Los mitos que nos dieron traumas. “Segunda sesión: los traumas de la conquista / Tercera sesión: los traumas guadalupanos”

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Todo tiene una traba al parecer, porque parece que nosotros mismos nos contradecimos, porque queremos ser algo, pero no sabemos qué. Porque queremos ver algo que no está ahí y no queremos aceptar lo que es la realidad, la realidad de cada uno de nosotros, de porqué estamos aquí y de dónde venimos exactamente y tristemente la respuesta está ahí, pero necesitamos algo más, algo que nos separe de ese pasado traumante y que nos haga olvidar el futuro impredecible que se ve venir.

Otro punto importante y que ciertamente no me había pregunta y que tampoco veía venir, es el hecho de que, si realmente nos pusiéramos analizar todas nuestras costumbres, tradiciones, nuestra cultura y hasta nuestra gastronomía, tenemos algo de mestizaje. Así como pone de ejemplo el chile en nogada, el mole y hasta el taco, tienen sus dones europeos. Que, sin mano de ellos, lo que ahora conocemos como comidas muy mexicanas por lo cual nos sentimos híper orgullosos porque nadie más lo tiene, no tendríamos algo tan “nuestro”.

Algo aún más impresionante, o al menos para mí, es que la virgen de Guadalupe, viene desde más allá que solo España, y que fue tan quizá “personalizada” por los mexicanos, que la hicimos parte de México y de lo que lo identifica. Y de cierta manera, la forma en la que la Virgen de Guadalupe fue personalizada, solo reprime al mexicano a hacer más allá, pues la idea de una Virgen, es hacer conformar al mexicano, pues, así como sea, pobre pero muy humilde, siempre estará ella para nosotros y que no se necesita progresar. O al menos de esa manera lo entendí. Y tristemente, muchos de los “fans” católicos creyentes de la Virgen, creen de esa manera.