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Los 4 Conceptos Fundamentales de la Clínica Psicoanalítica

Enviado por   •  25 de Julio de 2018  •  8.360 Palabras (34 Páginas)  •  230 Visitas

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La Transferencia

La transferencia es un fenómeno observado inicialmente por Freud en los casos de análisis que trataba, el cual funcionaba como herramienta fundamental para la cura, pero paralelamente se presentaba como una resistencia ante ella. Aquí, el analizante supone en el analista sus condiciones de amor (a través de identificaciones que proyecta en él), así como que este satisfará sus pulsiones (de las que el paciente no quiere saber); de esta manera, toma al analista y lo hace partícipe de su modo de ejercer el amor, es decir, lo coloca en la posición de quien vendría a satisfacer esta necesidad de amor.

De ella es posible aclarar que surge como producto de la actividad inconsciente, pues se trata de una repetición diferente que se presenta con el analista, con la diferencia de que éste debe asumir una posición diferente, de abstinencia, es decir, abstenerse de responder a la demanda del sujeto, al igual que de rechazarlo; esto permitirá dejar al sujeto abierto ante su deseo, por lo que se dice que el analista se vale de la transferencia para poder comprender el funcionamiento psíquico del sujeto y a la vez poder intervenir. Precisamente, el analista es tomado por el sujeto como Objeto Causa de Deseo, lo cual significa que el analista, vaciado de su subjetividad, funciona como ente capaz de encarnar aquello que el paciente desea y que siempre se encuentra negado, velado por la actividad inconsciente.

La Transferencia le permitirá al analista intervenir desde este campo, dejando abierto el vacío que el sujeto no quiere ver y permitiéndole elaborar mejores soluciones, así como movimientos respecto a ese modo de repetir que le ha generado malestar.

Sin embargo, a pesar de esta condición de amor proyectada en el analista que aparenta ser irreal, la transferencia no es el puesto en acto de una ilusión, es la puesta en acto de la realidad del inconsciente.

La Pulsión

La Pulsión nada tiene que ver con lo biológico, con lo orgánico. Por esto, Freud sostenía que "La pulsión nos aparece como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma". No implica un desarrollo evolutivo, y su exitación tampoco proviene de estímulos externos, a pesar de que es afuera que el sujeto busca el objeto de su satisfacción.

La Pulsión implica un concepto que da cuenta de aquello que no pudo reprimirse, puesto que cuando se habla de represión, se supone que existe algo ejerciendo presión: esto es la pulsión. Por esto, la pulsión se presenta como esta energía psíquica permanentemente constante, que ejerce presión sobre lo reprimido, fluyendo de manera cíclica en el sujeto.

A consulta llegan pacientes que no están satisfechos con quiénes son, pero lo que viven (sus síntomas) tiene que ver con la satisfacción. Satisfacen algo que sin duda va en contra de lo que podría satisfacerlos, por esto se habla de una "satisfacción paradójica".

Se dice que esta energía de la pulsión circula en torno al objeto de goce, es decir, el Objeto Causa de Deseo que el sujeto supone podría complementarlo. Lo que sucede es que, al alcanzar su objeto de satisfacción, la pulsión se da cuenta de que no es por esa vía que se satisface (realmente, la pulsión nunca se satisface completamente). Por esto Lacan sostiene que la pulsión le da la vuelta al objeto, gira en torno a él procurando no tomarlo, porque al hacerlo se estaría percatando, desde la neurosis del sujeto, de que la idea de estar completamente satisfecho es imposible. Esto se debe a que Objeto Causa de Deseo es vacío, es un objeto eternamente faltante, que el sujeto busca porque supone que puede llenar su falta.

Función del Corte como técnica en la clínica psicoanalítica

En relación a lo expuesto en los apartados anteriores, se entiende que la Transferencia surge cuando el analizante toma al analista como Objeto Causa de Deseo, suponiendo que él satisfará sus pulsiones; sin embargo, esto es algo que constantemente se encuentra velado en la experiencia analítica: el sujeto se encuentra en constante producción de identificaciones, de significantes que repite y que intentan reprimir la pulsión. El problema se da cuando estás identificaciones producen malestar en cuanto al funcionamiento de la persona, porque a pesar de que fueron la mejor solución que el sujeto logró encontrar para nombrarse como ser en el mundo, igualmente oculta el deseo del paciente; el sujeto no sabe lo que desea, y evita preguntarse por esto gracias a que se vale de las identificaciones para responder a la pregunta por su ser.

Sin embargo, cuando se instaura la transferencia, el analista podrá percatarse en acto del lugar en el cual el analizante lo está colocando, y valerse del momento en que el discurso falle -es decir, el momento en que el inconsciente se abra a través del lapsus o de otras vías (tal y como se explicó en el apartado El Inconsciente) y muestre ese objeto vacío que el sujeto se niega a ver- para entonces producir un corte en la cadena significante, es decir, cortar la sesión antes de que el inconsciente se cierre de nuevo. Esto permitirá que las identificaciones (siempre engañosas) vayan cayendo el sujeto se encuentre con su propio vacío en acto y que, posteriormente, pueda construir una mejor relación con su vacío desde su propio deseo.

PRINCIPIOS DEL PSICOANÁLISIS

Primer principio:

El psicoanálisis es una práctica de la palabra. Los dos participantes son el analista y el analizante, reunidos en presencia en la misma sesión psicoanalítica. El analizante habla de lo que le trae, su sufrimiento, su síntoma. Este síntoma está articulado a la materialidad del inconsciente; está hecho de cosas dichas al sujeto que le hicieron mal y de cosas imposibles de decir que le hacen sufrir. El analista puntúa los decires del analizante y le permite componer el tejido de su inconsciente. Los poderes del lenguaje y los efectos de verdad que este permite, lo que se llama la interpretación, constituyen el poder mismo del inconsciente. La interpretación se manifiesta tanto del lado del psicoanalizante como del lado del psicoanalista. Sin embargo, el uno y el otro no tienen la misma relación con el inconsciente pues uno ya hizo la experiencia hasta su término y el otro no.

Segundo principio:

La sesión psicoanalítica es un lugar donde pueden aflojarse las identificaciones más estables, a las cuales el

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