EUTANASIA: ¿DIOS, CIENCIA O TÚ?
Enviado por Sandra75 • 4 de Diciembre de 2017 • 1.409 Palabras (6 Páginas) • 518 Visitas
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la muerte a un ser humano para evitarle un sufrimiento va en contra de las leyes de Dios, como también de las leyes del hombre (Código Penal Colombiano, art 103,104 (Ítem 1-2)), en los cuales el homicidio es castigado en tercera persona o familiares hasta segundo grado de afinidad, dependiendo de la participación de varias personas en el hecho punible, por lo tanto no se justifica desde ningún punto de vista causarle la muerte a un individuo, ya que la muerte en toda su dimensión tendrá lugar cuando Dios estipule el final de los tiempos del individuo o la persona, ya que como lo establece las escrituras, Dios es el dueño de la vida y por lo tanto él es el único que puede causar la muerte como separación permanente en lo terrenal y llevarlo a la eternidad.
Ahora bien, se considera como un verdugo, la persona que ejecuta muerte material del individuo y los coparticipes en este “homicidio”, participando todos ellos en un pecado según las escrituras y que este lo puede llevar a la muerte; observándose en las sagradas escrituras lo anteriormente plasmado: “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”(Romanos 6:23 Reina Valera 1960).
Desde otra perspectiva, científicamente hablando la eutanasia es considerada valida ya que permite a través de métodos científicos adelantados proporcionarle el descanso eterno a un individuo o persona, interrumpiendo la vida y el sufrimiento de la persona en cuestión y de los familiares de ella permitiéndoles ahorrarse costos por el tratamiento largo y costoso de la enfermedad terminal tanto a los familiares como al Estado, esto convierte a la ciencia médica en mercaderes de la muerte porque comercializan el sufrimiento humano para lucrarse llevando alivio supuestamente al enfermo como a sus allegados. La ciencia incluso ha comenzado a comercializar la muerte física cuando existe una enfermedad terminal y se ha perdido así el auténtico valor de la vida, pues ya no es un destino inevitable de los designios de Dios, si no que ya el hombre como tal puede predecir los acontecimientos de la vida terrenal de una persona para llevarla a un “descanso” eterno.
La corte constitucional diseño y plateo mediante sentencia una hoja de ruta que garantice la muerte digna a los colombianos en los hospitales y clínicas del país, previo cumplimiento de requisito. De acuerdo a esta disposición judicial que nos da el libre albedrío de disponer de la vida de un familiar en extremo es difícil de resolver y nada fácil ver a un ser querido sufrir angustiosamente por una enfermedad incurable y catastrófica de la cual la ciencia asegura que no se salvara. Con respecto a esto, se debe tomar una decisión, con fin de evitarle sufrimiento y padecimiento tanto al individuo como a las personas que le rodean.
Con base a lo anterior se tendría que hacer un conceso con toda la familia y el pleno consentimiento del afectado con el fin de tomar una decisión que ponga fin a la vida del familiar. Por otra parte la vida es un derecho fundamental que debe protegerse y respetarse, por lo tanto, se debe intentar con fe y esperanza que la persona que este padeciendo o que esté sufriendo logre recuperarse ya que Dios utiliza el sufrimiento, la enfermedad, el dolor, la pobreza para hacer madurar a sus hijos y tener una relación, confianza y dependencia de él.
Finalmente, la eutanasia hoy por hoy se convierte en una gran controversia a nivel de la sociedad, porque parte de ella comparte los designios doctrinales de la palabra de Dios y por otra parte están los que comparten la posición científica y de las leyes y sentencias establecidas que garantizan el morir dignamente a través de métodos científicos adelantados, como también existe otra parte de la sociedad que no comparten los dos puntos de vistas anteriores e incluso porque no tienen los medios económicos necesarios para aplicar una eutanasia por medios científicos, y tampoco tienen la creencia sobre los milagros que pueda un Dios concederle para salvar del sufrimiento a un familiar enfermo. Ante esta disyuntiva se debe respetar y proteger el derecho fundamental a la vida por excelencia.
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