Direcciones contemporáneas

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Una de la verdades del siglo es que las democracias en guerra contra Hitler casi no se preocupaban por el exterminio, a pesar que estuvieran al tanto desde el principio. Y aun hoy nuestras democracias apenas se inquietan por el exterminio de millones de africanos a causa del sida, y solo se darán medicamentos a los blancos demócratas y a no a los moribundos africanos.

El verdadero problema del siglo es que las democracias “se vendieron”. El autor trata de ver si el sintagma “siglo XX”, mas allá de la simple numeración, tiene pertinencia para el pensamiento. La cuestión no pasa por juzgar el siglo como un dato objetivo, sino por preguntarse como ha sido subjetivado. Buscara cual es el sentido del siglo para sus propios actores.

El autor intenta aislar y abordar algunos enigmas. Uno de ellos es cómo el siglo comenzó como una época dorada (en grandes avances y transformaciones en distintas áreas como las matemativas, física, música, arte, etc) e inmediatamente después empieza una larga tragedia: la utilización sin escrupulos del material humano.

En cuanto a esto concluye el autor que no seria tan enigmático: ya que a partir de determinado momento el siglo se obsesiona con la idea de cambiar el nombre, de crear un hombre nuevo. Pero esta idea también circuló entre los fascismos y los comunismos.

Crear aun hombre nuevo equivale a exigir la destrucción del viejo. El proyecto del hombre nuevo es un proyecto de ruptura y fundación. El siglo fue fiel a su prólogo, ferozmente fiel.

Lo curioso es que hoy ya nadie se preocupa por crear a un hombre nuevo, precisamente en el momento en que gracias a manipulaciones genéticas las cosas pueden realmente cambiar al hombre y modificar la especie. Esto sucederá en el automatismo de las cosas. El lucro dirá que hacer.

Hasta el ultimo minuto el siglo habrá sido el siglo del advenimiento de otra humanidad, de un cambio de lo que es el hombre.

Foucault: la arqueología del saber (introducción)

1- Qué descripción hace de la disciplina historia? Y de las historias de las ideas?

2- Qué sucede con las nociones de ruptura y documentos?

3- 4 consecuencias de la tendencia a la arqueologizacion

1- Desde hace décadas, la atención de los historiadores se fijó en los largos periodos como si asi pudieran sacar a la luz los equilibrios estables, los procesos irreversibles, los grandes zócalos inmóviles y mudos que el entrecruzamiento de los relatos tradicionales había cubierto de una espesa capa de acontecimientos.

Las sucesiones lineales (hasta entonces objeto de investigación) fueron sustituidas por un juego de desgajamientos en profundidad.

Las viejas preguntas del análisis tradicional (¿Qué vínculos establecer entre acontecimientos dispares? ¿Cómo establecer nexos entre ellos? ¿Cuál es la continuidad que los atraviesa?) se reemplazan por interrogaciones como: ¿ que sistemas de relaciones se puede describir? ¿Qué serie de series se pueden establecer? ¿ se pueden determinar continuidades diferentes de acontecimientos?

Las disciplinas llamadas “historias de las ideas”, de las ciencias, de la filosofía, del pensamiento, de la literatura: la atención se desplazó de las vastas unidades a fenómenos de ruptura (esas unidades se describían como épocas o siglos). Se trata ahora de detectar la interrupciones.

No es la misma historia la que se hallará contada acá o allá. Varios pasados, varias formas de encadenamientos, varias jerarquías de importancia, varias determinaciones, para una sola y misma ciencia.

El problema que se plantea en tales análisis históricos no es ya el de saber por qué líneas han podido establecerse las continuidades, el problema no es ya el de la tradición y el rastro, sino del recorte y el limite. Surgen preguntas acerca de cómo pensar las discontinuidades: umbral, ruptura, corte, mutacion, transformación.

La historia de las ideas parecen multiplicar las rupturas y buscar la discontinuidad; mientras que la historia propiamente dicha ( o tradicional) parecer borrar, en provecho de las estructuras mas firmes, la irrupción de los acontecimientos.

2- Revision del valor del documento:

si bien desde que existe una disciplina como la historia se utilizaron documentos, a éstos se les pidió lo que querían decir, si decían bien la verdad, si eran sinceros o falsificadores. Pero estas preguntas tienen el fin de reconstituir, a partir de lo que dicen esos documentos, el pasado del que emanan y que ahora quedó desvanecido muy detrás de ellos.

Pero la historia ha cambiado de posición respecto del documento: su tarea no es de interpretarlo, ni determinar si es veraz sino de trabajarlo desde el interior y elaborarlo. Ahora la historia lo recorta, lo organiza, distribuye, ordena, establece series y describe relaciones.

El documento no es ya para la historia esa materia inerte a través de la cual trata ésta de reconstruir lo que los hombres han hecho o dicho.

Hoy, la historia tiende a la arqueología, a la descripción intrínseca.

3- 4 consecuencias de la tendencia a la arqueología:

Primera consecuencia: “el efecto de superficie”: la multiplicación de las rupturas en la historia de las ideas y la reactualización de los periodos largos en la historia propiamente dicha (en la historia tradicional se tapan la rupturas). Han aparecido escalas mas breves, rebeldes a una ley única.

Segunda consecuencia: “la nocion de discontinuidad ocupa un lugar mayor en las disciplinas históricas”. En la historia tradicional la discontinuidad era lo dado que debía ser borrado para que apareciera la continuidad de los acontecimientos; era lo que el historiador tiene que suprimir de la historia. En cambio ahora llegó a ser un elemento fundamental del análisis histórico: la discontinuidad tienen el triple papel (operación deliberada del historiador, el resultado de su descripción, el concepto que el trabajo no cesa de especificar). Discontinuidad es una nocion paradójica: es a la vez instrumento y objeto de investigación.

Tercera consecuencia: “el tema de la posibilidad de una historia global comienzan a borrarse y se posan los lineamientos para un historia general”. Una descripción global apiña todos los fenómenos en torno a un centro único. Una historia general