EL LIDERAZGO EN PRISIÓN.

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1/ Funciones orientadas a la tarea: ayudan a determinar las metas del grupo (la estructura, atmósfera, objetivos, ideología y actividades del grupo); a conseguir sus objetivos; dirigir sus conductas (estructura las tareas, clarifica las conductas y los criterios de rendimiento, elimina los obstáculos –según Tª camino-meta-); conduce al grupo en la dirección que desea; dirigir y coordinar al grupo; facilitarle recursos; controlar los procesos de toma de decisiones ( Modelo normativo de toma de decisiones);

2/ Funciones orientadas a las personas: las mismas teorías citadas anteriormente establecen funciones como mejorar las calidad de las interacciones entre los miembros; desarrollar la cohesión del grupo; mantener un buen funcionamiento en el grupo y adaptarlo a su entorno; apoyo socioemocional y en la realización de tareas,; motivar e inspirar, etc.

Cabe destacar algunos estudios sobre conductas concretas de los líderes, como Komaki et al. (1989), que establece funciones en tres momentos: antecedentes del desempeño (proporcionar instrucciones y expectativas de rendimiento), controles (recoger información sobre el rendimiento de las personas) y consecuencias del desempeño (feedback sobre rendimiento).

Por último, mencionar la integración de funciones propuesta en el reciente modelo integrador de Chemers (1997): agrupa las diversas funciones en tres facetas:

a) Control de la imagen: consiste en presentarse ante los demás de forma que su autoridad quede legitimada, parecer líderes eficaces y competentes.

b) Desarrollo de relaciones: los líderes deben motivar a sus seguidores y dirigir sus actividades, estableciendo una relación con ellos motivante y orientada al logro de objetivos, una interacción positiva con procesos de percepción y atribución adecuados entre líder y seguidores.

c) Utilización de recursos: aplicar eficazmente sus recursos y los de los seguidores (conocimientos, habilidades técnicas y sociales, etc.), promoviendo por ejemplo la toma de decisiones participativa.

4. CARACTERÍSTICAS DE LOS LÍDERES EN PRISIÓN.

El liderazgo en prisión es un fenómeno complejo, dado que se puede diferenciar entre una organización formal (la establecida oficialmente por la institución a través de las normativas, reglamentos, etc.), en la que sólo cabría hablar de un liderazgo formalmente establecido en base a las relaciones jerárquicas que establece la burocracia de la institución, y una organización informal (constituida por el conjunto de interacciones siociales que se da entre los diversos integrantes de la prisión), en la que cabe hablar de liderazgos informales, tanto en el grupo de funcionarios como entre el grupo de internos; también se pueden diferenciar los liderazgos

en función del grupo, ya que entre los funcionarios existe tanto un liderazgo formal como informal, pero en el de internos suele ser sólo informal. Analicémoslo en función del grupo:

1/ Grupo de Funcionarios:

En cuanto a la organización formal, la burocracia establece distintos tipos de profesionales y distintas jerarquías entre éstos, con lo que existe un liderazgo formal gradual, siendo el director el líder principal. Se trata de un liderazgo basado en el poder delegado o de posición, por lo que los líderes son profesionales con la función y responsabilidad de que el grupo (o la institución) alcance sus objetivos. En este sentido, cabe hablar de tantos líderes como grupos formales se establezcan. Existen grupos de comunidades terapéuticas, grupos de terapia, etc., en los que los profesionales (educadores, psicólogos, etc.) son los líderes, dirigen al grupo, aunque no se trata generalmente de un liderazgo autocrático, sino participativo (ya que se trata de fomentar la autorresponsabilidad y la autonomía).

Por otra parte, independientemente del liderazgo formal, entre los profesionales también surgen liderazgos emergentes en diversas tareas, tanto entre miembros del mismo estatus formal como si es diferente. Se trata de personas que ejercen más influencia por su capacidad, por su poder personal. Puede o no coincidir con el líder formal. En general los líderes del grupo de funcionarios deben reunir los rasgos personales y cognitivos que se han mencionado tanto en el apartado “características personales del líder” (destacando la flexibilidad) como en las diferentes teorías (especialmente el modelo Leaderprex: complejidad y diferenciación cognitiva, social y conductual).2/ Grupo de internos.

Entre los internos el liderazgo más importante es el informal, que determina algo parecido al liderazgo formal que se da en los internos (como cuando los internos eligen por votación a sus representantes para la participación en programación de actividades deportivas, culturales, etc.).Este liderazgo informal puede ser de diversos tipos: del mismo modo que en los grupos formales mencionados (grupos terapéuticos, comunidad terapéutica) hay internos que pueden ejercer una influencia mayor o menor, que participan más activamente en que el grupo alcance sus objetivos, o en que la interacción sea agradable, haya cohesión y se limen asperezas.

Sin embargo, existe otro tipo de liderazgo informal en el grupo de presos, un liderazgo asociado a los grupos informales, muy autocrático, que no siempre busca el bien del grupo, sino que lleva al grupo en la dirección que él desea (es el líder porque es el que más influye en la marcha del grupo), basado en un poder personal de carácter coercitivo o normativo, etc. Este liderazgo está en función de la subcultura de la prisión, del código de normas imperante en el sistema social de los presos. El líder es la persona que tiene más poder y estatus en función de dichas normas: Según CLEMMER o HARDBORT, los criterios por los que se configura el estatus son el tipo de delito cometido (la semejanza agruparía a sus autores y, al tiempo, (según la dificultad o astucia que requiera el delito y la gravedad del mismo), la carrera criminal (las personas con estatus son las que tienen experiencia criminal y en prisión) y el comportamiento penitenciario (el más peligroso, el multisancionado, con alta prisionización, cumplimiento del código del recluso; consecución de cierta libertad de movimientos, con posibilidad de obtener comodidades que reglamentariamente quedan prohibidas; capacidad de soportar o quebrantar la condena; etc.). Schrag coincide con los anteriores autores: realizó un estudio sociométrico en EEUU en el que concluye que los internos prefieren como características de sus líderes:

- El liderazgo está correlacionado con el grado de institucionalización (tiempo en prisión, nº sentencias, violentos,