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EL YO DIVIDIDO. UN ESTUDIO SOBRE LA SALUD Y LA ENFERMEDAD, DE R. D. LAING

Enviado por   •  30 de Octubre de 2017  •  4.061 Palabras (17 Páginas)  •  580 Visitas

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La mayoría de las personas tienen la sensación común de que son o empezaron a ser desde el momento en el que nacieron y dejaran de existir cuando mueran, esto es que se encuentran vinculados estrechamente con su cuerpo biológico, cuando nos cansamos o deseamos evadir sensaciones tortuosas, nos llegamos asentir separadas de lo corpóreo, sin embargo esto solo es en pequeños lapsos de tiempo

Yo no encarnado

Ahora bien existen personas que creen o sienten que ese vínculo con el cuerpo es irreal y por consiguiente se dividen en dos yo, el yo del cuerpo y el yo de la mente, se dice que estas personas no están encarnadas y debido a esto tienden a separarse más y más hasta el hecho de comenzar a actuar y separar la personalidad del propio yo, creando una serie de conductas relacionadas con la satisfacción que producen en el otro y relegando su yo a un oscuro pasaje. Esta conciencia exaltada de sí mismo, y esta división entre la personalidad propia y el falso yo, llega a tener tal fuerza que amenaza la existencia de la persona (el yo interno).

- El yo interior en la condición esquizoide

En la esquizofrenia la destrucción del yo es causada por maniobras defensivas internas. Para la persona esquizoide los objetos percibidos por el yo se experimentan como reales. Sus pensamientos y sentimientos que produce el yo tienen sentido, la realidad de las percepciones son consecuencia de la percepción y actividad del falso yo que esta disociado del verdadero yo. Este verdadero yo está excluido de participare directamente en relaciones del individuo con otras personas y con el mundo. Su “yo” es omnipotente y libre en la fantasía, si se consiente esto es más débil en la realidad.

La defensa esquizoide contra la “realidad” potencia la cualidad amenazadora de la realidad. El yo participa en la vida, solo frente a la intensa angustia. Para la persona esquizoide su participación directa en la vida es un riesgo de ser destruido (por la vida) y el aislamiento del yo es un esfuerzo por preservarse a su mismo, a falta de un sentimiento confiado de autonomía y de integridad.

El esquizoide desea contacto con la realidad, anhela abundancia de allí en contraste con el vacío de aquí, pero siente la pérdida de su ser y se aferra al aislamiento. Anhela la unión completa, pero lo aterra porque sería el fin de su yo. No tolera la relación dialéctica y reciproca de “dar y recibir”. Por ejemplo, al robar, siente que el otro puede robarle a él, no solo lo que tiene sino lo que es, su “yo” es robado. Se siente culpable y esta culpabilidad puede ser en cualquiera de los yos.

Cree en su propia destructividad, no cree en llenar su vacío sin reducir a nada lo que hay allí. Ser amado amenaza su yo, se piensa en otros.

- El sistema del falso-yo

Distingue el falso yo en tres tipos de personas:

En las personas “normales” el yo falso ejerce comportamientos virtualmente mecánicos, es espontaneo y no lo evita, no hay una realidad extraña o amenazante. Y principalmente no está esa diferenciación donde hay una pelea entre el yo interno y su yo falso, donde está la sensación de que alguien “vive por él”. Por otra parte la persona histérica, busca obtener satisfacciones en acciones que niega (deseos libidinosos y agresivos). Hay una diferencia en lo que dice y lo que hace, y pretende no estar en sus acciones, pero se realiza a sí mismo a través de ellas.

Mientras en una persona esquizoide, ese yo falso es un ente aparte y autónomo, que ya no obedece a un mismo amo, sino que coexiste en un mismo cuerpo llegando a tener distintas maneras de pensar y actuar que ponen en conflicto la actitud, pero que como en toda relación social, uno de los dos toma el liderazgo y sojuzga al otro relegándolo a un papel pasivo o de simple espectador del actuar diario. Sin embargo, a pesar de la pasividad o la aparente aceptación de las decisiones del otro, la autoridad en base a miedo, siempre genera inconformidad, y por ende resistencia, resistencia que al ser contenida por miedo, genera sentimientos violentos, como es de esperarse ante una represión violenta y se forma una relación en la que se desea escapar de la interacción, pero al no estar en posición de escapar ya que como mencionábamos, se habita en el mismo cuerpo y no se puede uno ir de ese cuerpo, se vuelve una existencia destructiva, destructiva por el hecho de la constante amenaza a la propia identidad, subjetividad y autonomía.

- Conciencia de sí

La conciencia de sí, es percatarse en un primer punto “de uno mismo” el cual se aumenta por el sentimiento de culpa, ya que temen porque se note en sus caras su actividad por la cual sienten la culpa. Por ello se miente, y al no poder mentir no establece autonomía e identidad. y en un segundo punto es percatarse como objeto de la observación de otros, lo cual en pacientes esquizoides es de naturaleza compulsiva.

Las personas excesivamente consientes de sí, sienten que son objeto de interés de otras personas más de lo que en realidad son. Una persona así tiene miedo a que otras personas crean que es un tonto.

En personas ontológicamente inseguras la conciencia de sí desempeña dos papeles. Primero, percatarse de sí mismos, saber que existe él y los demás. Presentan discontinuidad en el yo temporal, es decir, el tiempo se experimenta como sucesión de momentos, donde una pérdida de un tramo de la serie de momentos por el descuido de atención s catastrófico. Hay amenaza de ser tragado y un intento de preservar su integridad.; y en segundo, la persona está en peligro de ser visible a otros donde hay un dilema en esta Conciencia de Sí, donde necesita que la gente lo mire para sentirse vivo y llenar el vacío, pero por otra parte quiere ser invisible, la cual es una defensa biológica básica donde ocurre una despersonalización y se “hace el muerto”. Se coloca en un estado de “no-ser” donde es despojado de sentimiento de autonomía, de realidad y de vida, esta despersonalizado. En la conciencia de sí se confía para sustentar la seguridad ontológica.

La persona esquizoide despersonaliza su relación consigo mismo transformando su espontaneidad de su ser en algo muerto al inspeccionarlo. Petrifica a otros y teme que se lo hagan a él; teme estar vivo y no tener conciencia de sí, porque dejaría de existir. Debido a que otros pueden verlo, pueden petrificarlo o penetrarlo, él debe prevenir este peligro convirtiendo al otro en piedra. Actúan de manera diferente frente a otras personas, sienten

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