Una vejez emocionalmente integra y sabia
Enviado por tolero • 15 de Enero de 2018 • 5.244 Palabras (21 Páginas) • 376 Visitas
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Además existe un sentido de inutilidad biológica, debido a que el cuerpo ya no responde como antes. Las mujeres pasan por la menopausia, algunas de forma dramática.
Los hombres creen que ya “no dan la talla”. Surgen enfermedades de la vejez como artritis, diabetes, problemas cardíacos, problemas relacionados con el pecho y ovarios y cánceres de próstata.
Empiezan los miedos a cuestiones que no había temido nunca, como por ejemplo a un proceso gripal o simplemente a caerse.
Junto a las enfermedades, aparecen las preocupaciones relativas a la pérdida de la autonomía (valerse por sí mismo, hacer lo que desea) y las pérdidas referidas a la jubilación, a la muerte. Los amigos mueren; los familiares también. La esposa muere. Es inevitable que también a uno le toque su turno. Al enfrentarnos a toda esta situación, parece que todos debemos sentirnos desesperanzados, implican para el adulto mayor un proceso de elaboración de duelo.
Como respuesta a esta desesperanza, algunos mayores se empiezan a preocupar con el pasado. Después de todo, allí las cosas eran mejores. Algunos se preocupan por sus fallos; esas malas decisiones que se tomaron y se quejan de que no tienen ni el tiempo ni la energía para revertirlas (muy diferente a estadios anteriores).
Vemos entonces que algunos ancianos se deprimen, se vuelven resentidos, paranoides, hipocondríacos o desarrollan patrones comportamentales de senilidad con o sin explicación biológica.
Si somos capaces de mirar atrás y aceptar el curso de los eventos pasados, las decisiones tomadas; tu vida tal y como la viviste, como necesariamente así, entonces no necesitarás temerle a la muerte.
Aunque la mayoría de las personas no se encuentran en este punto de la vida, quizás podríamos identificarnos un poco si empezamos a cuestionar nuestra vida hasta el momento. Todos hemos cometido errores, alguno de ellos bastante graves; si bien no seríamos lo que somos si no los hubiéramos cometidos. Si hemos sido muy afortunados, o si hemos jugado a la vida de forma segura y con pocos errores, nuestra vida no habría sido tan rica como lo es.
La tendencia desadaptativa del estadio 8 es llamada presunción. Esto ocurre cuando la persona “presume” de una integridad sin afrontar de hecho las dificultades de la senectud.
La tendencia maligna es la llamada desdén. Erickson la define como un desacato a la vida, tanto propia como la de los demás.
La persona que afronta la muerte sin miedo tiene la virtud que Erickson llama sabiduría. Considera que este es un regalo para los hijos, dado que “los niños sanos no temerán a la vida si sus mayores tienen la suficiente integridad para no temer a la muerte”.
El autor sugiere que una persona debe sentirse verdaderamente agraciada de ser sabia, entendiendo lo de “agraciada” en su sentido más amplio: me he encontrado con personas muy poco agraciadas que me han enseñado grandes cosas, no por sus palabras sabias, sino por su simple y gentil acercamiento a la vida y a la muerte; por su “generosidad de espíritu”.
La crisis no implica necesariamente un desenlace negativo, sino que es, a la vez, una oportunidad para el crecimiento y desarrollo personal.
Las etapas de desarrollo de Erickson ofrecen una visión integral que nos sirve de guía para nuestro camino.
Rol del adulto mayor en la sociedad y familia
El sentirse útil es muy importante para el adulto mayor, quien podrá adaptarse a un nuevo estilo de vida con optimismo y generosidad.
En la cultura oriental, a diferencia de la cultura occidental, existe un profundo respeto y veneración por los ancianos, a quienes se respeta por sus consejos. En China, sería una falta de respeto decirle a una persona mayor: ¡qué joven te ves!
Una expresión que, sin embargo, se considera de cortesía en occidente porque el mostrar un físico juvenil resulta un logro que es halagado.
El adulto mayor en la sociedad actual
El adulto mayor –término mejor aceptado, ya que los de “viejo” o “anciano” se consideran humillantes o peyorativos–, ha perdido su lugar central en las sociedades modernas (sobre todo, en las grandes ciudades), perdiendo de vista que los abuelos dentro del ámbito familiar son una gran fuente de conocimientos adquiridos a partir de sus experiencias.
Esta etapa interesó a filósofos como Platón quien en su obra La república donde Céfalos contesta al cuestionamiento de Sócrates sobre si percibe a la vejez como algo doloroso, contestando que todos los problemas generados por la edad, incluidas las quejas de no ser respetados, solo tienen una causa: el carácter del hombre. Afirmando que con una mente contenta y en paz, la vejez no será una carga intolerable.
La reflexión de Platón es aplicable en la actualidad donde psicólogos y geriatras hablan de que la aceptación y felicidad durante la etapa de la vejez tiene que ver con la actitud.
A pesar de los deterioros físicos propios de la edad que pueden sufrir las personas adultas mayores, si enfrentan esta etapa siendo positivos, teniendo actividad física y compartiendo con los demás sus vivencias, sin duda, se convertirá en un periodo disfrutable, donde no tendrá cabida la depresión, el deseo de morir o la frustración originada por la incapacidad de aceptar con dignidad esta inevitable etapa de la vida.
La mayoría de las teorías psicológicas del desarrollo se limitan a la primera mitad de la vida, pero el psicólogo estadounidense Erik Erikson prestó atención a la etapa de la vejez, buscando sus potencialidades.
Según Erickson en la vejez la persona pasa por la crisis final de integridad versus desesperación, la cual finaliza con la virtud de la sabiduría.
La capacidad para valorar la propia experiencia y a uno mismo, sería el antídoto para sobrellevar la desesperación y cuando esta tarea se desarrolla de forma armoniosa, el balance resulta positivo y proporciona sabiduría.
La importancia de los abuelos en la familia
Los adultos mayores pueden prestar una valiosa ayuda dentro del ámbito familiar, funcionando como un apoyo para sus hijos (para el padre principiante es una valiosa fuente de información); pero, sobre todo, tienden a convertirse en educadores y hasta cómplices de los nietos, quienes regularmente
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