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Parcial Domiciliario - Grupos Percia

Enviado por   •  20 de Febrero de 2018  •  4.016 Palabras (17 Páginas)  •  732 Visitas

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En el texto “El azar como figura de sujeto”, Percia nos cuenta que la “Loteria de Babilonia” es un relato que ayuda a entrever como la identidad personal, la supuesta identidad personal, acontece como salto inesperado, mudanza de sí, como contigencia. Borges imagina allí una civilización gobernada por el azar y nos propone romper con la unidad, viviendo múltiples vidas. Pero no ocupando el lugar del otro, ni siendo el otro, sino como posibilidad: estar disponible, estar dispuesto a ser atravesado por figuras nuevas, desconocidas. Respecto a mi pregunta sobre si ese impulso de la niñez por dar vida a lo inanimado se podia entreveer en los razonamientos infantiles de otorgarle intenciones a lo inanimado o de buscar explicaciones a lo fortuito creo que podría decir que el azar gobierna la vida del niño, que él sabe ser multiplicidades más que cualquiera de nosotros. Los niños juegan a ser otros, a vivir otras vidas, se pueden cambiar los nombres e incluso hasta los géneros durante el juego. Incluso pueden ser la mascota de la casa, los árboles del fondo, pájaros, aviones. Definitivamente no son sujetos. El niño sabe escapar de los lugares fijos que el lenguaje (¡y el adulto!) les imponen. Sin ir más lejos ¿cuántas veces señalamos las fallas de la articulación infantil? Estamos ahí, encima de ellos... corrigiendo sus errores, sus faltas al hablar, sus equivocaciones en el uso de un lenguaje que no le es propio si no del que deben apropiarse. La libertad de modificar el lenguaje, de utilizar cuantos lenguajes querramos uno por cada deseo es “un lujo que toda sociedad debería preocurar a sus ciudadanos”. Pero, tal como sostiene Barthes, ninguna sociedad está dispuesta todavía a aceptar la existencia de diversos deseos. Él dice “que una lengua, la que fuere, no reprima a otra; que el sujeto por venir conozca sin remordimientos, sin represiones, el goce de tener a su disposición dos instancias de lenguaje, que hable una u otra según las perversiones y no según la ley”. Es que el lenguaje nos obliga a decir ciertas cosas y posicionarnos de determinadas maneras, es por eso que no sólo abre mundos y posibilita sino que también clausura y nos encierra, a esto se refería Barthes con “lenguaje fascista”, no por lo que impide si no por lo que obliga a decir.

Trabajar “La loteria de Babilonia” desde lo planteado por Percia me dió una idea diferente a la que me venia habitando, mejor dicho: varias ideas diferentes que se pueden resumir en una. El caos no es un lugar inhabitable y la incertidumbre de aquello que va a suceder, lo impensado y lo no premeditado no es intolerable, al contario. La materia también parecia un caos pero ahora esa palabra no está atada a lo que el lenguaje dice si no que desde los autores trabajados el caos es un renovado impulso hacia lo otro. La cursada ahora, tiene otro sentido: construir y desconstruir a través de los infinitos relatos y discursos, a través de las múltiples figuras que nos habitan y sobre todo a través de lo neutro y lo grupal, aunque tal vez cueste captar esos instantes si se ha logrado una vez, creo que ya valió la pena. Así como en el cuento de Borges el azar era un gran ordenador, justo a diferencia de la sociedad en la que estamos inmersos y a la que aportamos nuestras potencias, la clase vendría a ser una especie de isla gobernada por el azar inmersa en un mar de sentido común, repetición y re-presentación: la universidad.

La clasificación va de la mano de la naturalización. Cuando estamos atados a clasificaciones se tiende a naturalizarlas y hacerlas una con la persona a la que intentamos colocar en un lugar o en otro, en una lista o en otra, adentro o afuera, cerca o lejos nuestro. Y a eso me refería con mi pregunta respecto a los prejuicios, las clasificaciones y la perpetuación de una idea que ata a las personas y les impide ser algo más. La gente te pregunta: ¿qué sos? ¿quién sos? Si hubiera alguna manera de dar una respuesta significativa a esas preguntas ¿valdría la pena hacerlo? Y Percia aporta algo muy interesante respecto a la naturalización que yo relacionaria también a las clasificaciones: “Uno de los problemas de la naturalización es que impone una idea de justicia: establece que, si algo es natural, es necesariamente justo”. Entonces no importa que tan aberrante sea andar etiquetando personas como si fueran productos en una estanteria de supermercado, mientras esto sea algo “normal”, “aceptado”, “natural”, está bien... “es lo que hay”, se dirá. Es que lo natural “se postula como malestar razonable en un mundo conveniente”. La idea es patear con esas cosas, sacudirse las telarañas, mirar de nuevo pero esta vez abriendo los ojos. A la pregunta “¿quién sos?” me sigue pareciendo elocuente responder “soy lo que me pasa” o “soy lo que me habita” o si se admite una pregunta para responder otra pregunta diría: “¿cuándo?”.

Se trabajo también uno de los teoricos ideas que me invadieron. Una de ellas fue la idea de sujeto único como heredero de Dios. La idea de sujeto de Borges no era nunca unidad y esto cuesta entenderlo por que, claramente como se comentó en la clase, las ideas divinas nos atraviesan de manera determinante. No importa que yo sea atea, agnóstica o deísta o que le confie mis parciales a San Expedito o le rece a mi gato, la idea de sujeto que traje a esta cursada provenia de lo religioso y jamás lo había percibido, es que tal y como lo sostiene Rousseau: “No existe sujeción más perfecta que aquella que conserva la apariencia de libertad: de esa manera cautiva a la misma voluntad”. La idea de Dios como la útima explicación a todas las cosas nos quita la oportunidad de la duda, de la critica, nos quita la posibilidad de ser curiosos, de preguntar, de re-preguntar, de volver a dudar. Dios puede ser la figura de sujeto para algunos, la idea de sujeto que cada uno de nosotros tiene. Y en este punto, el psicoanálisis difundió el uso del vocablo sujeto como unhablante hablado: “una existencia histórica cincelada en el lenguaje, y a la vez, cincelada como experiencia de sí, en su tiempo ínfimo”. Es claro que el concepto de sujeto único ya no nos alcanza y Dios se corre un poco del lugar central.

Siento que me quedan muchas cosas afuera, pero para ir terminando me gustaría tomar dos temas cuestiones centrales que estuvimos viendo durante la cursada: lo grupal y lo neutro. En un presente me pregunté si lo grupal puede separarnos de la lógica de lo individual. Y sí, si puede. Siempre que recordemos siempre que lo grupal no son los grupos. Lo grupal son acciones que se presentan en infinitivo, por lo tanto no tiene sujeto. Lo grupal es sin identidad. Es la puerta a las posibilidades de habitar potencias que nos asombren, romper la trama donde el individuo queda atrapado. Y

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