Contra Argumentacion a Jorge Bergoglio

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En resumen, cada uno puede efectivamente pensar o creer lo que estime conveniente, agradable y reconfortante. Es un hecho. Todas las personas, con independencia de sus ideas, merecen respeto, o al menos tienen derecho a expresar sus ideas (aunque no estemos obligados a escucharlas). Sin embargo, no todas las creencias son respetables, a pesar del tópico. Lo más difícil es trazar una línea que delimite las creencias respetables de las que no lo son. Por ello, mejor que cualquier línea moral o ética establecida, lo óptimo es que cada uno de nosotros, a título individual, asuma qué clase de ideas o creencias es capaz de tolerar sin esgrimir su intolerancia, y en dicho caso, poder expresarse en contra. No respetar una opinión en contra es tan nefasto como no respetar una creencia.

Después de todos estos siglos, las personas todavía no hemos aprendido a tomar de regreso nuestro poder y responsabilidad por nosotros mismos. Llegamos como sociedad a una instancia en la que debemos plantearnos nuevas preguntas sobre la religión y la fe, empezar a cuestionar el orden establecido, dejar de rezar y comenzar a hacer algo por lo que queremos lograr.

“Todo lo que se necesita es ignorancia para comenzar a servirle al mal.

La Ignorancia es el primer paso hacia volverse instrumento de las fuerzas oscuras.”

Antes de concluir quiero hacer un comentario breve sobre la siguiente frase:

“La lucha contra la pobreza y el hambre ha de ser combatida constantemente (…) No es necesario repetir que parte de este gran trabajo está constituido por la creación y distribución de la riqueza”

Hace algunos años, cuando el papa Juan Pablo II visitó los Estados Unidos, reprendió al pueblo norteamericano por no mostrar misericordia. Dijo que deberían dar a los pobres lo que tenían, porque eran una nación muy rica. Sin embargo, en medio de las ruinas después del gran terremoto en Italia, en 1980, el papa se acercó a la cama de un pobre hombre italiano que estaba herido, y lo único que hizo fue poner sus manos sobre la cabeza del hombre y hacer la señal de la cruz. El papa, tan bondadoso, sólo le dio su bendición y se fue.

"La iglesia católica es la mayor potencia financiera, acumuladora de riqueza y propietaria de bienes que existe actualmente. Posee más riquezas materiales que cualquier otra institución, corporación, banco, gobierno o estado en todo el mundo. Por tanto, el papa, como administrador visible de esta inmensa riqueza, es la persona más rica en la actualidad. Nadie puede calcular en forma realista cuánto vale él en términos de billones de dólares".

Teniendo la riqueza, entonces, para acabar con la pobreza mundial dos veces, la iglesia resulta una vez más ser una contradicción en nombre de la fe.

Cita: Los billones del vaticano por Avro Manhattan