciones como la angustia, alegría cólera y placer.

La percepción es otra elemento al tener en cuenta cuando intentamos dar cuenta de nuestras emociones, vivimos nuestra cotidianidad a través de nuestros sentidos, que a la vez sirven de estímulos para nuestros estados mentales o neuronales. Tener la capacidad de escuchar música, de comunicar, de ver, al tiempo que somos sensibles al tacto, alimentan nuestros sentimientos en relación a otras personas. Pese a ello podemos avanzar hacia la medición sensorial, ya sea identificando la intensidad del estímulo o el tono y timbre de voz de quien comunica algún mensaje, apreciar la variación en la velocidad de la música, diferenciar entre la oferta de gamas de colores, codificar e interpretar el lenguaje, todo ello en medio de una imbricada red de sentimientos que se sirven de todas las formas posibles para expresarse, trasmitirse y ser percibidos por las personas.

Algunas sensaciones en la historia evolutiva humana se encuentran asociados a reacciones naturales del hombre, así como también los mismos órganos avanzaron hacia una especialización funcional en el cuerpo humano, el oído responde a esta teoría evolutiva, puesto que se ha demostrado que guarda una conexión especial con el sentido del equilibrio. Por otro lado la percepción también permitió al hombre aprender a partir de su cuerpo y transformar la naturaleza, atendiendo a la experiencia como una forma de educar y trasmitir información.

Como consecuencia de una herencia histórica, de una forma de conocer a partir de las sensaciones, de percibir el mundo de manera diferenciada por cada individuo, de interactuar con el entorno y a su vez con otras personas, el hombre ha desarrollado la personalidad, una mixtura que conjuga tanto los sistemas psíquicos, como la conducta y el pensamiento.

En medio de la relación entre el pensamiento y la conducta, se encuentra las emociones como factores determinantes y característicos de la personalidad, sin embargo el carácter es un concepto desarrollado a partir de la experiencia y su modelación con la vida cotidiana que encuentra fundamento en la apreciación sociológica en correspondencia con la moralidad y la distinción entre la virtud y el vicio o maldad y el arraigo del Habitus