Los niños con retraso mental.

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Es necesario conocer al niño y establecer una relación de amistad para generar más confianza y que el proceso de enseñanza-aprendizaje no se torne algo tedioso o forzoso, sino algo que le interese y que sea más amena la clase. Los padres también pueden colaborar si se platica un poco del tema que se estará tratando en la semana y se les da algunos consejos de como continuar con lo que se vio en clase, pueden ser solo recordatorios que se incluyan en una charla o en las actividades diarias como al vestirse, “te ves muy bien con tu vestido azul”, al comer, “hoy comerás en el plato azul porque sé que te gusta ese color”, al bañarse, “cuando termines de bañarte te podrás secar con la toalla azul”, etcétera.

También es necesario tener siempre en cuenta que no aprenden como los demás, por eso se debe tratar al niño con mucha paciencia y amor.

Marco teórico

Retraso Mental

Es necesario dejar claro que non se puede hablar de un perfil homogéneo entre sujetos afectados por la condición de retraso mental pero la forma en que esa condición o problema marca su perfil de habilidades de desarrollo puede ser completamente diferente. Sabemos que el retraso mental afecta directamente en la capacidad de aprender: la cantidad de información que pueden procesar de una vez, en persistir y alcanzar, buscar y utilizar una estrategia para solucionar problemas. Po esta razón no podemos enseñar muchas cosas al mismo tiempo. La atención también es un problema asociado con esta condición: dificultad para concentrarse, en mantener la atención y en la atención selectiva, así que es necesario que se compruebe tener la atención del niño en todo momento.

El retraso mental hace referencia a limitaciones substanciales en el desenvolvimiento corriente. Se caracteriza por un funcionamiento intelectual significativamente inferior a la media, junto con limitaciones asociadas en dos o más de las siguientes áreas adaptativas: comunicación, cuidado personal, vida en el hogar, habilidades sociales, utilización de la comunidad, autogobierno, salud y seguridad, habilidades académicas funcionales, ocio y trabajo.

Los objetivos educativo-terapéuticos podemos ubicarlos en algunas de las siguientes áreas: comunicación, autocuidado, vida en casa, habilidades sociales, habilidades comunitarias, autodirección, salud y seguridad, académicas tiempo libre y trabajo.

En la siguiente planeación se observa un ejemplo de lo que se puede trabajar en una semana del preescolar, como bien sabemos nombrar los colores es una de las habilidades tempranas de preescolares que muchos educadores dan por hecho. La mayoría de los niños aprenden los nombres de los colores en casa. Pero los niños con problemas de desarrollo tal vez tengan que aprenderlos de manera directa. Al igual que muchas otras habilidades, nombrar los colores se debe desglosar y enseñar en pasos pequeños para minimizar las posibilidades de confusión y frustración. Sobre todo, un programa para enseñar los nombres de los colores debe ser divertido y gratificante para los niños, para mantener su atención.

No hay que olvidar que la paciencia y el amor para trabajar con niños en esta condición es un punto clave para que el proceso enseñanza-aprendizaje se logre de una manera correcta. Cada niño aprende a su manera y a su tiempo, sin prisas ni procedimientos forzosos.

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