Volver a pensar la educación

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- La filosofía se había limitado a operar como instrumento ideológico para legitimar la situación social predominante transportando los valores sociales dominantes al reino de la verdad trascendental, no dejando lugar a la experiencia ordinaria.

- Para descubrir esas verdades, los filósofos, creaban problemas filosóficos abstractos, carentes de interés para todo el mundo, salvo para ellos mismos. Por lo tanto la filosofía no se ocupaba de los problemas de los hombres.

- Es necesario, encontrar un significado nuevo a la historia de la filosofía, como la historia de los medios intelectuales utilizados por las sociedades, que se enfrentan con la necesidad de reconstruir sus valores heredados y sus creencias tradicionales.

Para Dewey el papel principal de la filosofía consiste el clarificar, criticar y redefinir los valores y creencias de la sociedad con el fin de resolver los problemas y conflictos experimentados en épocas de cambio cultural.

En los comienzos del siglo XX, estos problemas estaban relacionados con el futuro de las instituciones democráticas desarrolladas desde la ilustración. Para Dewey, se estaba distrayendo la atención del verdadero problema que era asegurar su futuro porque, se pretendía dar una justificación filosófica de las instituciones democráticas, lo que en definitiva impidió su progreso y conservación. Desde su punto de vista, las instituciones democráticas tenían que ser reestructuradas de manera tal que reconociesen que, la libertad individual no era un punto de partida, sino un punto final al que podía llegarse mediante cierta forma de vida social.

En relación con los cambios intelectuales propuestos por Dewey, se vislumbra su adhesión a la teoría evolucionista de Darwin.

Como Darwin, Dewey consideraba que en este proceso de evolución natural, los seres humanos también habían sufrido un proceso de evolución social y cultural. Proceso mediante el cual la especie había adquirido diversas disposiciones intelectuales que le permitían adaptarse a su ambiente cultural, abordando con eficacia los problemas y conflictos de la vida social. Surge así el concepto de “inteligencia social”.

En consecuencia, para Dewey, “individuo” y “sociedad” no son entes determinados ni campos independientes, sino elementos de un mismo proceso de “crecimiento “. Una espiral sin final en la que los individuos utilizan su inteligencia para modificar la sociedad que los ha configurado a ellos mismos, para que contribuya mejor al desarrollo de su libertad individual. En resumen “ crecimiento” = proceso dinámico dialéctico de autotransformación y cambio social en el que los individuos se rehacen a sí mismos mientras rehacen su sociedad.

Por tanto, para Dewey, la Democracia no es sólo un mecanismo político o un conjunto de derechos individuales. Es un cambio que solamente llega cuando la sociedad deja de entenderse a sí misma en términos de fundamentos filosóficos y crea las condiciones en las que los individuos determinan el futuro de su sociedad. Hombres y mujeres corri4entes, construyendo y reconstruyendo colectivamente su comunidad aumentando y ampliando progresivamente sus oportunidades para realizar su libertad.

¿ Cuál es para Dewey el método fundamental para dicho progreso social?

La Educación donde las instituciones estén organizadas en forma democrática. Una educación que proporcione una cultura democrática, estimulando a los alumnos a resolver problemas prácticos, morales y sociales mediante actividades conjuntas y decisiones colectivas.

Esta perspectiva filosófica planteada por Dewey tiene una vital relevancia para el desarrollo de una estrategia educativa postmoderna.

Como los postmodernistas, el objetivo de la autonomía racional, que sólo puede conseguirse por medio de una manera de educación orientada hacia el crecimiento y expansión continuos de la forma de la razón que Dewey llama “inteligencia” y que Aristóteles denominaba “ frónesis” ( forma de razonamiento práctico que no supone traducir la praxis) requiere la deliberación colectiva sobre los cursos alternativos de acción.

La filosofía de la educación de Dewey de principios del siglo XX, debe contemplarse como un ejemplo de lo que debe ser una filosofía de la educación en una sociedad democrática madura y postmoderna de finales de siglo XX. Una sociedad que es “democrática”, porque ha reconocido que tiene libertad para hacerse y rehacerse sin recurrir a verdades universales extraídas de alguna autoridad externa.

Democracia y educación en una visión postmodernista, tendrán que fundarse en una visión muy diferente a la de la ilustración liberal.

Es importante señalar que Dewey se opondría al laissez-faire cultural descoordinado porque la verdadera significación de la filosofía de la educación para él, nos facilitará volver a plantearnos cuestiones fundamentales sobre la relación entre educación y democracia en vez de desentendernos de ellas, mirando el postmodernismo no como una amenaza a la educación emancipadora, sino como una ayuda indispensable para la consecución futura de sus objetivos.