LA PROFUNDA CEVERNA DE LOS SENTIMIENTOS

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LA VIDA NO NOS ENGAÑO

A veces ocurre que cuando un hombre se franquea lo que ha estado encerrado en el durante tanto tiempo s le de un modo torrencial, informe, riesgo, para él y para los otros. Puede ocurrir que no se trate de una apertura emocional sanadora si no la manifestación de un añejo y rancio resentimiento, que podría volverse, según fuere el caso, contra las mujeres, contra la familia de origen.

LA CAVERNA Y EL DRAGON

Una verdadera transformación, un auténtico enriquecimiento, un real alumbramiento emocional de los hombres no provendrá de las declaraciones, de discursos, de una predisposición de la voluntad. La charla entre los hombres es una forma de guardar silencio al tiempo que se crea la ilusión de una conversación. Las mujeres suelen creer que los hombres no les hablan a ellas, los hijos con hambre de padre suelen creer que sus padres son inaccesibles para ellos. Sin embargo esos silencios y esas inaccebilidades son solo consecuencias. Antes de eso, los hombres, es su gran mayoría, no hablan entre ellos, y antes aun no tienen diálogos interiores acerca de sus verdaderas necesidades emocionales y afectivas de sus sentimientos.

ABANDONAR A LA MADRE PARA AMAR A LA MUJER

Ser abandonado por una mujer he aquí el único fracaso insoportable, para un hombre- se hace difícil afirmarlo, como es ardua cualquier afirmación taxativa cuando se habla de vínculos entre seres complejos tan sutiles, tan distintos a los humanos. Aun así, ante pocos dolores de un varón están tan desarmado, tan desprovisto de recursos como ante el abandono femenino. Perder a una mujer lo hace sentir, como pocas cosas, un complejo y total perdedor (la pierde a ella pierde ante ella). Enamorarse, para el varón, equivale a rendirse con todo lo que significa en un sistema de pensamiento elaborado sobre conceptos como lucha, competición victoria, conquista, imposición, posesión, sostenimiento. A los hombres se les gustan las mujeres. Las mujeres se enamoran de los hombres. Ellos las desean. Ellas los aman, es así por naturaleza, regresa la pregunta que sobrevuela cada tema de este libro. La respuesta vuelve a ser la misma: no, es el resultado de una educación, de mandatos, de ejemplos de un paradigma.