TENGAN ÉXITO DE LOS NIÑOS CON EL TRASTORNO POR DÉFICIT DE LA ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD
Enviado por Antonio • 27 de Noviembre de 2018 • 11.009 Palabras (45 Páginas) • 402 Visitas
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Escrito por Harold Meyer y Susan Lasky, con un agradecimiento especial a Edward Hallowell, M.D. y a Lesley Gordon.
Reviso 1992
* NOTA DEL TRADUCTOR:
En la traducción al español se utilizó el término “los progenitores” para referirse en forma conjunta al padre y a la madre. No se utilizó el término “los padres” ya que habría podido crear confusión debido a que en algunas ocasiones, el texto se refiere específicamente al padre y/o a la madre.
Debido a que en el español el género masculino incluye a ambos géneros (masculino y femenino), se ha utilizado el masculino para referirse a los médicos, psicólogos, terapeutas, preceptores/tutores, defensores, maestros, etc. Por esa misma razón se ha usado el masculino para referirse al niño (a pesar de que pueda ser una niña) o cuando se menciona algo relativo a uno de los dos progenitores (padre o madre).
En el caso de “la niñera” se ha utilizado el género femenino simplemente porque es más común que sean personas del sexo femenino quienes desempeñen ese tipo de trabajo, pero podría tratarse de alguien del sexo masculino.
Recomendaciones para padres de niños con TDAH
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Ser padre es algo que nadie nace sabiendo. De pronto un día lo eres y ya está. Tienes que ir aprendiendo a serlo sobre la marcha. Aprendiendo de los errores que cometes, de cómo os comunicáis, del tiempo1 que pasáis juntos, de tu hijo.
Nadie ha dicho que ser padre sea algo fácil. Implica mucho tiempo, sacrificio, dedicación, sufrimiento y paciencia. Además cuando tu hijo padece un trastorno como el TDAH seguramente esa dedicación, sufrimiento y paciencia se vean multiplicados por mil. Ser padre puede entonces convertirse en algo realmente agotador y te puedes sentir impotente y frustrado ante un “no sé qué más hacer o decir”. No te preocupes, todo esto es normal.
Una vez han diagnosticado a tu hijo, sentirás un alivio por saber qué es lo que le sucede y porqué. Sin embargo no es momento para relajarse y pensar que ahora que tiene un diagnóstico y que está en manos de especialistas, tu labor en su evolución no es importante. Porque en ese momento es cuando de verdad empieza lo duro.
A partir de ahí los padres se convertirán en verdaderos expertos, técnicos y profesionales sobre el trastorno, en especialistas en técnicas de modificación de conducta cognitivo-conductual, para poder trabajar con su hijo en el rendimiento y ayudarles a tener una oportunidad. Ya sea en el momento en el que los niños se enfrentan al problema, o un poco antes para prevenirlo o después de que suceda, para corregir y que aprendan de los errores.
En definitiva, los padres son el factor protector más importante para reducir el impacto del TDAH.
Alguna vez te has preguntado ¿Qué necesitan los niños con TDAH para que la familia, el entorno, las costumbres, la comunicación, la relación y las pautas educativas sean las adecuadas a las dificultades del TDAH, de forma que reduzcan el impacto negativo del trastorno y les faciliten las experiencias de éxito y los aprendizajes?
Como padres hay muchas cosas que podemos hacer para ayudarles… pero primero hay que entender qué es lo que les pasa…
¿Qué les pasa a los niños con TDAH?
– No escuchan, no se fijan.
– Se les olvida, no retienen, o pierden la información sobre lo que tiene que hacer.
– No interiorizan las normas.
– Saben hacer muchas cosas pero no son capaces de llevarlas a término. Hay que estar encima de ellos para conseguirlo.
– El ambiente, el contexto, la situación no les sirve para controlarse, no les llega la información sobre qué es lo adecuado, qué debe hacer o que se espera de él en ese momento.
– Dicen lo primero que se les ocurre, hacen lo primero que piensan.
– Todos los estímulos les entretienen, no saben poner un filtro para atender solo al pertinente y al adecuado a la situación.
– No son capaces de atender mucho tiempo a una sola tarea que les suponga esfuerzo mental.
– No aprenden por las consecuencias.
– No anticipan lo que va a pasar. No evalúan las consecuencias de sus acciones.
– Desconocen que pueden recordar el pasado para saber cómo actuar.
– El castigo no les sirve para aprender a comportarse bien.
– No tienen un tiempo de espera, un tiempo de reflexión antes de actuar.
– Cuando más necesario es que estén quietos, más inquietud les entra.
– No tienen conciencia del tiempo, ni regulan el mismo: o van muy rápido en tareas que se requiere ir despacio, o van muy despacio en tareas en las que se puede ir rápido.
Si todo esto les ocurre en cualquier tipo de tareas: aseo, limpieza, orden, alimentación colaborar en casa y no digamos en hacer los deberes, las dificultades aumentan cuando aparecen las emociones tanto positivas como negativas. Entusiasmo, alegría, frustración cansancio, rabia, miedo… Las emociones les invaden y les desbordan complicando la situación, para el niño y los adultos que le intentan ayudar.
¿Qué pueden hacer los padres ante esto?
Los padres pueden y deben tener estrategias que ayuden y faciliten que su hijo aprenda a regularse y autocontrolarse.5 Para ello hay que centrarse en trabajar principalmente en torno a los siguientes puntos:
- Estructuración del ambiente: hábitos, rutinas, organización, planificación, horarios, órdenes, normas.
- Externalización de la información: carteles, fotos, dibujos, relojes, contadores, señales acústicas.
- Internalización de los procesos: guía externa de la conducta, pensar en voz alta, repetirse la orden, modelado cognitivo , autoinstrucciones trabajar con la imaginación ( el pasado y el futuro)
Aquí nos vamos a centrar en las técnicas de Internalización
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